Resulta curioso cómo una película termina siendo el retrato fiel de la vida de quienes la hicieron, así sea de manera indirecta. Pienso en cuánto del Ciudadano Kane tuvo la vida de Orson Welles o en cómo Tucker fue casi el recuento de la debacle financiera de Francis Coppola. No en vano todos los manuales de guión coinciden en un consejo único: escribe (o dirige, o habla) sobre lo que conoces.
Esta vez pienso en Babel, un filme cuyo tema es la incomunicación y cuyos autores, Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga han cortado todo tipo de comunicación entre ambos, protagonizando en el camino lo que el New York Times llamó "una pelea de perros", que acaso no tenga nada que envidiarle a las de Amores Perros. De una manera fortuita y completamente inesperada, en las navidades del 2005, supe de la ruptura de ambos. Fue alguien cercano a la producción de Babel, con quien coincidí en la piscina de un hotel de la isla de Margarita, quien me lo contó. Entonces, no le vi el "filón" periodístico. Como ahora tampoco se lo vería sino fuera porque Babel ha sido nominada a siete premios Oscar.
Luego, en Cannes, alguien me explicó que el pleito entre ambos también era la razón de que Arriaga no asistiera al festival. Una ausencia más que notable, si se toma en cuenta que el año anterior había ganado la Palma de Oro por el guión de Los Tres Entierros de Melquíades Estrada.
En octubre, las desaveniencias entre ambos, públicas en México, alcanzaron las páginas del New York Times.
Los Angeles Times recientemente reportó que, en mayo, al señor Arriaga se le prohibió asistir a la premiere de la última película que ha escrito, Babel. 'Prohibido', sí, por su principal colaborador, el director del filme, Alejandro González Iñárritu. Según el artículo de Los Angeles Times, el realizador estaría molesto porque Arriaga se había atribuido la responsabilidad por el éxito de crítica de 21 Gramos.
El reportaje añadía que, aunque el "embargo de Cannes", hacía lucir petulante a González Iñárritu, había que tomar en cuenta la postura de Arriaga ante el tema de la autoría de un filme.
Cuando la gente dice "una película de autor", yo digo "una película de autores". Siempre he estado en contra del crédito "Una película de" en los filmes. (Hacer una película) es un proceso de colaboración y merece que sus autores sean reconocidos. Hay que proponer un debate saludable sobre este asunto. La gente va a las películas por las historias. Ellos recuerdan las películas por sus historias.
Luego, el reportaje agregaba:
Es de hacer notar que el señor Arriaga, desde el éxito de Amores Perros, ha sido portavoz y un insistente promotor de la importancia de los guionistas. Es conocido el hecho de que él asegura ser el responsable del 95 por ciento de la estructura de 21 Gramos y 99 por ciento de la estrutura de Amores Perros, dos filmes que han sido ampliamente alabados por la complejidad de su construcción narrativa. ¿Debate saludable? Esto más bien parece una de esas feas y agrias rupturas de las bandas de rock. O una pelea de perros.
Más recientemente, el londinense The Guardian también reseñaba el impasse y recogía las palabras de Arriaga:
No es cierto que esta trilogía sea de Alejandro González Iñarritu.
The Guardian se preguntaba, ¿quién realmente hizo Babel?
Acaso no sea de extrañar, pues, que a González Iñárritu no le haga la menor gracia todo este asunto. Pero ¿tiene razón? ¿O la tiene Arriaga?
¿Cine de autor o de autores?