El recorte gubernamental de las subvenciones al cine español anunciado hace casi un año obligaba a los productores a buscar nuevas formas de conseguir sacar adelante nuevas películas. Una de las opciones más apetecibles – y caras- era la búsqueda de una mayor internacionalización de sus cintas, pero se han encontrado con otro obstáculo en su lucha por la supervivencia.
Antes que nada creo que es necesario aclarar que las cadenas de televisión españolas están obligadas por ley a invertir un 5% de sus ingresos – que no beneficios- en producciones cinematográficas. Justo o no - yo apuesto por lo primero, y más en un panorama televiso donde dos empresas van a acabar controlando prácticamente todo- , esta vía de financiación supone decenas de millones de euros al año, pero el meollo de la cuestión es que más de la mitad de ese dinero tenía que ir destinado a producciones españolas, una medida bastante razonable dentro de las peculiaridades de esta imposición gubernamental. El problema es que ahora una película puede ser española pero no ser considerada como tal a efectos de esta ayuda económica para el maltrecho cine patrio.
Una nueva ley de cine está en estos momentos en desarrollo, pero eso no quiere decir que las grandes interesadas en saber los pormenores de esa financiación obligada de obras cinematográficas no sepan ya por donde van a ir los tiros: Una película española ha de estar hablada obligatoriamente en castellano u otra lengua autóctona para ser considerada como tal a tal efecto. Vamos, que ‘Lo imposible’ (Juan Antonio Bayona, 2012), la película de más éxito de 2012 en nuestro país y segunda película más taquillera de todos los tiempos en España, pasaría a ser considerada como película europea por el mero hecho de estar hablada en inglés. ¿Aún queda alguien sin saber dónde está el problema? Pues que ‘Lo imposible’ posiblemente no hubiera llegado a existir sin esas “ayudas”, ya que sería lo mismo haber invertido en la última cinta de Juan Antonio Bayona que en ‘Skyfall’ (Sam Mendes, 2012).
Sospecho que habrá a quienes les parezca genial todo ataque al cine español por su supuesta ausencia de calidad e interés, pero para el resto es una noticia pésima, ya que el rodaje en inglés no es una simple estratagema para engañar a espectadores poco informados y que se animen a ver cintas españolas, sino una forma de fomentar el nacimiento de una industria del cine español que realmente tenga más en cuenta los gustos del público que los deseos artísticos de los directores - muy discutibles en el caso de no pocos realizadores españoles- , y es que nadie en nuestro país va a invertir grandes sumas de dinero en algo cuya viabilidad comercial no haya sido estudiado en profundidad.
Seguro que muchos de vosotros sabréis que ‘Mamá’ (Andrés Muschietti, 2013) logró encabezar la taquilla estadounidense durante el fin de semana de su estreno, pero no tantos serán los que estén al tanto es que si miramos su nacionalidad en la base de datos del Ministerio de Cultura, veremos que figura como española - un poco más arriba tenéis una captura probándolo- . En este caso fue Antena 3 la que puso dinero con motivo de esta - acertada- obligación legal, pero es muy poco probable que lo volviese a hacerlo en una producción de estas características si el cambio impulsado por el gobierno del PP, más atento a los sobres que reciben o deja de recibir sus altos cargos que a hacer algún bien en este país.
El optimismo también brilla por su ausencia entre los artistas de nuestro cine, ya que Maribel Verdú llegó a declarar durante la fiesta de los nominados a los Goya que se ha acabado el cine español y que ya no había proyecto alguno en el horizonte. También recuerdo comentarios de Manuel Cristóbal, productor de ‘Arrugas’ (Ignacio Ferreras, 2011) – la película que encabezó mi lista de mejores películas de 2012-, en su twitter mostrando bastante malestar con las medidas que estaba tomando el Gobierno y el campo de minas en que estaba convirtiéndose el intentar sacar adelante una película en nuestro país. Y todo esto antes de hacerse pública esta medida que entraría en vigor a partir del 1 de enero de 2014 si todo sigue adelante como parece, por lo que no quiero ni saber los niveles de pesimismo que se alcanzarían si esto prosperase.
Lo más curioso de todo es que esto viene precedido de cierto entusiasmo por los resultados de nuestro cine, ya que consiguió el 17,9% de cuota de pantalla durante 2012 y con una recaudación total de 106 millones de euros consiguió convertirse en el mejor de los últimos 27 años del cine español. Es muy sencillo decir que si todo va tan bien, que arriesguen su dinero sin más, pero el problema es que no hay una auténtica industria de nuestro cine, por lo que un único batacazo podría hundir sin remisión a la productora más fiable. Y me diréis lo que queráis, pero yo quiero que el cine español tenga unas miras más amplias y quizá algún día competir de tú a tú con Hollywood, pero esto no deja de ser un castigo a los que buscan hacer películas diferentes – que no necesariamente buenas, que es muy sabido el escaso aprecio que siento hacia ‘Lo imposible’- dentro de nuestro cine. Una pena.
Ver 54 comentarios