'Hierro 3', amor fascinante

'Hierro 3', amor fascinante
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Tenía bastante miedo de ver esta película, ya que de Kim Ki Duk había visto 'Primavera, Verano, Otoño, Invierno, Primavera...' y no me había gustado. Además, aquí, en la redacción de Blogdecine (...), hay mucho defensor de este film, y también entre los lectores, por lo que he podido leer en algunos de los comentarios que dejais. Asi que esta vez dejad vuestras armas, enfundad vuestros cuchillos, y dejad los insultos para otra ocasión, porque 'Hierro 3' me ha gustado, aunque no me parece esa gran película que muchos dicen que es.

El punto de arranque es ciertamente interesante. Tae-Suk es un joven que se dedica a entrar en casas o pisos, cuyos dueños están ausentes, y hacer vida normal en ellas: ducharse, comer, ver la tele, dormir, lavar la ropa. En una de eas "incursiones" conocerá a una mujer maltratada por su marido. Ambos se sentirán atraídos el uno por el otro, y ella decide sumarse a la extraña afición de él. Hasta que un día... Bueno, los que la habeis visto, ya sabeis de lo que hablo, y los que no, pues tendreis que verla.

Realmente estamos ante una de esas historias de amor universales, en el sentido clásico del término. O sea, hombre y mujer pertenecientes a distintos mundos, se enamoran. Tienen enormes dificultades para estar juntos, sea por lo que sea. En la mayoría de los casos es porque uno de los dos está casado, o prometido, o los dos lo están. Al final, pueden suceder dos cosas, o acaban juntos, o uno de los dos muere y se jodió el asunto.

Dicho de esta forma tan vulgar, puede hacer pensar que las grandes historia de amor que nos ha brindado el séptimo arte, son poca cosa. Sin embargo, su tratamiento, es lo que las hace distintas entre sí, y grandes... o pequeñas. Todas dicen "te quiero", pero unas lo dicen mejor que otras.

'Hierro 3' destaca sobre todo por su originalísima forma de tratar un tema tan manido. Y abordar con valentía una historia de amor tan fascinante como la que aquí se cuenta. Una relación basada en el silencio y que, quizá lo único que vale la pena decir es "te amo", ya que con los hechos se dice todo lo demás. Esos silencios entre los protagonistas es uno de los aciertos de la película, aunque a más de uno, con pensamientos excesivamente occidentales, eso le pueda poner nervioso.

Kim Ki Duk se muestra seguro en la realización, a pesar de que hay algún altibajo, y luego comete el pequeño error de centrarse más en el personaje masculino, mucho más interesante que el femenino. De este último queremos saber más, y eso no ocurre nunca. Puede que no sea necesario, pero creo que el film se desequilibra un poco por eso.

Los actores que hacen ambos papeles, Seung-yeon Lee y Hyun-kyoon Lee, están bastante bien, y se compenetran a la perfección, a parte de transmitir excelentemente la evolución de sus personajes. Una evolución que alcanza su máximo punto en la parte final de la película. Ahí es donde el director derrocha toda su fuerza creadora, ofreciendo momentos mágicos y únicos, de un enorme poder magnético. Pocas películas terminan como ésta, con un plano tan atrevido, significativo, y precioso.

Como punto negativo, indicaría que el film abusa del recurso metafórico. Lo hace en todo momento, y a veces sobrepasa los límites, como cierto incidente que ocurre con una pelota de golf, que a pesar de la sopresa, resulta reiterativo e incluso sobra.

No obstante, una buena película, para saborearla y disfrutarla, dejándose llevar y que, sin lugar a dudas, ganará con el tiempo, ese gran enemigo, y también amigo, del Cine.

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