Como ya habíamos comentado, el pasado lunes 18 de junio las salas de cine españolas cerraron en protesta, entre otros temas, por las pérdidas económicas que les supone tener que aplicar la cuota de pantalla.
Los cines Renoir no se unieron a la huelga, pero cuando salió el tema en los comentarios sobre las películas en versión original, y la escasa taquilla de cualquier producto que no sea estrictamente comercial, eran otros cines los que me rondaban constantemente en la cabeza.
Se trata de los cines Verdi, en los que siempre encuentras gente dispuesta a disfrutar de una buena película en versión original. Quizá de momento más en Barcelona que en Madrid, donde tienen sucursal desde el 2002, pero en cualquier caso la calidad está garantizada, y hasta la fecha el público también.
Su propietario, Enrique Pérez, explicaba el viernes en El País, que la clave del éxito de los cines Verdi, que creó junto a su mujer hace 20 años, reside en una programación comprometida y de autor.
La semana pasada, en sus salas podía leerse el siguiente cartel:
Estos cines no cerrarán el próximo lunes porque la cuota de pantalla sólo afecta a las películas dobladas
Aunque Enrique Pérez está absolutamente en contra de esta medida impuesta, y lo refleja de una de las formas más claras y directas que he leído hasta ahora:
El hecho de mantener una disposición franquista [se instauró en 1941] para proteger nuestro cine refleja que algo estamos haciendo mal
Este exhibidor que aclara que no cerró porque ante todo se debe a su público, que no hubiera entendido que lo hiciera si la medida no le afecta, tiene a la vista proyectos tan interesantes como iniciar en otoño una política de búsqueda de pequeñas joyas cinematográficas en los festivales de todo el mundo para comprarlas él directamente y no esperar a que le vengan del distribuidor.
Los motivos, los explica de la siguiente forma:
Nosotros estamos a expensas de lo que nos ofrezcan los distribuidores y, en muchas ocasiones, las películas de autor premiadas en los festivales nos llegan con un atraso de dos años y el estreno entonces pasa inadvertido. Por eso muchos cinéfilos, que van en busca de determinados títulos y autores, al no verlos en las pantallas españolas se deciden a comprarlos por Internet. Somos víctimas de esa política errónea de los distribuidores, que desde hace tiempo no han sabido llevar una planificación coherente en la fecha de salida de los estrenos
¡Por fin alguien que no achaca todos sus males a la piratería!
Por otra parte, Enrique Pérez comenta que no se siente presionado por las majors americanas (otro de los motivos de la huelga) aunque confiesa que algunas lo tienen castigado por no querer proyectar el blockbuster de turno.
La película con más espectadores este año en los cines Verdi ha sido la francesa Paris je t'aime, de Olivier Assayas. El año pasado fue Agua, un film dirigido por Deepa Mehta.
¡Ay, qué pena que no tengamos a un Enrique Pérez en todas las ciudades! Sus cines demuestran que sí hay demanda, por supuesto no de masas, pero al menos la suficiente para mantener con éxito varias salas con un cine diferente y en versión original.
En el mismo artículo de El País podéis leer también la entrevista a Fernándo Évole, consejero delegado de los Yelmo Cineplex, que sí se unieron a la huelga.
Entre algunos de sus motivos, declara ser el primer interesado en que el cine español sea fuerte, pero defiende las películas de calidad.
Curiosa afirmación teniendo en cuenta que la película española más vista este año en los Yelmo Cineplex ha sido Ekipo Ja, de Juan Muñoz.