García Márquez y Kusturica conversan sobre 'El Otoño del Patriarca'

Desde hace un buen tiempo, el premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez, ha querido ver trasladada a la gran pantalla, una de sus novelas preferidas: 'El Otoño del Patriarca'. En algún momento conversó sobre esa posibilidad con Akira Kurosawa, quien rechazó la propuesta con un argumento incontestable: "es que en sus novelas hace mucho calor".

Pero tal parece que, por fin, 'El Otoño del Patriarca' ha encontrado un director capaz de poner en imágenes su barroca historia de un dictador latinoamericano tan longevo como sanguinario. Ese director se llama Emir Kusturica.

Durante una visita a la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, Cuba, García Márquez y Kusturica adelantaron conversaciones sobre el tema. Después de la reunión con el autor de 'Cien años de soledad', Kusturica habló de su documental sobre Maradona.

Escogí a Maradona como tema porque es el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, y es además un personaje mucho más complejo de lo que parece; me llamó la atención el dolor que se percibe en su autobiografía, y además existen pocas estrellas tan comprometidas políticamente, ni personas con tanto dinero que sigan preocupándose por los humildes; por todo eso creo que no hay mejor personaje para un documental que Maradona.

También le dedicó unas cuantas palabras a Hollywood.

(Hollywood) es un área cerrada y exclusivista, donde se hace un cine inerte; en Hollywood no se hacen filmes sino productos tecnológicos, pensados para ganar mucho dinero; pretenden hacer películas pero no creen en el cine, ni en su esencia ni en su lenguaje. Para mí, el cine es provocación, romper reglas, estimular la conmoción emocional, y ninguna de esas cosas aparecen en los productos de Hollywood, un lugar que definitivamente no me atrae para realizar películas.

El cineasta bosnio también fue interrogado sobre su vida y obra. Esto es parte de lo que contestó:

Vengo de una parte del mundo donde la gente es muy dura, pasa con facilidad del beso a la violencia y en Praga, donde estudié cine, descubrí la ironía, que es para mí el estado más alto del espíritu humano, y además me di cuenta que si pretendía mostrar la vida como es, debía confrontar todo el tiempo lo serio y lo cómico. Desde las películas de Ingmar Bergman hasta las de Bruce Lee, todas me comunicaron algo importante sobre los abismos del alma humana, o acerca de la manera para comunicarme a plenitud con mucha gente.

Vía | Boletín "El Ojo y la Oreja", EICTV

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