David Duchovny y Demi Moore protagonizarán 'The Joneses', una sátira social en la que interpretarán a un matrimonio que se muda a una zona residencial e inmediatamente se convierte en la comidilla del barrio por su aspecto físico y sus codiciadas posesiones.
El giro llega cuando lo de que "interpretan" resulta ser literal, ya que ellos son una falsa pareja: se trata de actores contratados por una empresa grande como experimento de product placement, es decir, para provocar que los vecinos que sientan envidia y quieran ser como ellos adquieran los mismos productos que compran los Jones.
Me parece una idea buenísima, genial… no, no me refiero a la idea como guión de película, sino al product placement. Si colocas a una niña pija de instituto y ella comienza a comprarse ropa de una marca, seguro que todas sus inseguras compañeras de clase imitarán sus costumbres consumistas. Es la mejor idea comercial que he escuchado en mucho tiempo.
Y es que, por supuesto, en la película habrá una niña de este tipo. Le dará vida Amber Heard que… bueno, ya no es tan niña.
'The Joneses' continuará presentando conflictos cuando los actores que hacen los papeles de la familia perfecta comiencen a sentir diferentes emociones. El personaje de Duchovny se sentirá culpable por estar viviendo una mentira –¿pero no era actor? ¿No viven de eso? –, mientras que tanto la que hace de madre como la que hace de hija tratarán de acercarse románticamente a papaíto. Moore es una profesional que intentará rerpimir sus sentimientos, pero Heard será muy consciente de lo que hace, ya que busca un marido rico.
Gary Cole completa el reparto en el papel de uno de los vecinos.
Derrick Borte será quien dirija su propio guión a partir de mediados de octubre en Atlanta, Georgia.
Doug Mankoff y Andy Spaulding, de Echo Lake producen junto con Kirsti Zea. Peter Principato y Paul Young son productores ejecutivos.
Me recuerda de alguna forma a 'Familia', de Fernando León de Aranoa, película a la que quizá le faltaba esta puntilla de crítica social que tendrá 'The Joneses' al sumar a lo que ya se presentaba en la española, esta observación sobre la falta de personalidad y de criterio propio de los consumidores. Y es que de nuevo repito que es una gran idea ya que, por mucho que haya un "presciptor" en los spots publicitarios, quien más moverá a las personas a imitar comportamientos es aquel ídolo que han buscado en la vida real y a quien se odia y se envidia por partes iguales.
Fuente | The Hollywood Reporter.