Hace algún tiempo, Juan Benet publicó un libro maravilloso llamado La inspiración y el estilo que debe leerse aunque con mucho cuidado. El libro es, antes que nada, una autojustificación, un regate importante bajo el cual Benet justifica su estilo de prosa dificultoso, experimental y narra su prácticamente extraterrestre llegada a la república de las letras hispanas. Pero es, también, un magnífico caudal de ideas sobre estilo y arte que resultan de gran utilidad para librepensadores y curiosos sobre el modo en que leemos o miramos las cosas.
En muchos de los apreciables comentarios, escritos por gente inteligente y capaz de muy apreciables razonamientos, detecto, sin embargo, y de un modo persistente, una preocupante tendencia a separar, todavía y a estas altura, forma y fondo. Dicho de otro modo, y usando la más común expresión del idioma inglés, siguen validando aquella impresionante idiotez del style over substance.
La forma y el fondo no están separados. La forma crea al fondo: separarlos es una futilidad y también una reducción. Con la separación de forma y fondo, mis tan amables discutidores no es que pretendan iluminar, de modo concreto y harto necesario, aspectos concretos del cine, sino, más bien, reducirlo a sencillo placer estético.
No he sido ajeno a tales creencias, ni las repudio como parte de cualquier película de entretenimiento, pero pensar o sostener que existen obras maestras de la "forma" es una temeridad a la que no veo mayor utilidad: primero, porque no se quiere decir nada, apenas se celebra un hallazgo técnico, y segundo porque se niegan la cantidad de interacciones que tenemos con la ficción.
Realmente, lo interesante del fortín de estilos tan contrapuestos como los de Martin Scorsese o Yasujiro Ozu no es que uno sea un maestro del cine trepidante y juguetón y el otro un gran contemplativo. Bobadas. Cada uno de ellos, en sus respectivas obras maestras, ensancha y juguetea con perspectiva, carácter y expresión (de diversa índole: subjetiva y enrarecida en algunas películas de Scorsese; trascendente en otras de Ozu) en sus películas.
Eso es lo que hace grande al estilo y hace que merezca la pena aprenderlo: su función. Aprobando como válido cualquier estilo que resulte vistoso, no solamente caemos en otro pantano igual de peligroso que el de negar que las películas comunican pensamiento y representan valores compartidos, sino que además damos un espacio al conformismo muy alarmante, que mucho me recuerda al de quienes, todavía hoy, son incapaces de no distinguir entre las florituras estilísticas de Antonio Muñoz Molina, un escritor cursi y con clichés y excesos, de los grandes momentos de Javier Marías, un maestro indudable de la novela reciente.

En ese sentido, tengo que admitir que mi reciente revisión de muchos clásicos de Ingmar Bergman me ha enseñado bastante más sobre la importancia de la función del estilo que cualquier otra revisión. Bergman no posee la amplitud expresiva de, pongamos el caso, Steven Spielberg, pero tiene algo al alcance de muy pocos: pensamiento, muy personal y muy eficazmente explorado en muchas de sus grandes películas.
Revisar las grandes obras maestras de Bergman es también revisar el juicio propio sobre la estética y sobre el pensamiento, es revisar nuestra personalidad frente a las imágenes y es revisar, en fin, nuestras maneras de mirar, con los otros, el mundo.
Por eso es muy importante entender que un gran estilista no es aquel más dotado para la virtud expresiva, pues entonces no existiría más que una gama de dominios y no algo más complejo, sino aquel que sabe expresar pensamiento. Esto no es una obligación a que todo cineasta sea austero como Ozu, ni envolvente como Scorsese, sino todo lo contrario.
No ignoro que esta trampa de la forma se usa en otros aspectos, ya sea entender la forma narrativa como única forma de una película (error grandioso, que nos llevaría solamente a considerar el argumento como elemento central), etcétera.
Esto es, más bien, una invitación a pensar la forma por lo que es: una invención de fondo bajo la cual podemos tener las más sugerentes discusiones.
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THE ROCK ACTITUD
Si me toca compartir mesa contigo en una boda te mato a sillazos, seguro.
pilar62
Iba a dejarlo pasar. Un nuevo debate sobre forma y fondo es tan necesario como una nueva crítica a “El caballero oscuro”. O menos. Pero en fin...es posible que a alguien le pueda resultar interesante esta réplica, al menos para tener otro punto de vista distinto al de Pablo.
De entrada, pido perdón por el comentario a aquel lector que decida leerlo. Entiendo perfectamente lo insufribles que son estos debates esencialistas. Y este comentario va a serlo. Y largo, también. Y aburrido. Y, probablemente, tan innecesario y reiterativo como el texto al que da réplica. Por lo que entenderé todos los votos negativos que obtenga. Y también entenderé que si me encuentro con The Rock en una boda me mate a sillazos también. Bien merecido lo tendré.
En el texto de Pablo tengo la sensación ( y no es la primera vez) del uso de la falacia del hombre de paja para defender su propia tesis. No se si es algo intencionado o no. Pero, desde luego, lo que aparece en el texto como formalismo, en realidad no lo es.
Uno de los problemas que tengo con los debates entre forma y fondo y las diferentes relaciones, (algunas escandalosas e indecentes, además de bastante escabrosas), que hay entre ambas, está en que en realidad hay un debate oculto, no expresado, que hace que el debate forma-fondo no llegue a ningún lado. Entre otras cosas porque no se está discutiendo sobre el mismo tema. El debate oculto es el de la función del arte. Y es en ese debate donde surge la teoría formalista.
Hay gente que ve el arte como un medio que permite la expresión de ideas y valores. Que el arte resulta interesante en base a su capacidad de expresar pensamiento. En algunos casos ese pensamiento viene del contenido de la obra expresado de la manera más certera posible (el fondo determina la forma), y en otro, las ideas, no son más que bosquejos que se completan en la mente del espectador mediante el estilo (la forma determina el fondo). Por contra, otros consideran que el arte es un fin en si mismo. Que no se han de valorar las obras por lo que significan, sino por lo que son. El arte no significa, el arte es.
Así tenemos, simplificando mucho, tres posturas en torno al arte (se que hay muchas más, pero se haría aún más eterno el post de lo que ya es). El arte como medio de expresión de pensamiento (de raíz platónica, pese a lo mucho que Platón despreciaba a los artistas). El arte como medio de expresión emocional (de raíz aristotélica, pese a que creo que la filosofía del arte de Aristóteles excedía dicha definición). Y el arte como fin (de raíz kantiana). Y es en esta última donde nos encontramos con el formalismo. De hecho, “Crítica del juicio” es probablemente la primera obra teórica del formalismo (al menos es la más antigua que he leído, si alguno sabe alguna obra más antigua y me corrige lo agradeceré)
Uno de los problemas que tiene el ver al arte como medio de expresión de pensamiento viene determinado por lo que se conoce como falacia de la función. A ver como lo explico… Mucha gente colecciona ideas como otras personas coleccionan chapas, o sellos, o cromos. Y no lo juzgo, de hecho lo entiendo. En los tiempos actuales, cuando casi no tienes tiempo para nada, se prefiere la inmediatez del mensaje al más pausado desarrollo de la argumentación. Se prefiere la idea y no del proceso dialéctico que lleva a que surja (o que se encuentre, depende de la escuela filosófica a la que se esté afiliado DXDDD) dicha idea.
Lo importante en filosofía en todas sus dimensiones (estética, ética, moral, ...etc) no está en las ideas que se expresan, sino en el proceso argumentativo que lleva a dicha ideas. Mientras que la argumentación de ideas lleva a que el receptor alimente cierto pensamiento crítico, la expresión de ideas, reduce dicha pensamiento. Se sustituye la argumentación de las ideas por parte del emisor, por la justificación de dichas ideas por parte del receptor. Eso lleva aparejado varios problemas derivados del sesgo de confirmación (el receptor tiende a confirmar las ideas con las que está de acuerdo) que sería bastante largo de explicar.
Para desarrollar una idea desde la argumentación y alimentar el pensamiento crítico del receptor la filosofía tiene un arma imbatible: el lenguaje dialéctico. Sin embargo el arte carece de dicha arma. El lenguaje poético es demasiado indeterminado para sostener una argumentación. Tiene mucha potencia expresiva pero muy poco argumentativa. Como mucho ( digo como mucho porque hay artes que ni eso) puede expresar un bosquejo de una idea. Además, por su propia naturaleza de ficción incurre a la hora de expresar sus ideas en falacia lógica (argumentación desde el ejemplo)
Si el valor artístico de una obra depende de su función entonces encontraríamos obras fuera del ámbito artístico que cumplen mejor dicha función. Básicamente porque el arte es muy inútil. Tiene tan poca utilidad como enamorarse. Si el valor artístico de una obra lo determina su sustrato ideológico entonces cualquier ensayo filosófico (como he explicado más arriba) tendría mayor valor artístico que cualquier película, novela, pintura o música. Si el valor artístico lo determina su sustrato histórico, entonces la obra de un historiador tendría más valor artístico que la de un pintor.
No toda teoría finalista es formalista (¡¡leñe, estamos con las efes XDXDD!!). La diferencia básica está en la contraposición entre valor estético y valor artístico. Para un finalista la forma expresa el arte. Marca la diferencia entre el valor artístico de una obra (que sería sus ambigüedades y contradicciones, es decir su estilo) y que está en el terreno del emisor; con el valor estético (que depende de la relación entre el receptor y la obra, es decir, su forma y el efecto que esta tiene en el receptor) Para un formalista esa distinción no existe. Porque la forma es el arte. El valor artístico no viene del concepto del objeto (la obra artística) sino del sentimiento del sujeto. Por lo que su valor artístico es su valor estético. Es decir, al arte es la manifestación del sentimiento puro, y la estética la “ciencia” que estudia el origen de dicho sentimiento. Dos caras de una misma moneda.
Con ello estas teorías no dicen que el valor artístico lo da un estilo vistoso, ni siquiera a su valor estético. Tampoco dicen el valor artístico o estético lo da una técnica sorprendente (la forma es apriorística, la técnica no) Es algo bastante más complejo. Además, son las primeras teorías que eliminan la distinción entre forma y fondo (que yo recuerde, o que yo haya leído, si hay alguno anterior, no los he leído) Me acuerdo cuando leía a algunos de estos autores (hace un porrón de años) como hablaban sobre los significantes y los significados de la obra artística XDXDD
El formalismo eliminó la distinción de forma y fondo como hace un siglo. No se, pero creo que ya va siendo hora de pasar página sobre este debate.
Yo reconozco que el formalismo a mi antes me gustaba mucho. Me molaba el sustrato científicista que tenía (¿existe esa palabra?) Después descubrí el empirismo lógico y llegué una conclusión: funcionalistas, finalistas y formalistas (y otros istas también) todos ellos estabáis profundamente equivocados XDXDDDD
Jo, menudo ladrillo acabo de soltar... ¡Madre del amor hermoso! Menos mal que nadie lo va a leer. La última vez que me meto en estos debates.
Douchebag Rises
Godard
stephen_dedalus
Un poco tarde (o pronto) para discusiones elevadas ¿Es Nosferatu una obra maestra?¿Que hay de su substancia?¿Que parametros establecemos para la substancialidad de una pelicula?¿No seria el fondo lo que define a la forma?¿Porque no puede haber pelis buenas sin fondo, como ese tipo que te encuentras en el bar, uno de esos tipos solos, sin alma, pero que te dan conversación molona? La pregunta 4 va en serio.
Saludos
borruey
Creo que me ha dado un derrame cerebral.
vandermies
Me parece, señor Muñoz, que no engaña a nadie con este ejercicio de name-dropping camuflado de pseudoanálisis. He leído supuestas reflexiones que no se apoyan en más que en nombres de hombres ilustres, superficiales y me temo que erróneas. Pues aunque es cierto que la forma crea el fondo, eso no significa que no sean cosas distintas y separables, por mucho postureo filosófico que se marque usted.
yussufjones
Mas alla de lo pomposo o pedante que resultes (el excesivo apoyo en citar nombres se te ha criticado en mas de una ocasion), el "debate" de forma vs fondo me parece antiguo y, desde tiempos de la Bauhaus, superado.
Para empezar a juzgar estos elementos tendriamos que partir de la base que hay una objetividad a la hora de establecer la calidad de una obra, algo sobre lo que no te he visto hacer ningun artículo (corrigeme si me equivoco) pero que asumo que das como cierto. Por algo eres crítico de cine.
A lo que quiero ir es a que, desde mi punto de vista, la intencionalidad lo es todo, como creador no se pueden disociar forma y fondo ya que estos van asociados a lo que el/la artista pretende comunicar y transmitir. No veo mucho debate en eso...
Cualquier intento de disociar los elementos y diferenciarlos entre "estilo" y "substancia" me parece un intento de justificar una obra que no es capaz de defenderse por si misma, o por el contrario, de quitarle validez mas alla de lo que esta propone. Una especie de comodin del analisis artistico. El cine de este año nos da dos ejemplos que veo muy claros: MAN OF STEEL y GRAVITY.
Mientras que, desde mi punto de vista, GRAVITY logra una conjuncion casi (Casi, no del todo) perfecta entre intencionalidad y resultado, la de EL HOMBRE DE ACERO es completamente incapaz de conjugar sus elementos para crear lo que pretende, eso es lo que me hace llamar a la primera una gran obra y a otra un producto mediocre (no me atrevere a llamarlo malo), aun teniendo las dos pretensiones distintas pero siendo criticadas por "problemas" parecidos (el guion).
Sinceramente creo que es a partir de aqui cuando viene el problema ¿La intencionalidad es objetiva?¿Existe una pretension mas elevada que otra? Y si es así, ¿que criterio es el valido para establecer cual es la pretension mas elevada? Creo que ahi es donde esta el meollo y el debate en el mundo critico o analitico.
Por otro lado, esa diferenciacion es la que nos lleva a "esta trampa de la forma se usa en otros aspectos, ya sea entender la forma narrativa como única forma de una película..., etcetera." No hay (o no deberia haber) diferenciacion, el que y el como es la misma obra, todos los aspectos forman parte de ello, tecnicos, narrativos, esteticos, etc...
Como creador (no en el ambito del cine pero el debate es extrapolable), es un debate que me puede interesar pero que considero secundario. Mi pretension viene dada por mi propia subjetividad, referentes culturales, etc... sera el receptor el que tiene que decidir si mi pretension es valida o no a traves de su propia subjetividad, lo unico objetivable, creo yo, es si mi obra consigue lo que pretende. Aun sobre eso tengo mis dudas.
Todo lo demas, en lo referente a estilo, me sobra. Postureo, creo que lo llaman.
Usuario desactivado
Tus post son una tragedia. Los temas son más que interesantes, pero a menudo no me llega el coco para sacar mucho en claro.
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Muy interesante el artículo Pablo. pero dices que la forma crea el fondo, yo pienso que es el fondo el que justifica determinado recurso formal. Tienes razón en que no tiene sentido separar forma de fondo, sobre todo cuando la forma es el vehículo expresivo de la idea que se trata de enseñar al espectador.
Por ejemplo, en "Vértigo" y la escena del beso (en la que gira la cámara alrededor de James Steward y él se ve trasladado a la cochera del primer beso) el recurso del giro y el fundido de la escena de las cocheras es el modo que Hitchcock usa para que veas las sensaciones de Scotty, pero es la historia la que justifica ese recurso. Brian de Palma copió ese beso en "doble cuerpo" y no tenía sentido, ya que la historia era diferente.
Por poner un ejemplo reciente, "Only God Forgives", está mucho más pendiente de la forma como recurso estético que de su uso como vehículo expresivo o narrativo, y es una película un poco vacía. Pero ese parece ser el objetivo del autor, así que como tú bien dices, no tiene sentido separar la forma del fondo.
reyertas
Siempre había visto con malos ojos primar lo que tu llamas "forma sobre el fondo". Yo lo interpretaba como una potenciación de aspectos más técnicos (efectos especiales, decorados, vestuario), que hacen al producto más llamativo, en detrimento de otros que, al fin y al cabo, son los que realmente "importan" y hacen que una película sea buena o mala (guión, historia). Después de ver Gravity ya no sé que pensar.
loula2
Pablo, estoy completamente de acuerdo con lo que comentas sobre Muñoz Molina y Marías. En cuanto al resto, me he hecho un lío!! Sólo puedo decir que, como todo en la vida, la virtud está en el equilibrio....o no?
Black Emperor
Interesante.
Me gustaría ser gran conocedor de Muñoz Molina y Marías para poder rebatirle un poco, pero lo que conozco de ambos me gusta. Y dicho así (no pido más en bdc) queda un poco simple, sin argumentar su- declarada- rivalidad.
Con Benet, lo que he intentado ha sido infructuoso. Prosa impenetrable, y eso que a su maestro Faulkner lo tolero bastante bien...
Un saludo.
Dax
Coincido plenamente,es la forma la que convoca las ideas,estas se hacen sensibles a traves de la "forma",que da a las ideas un sentido "acabado".
Sin dudas son inescindibles,la "forma" es el "contenido".Ya que citas al gran Javier Marias,a proposito de este debate,en su excelente "Tu rostro mañana" estas ideas emergen y no pocas veces a lo largo de su extraordinaria novela.
Chema
Yo ésto lo veo más un debate filosófico que sobre cine. Podríamos estar hablando de cómics y sería lo mismo. Lo que realmente me gustaría ver en el blog son artículos más prácticos, como éste http://www.lavideofilmmaker.com/filmmaking/steven-spielberg-film-techniques.html