'Alone in the Dark', otra adaptación más de un videojuego

Así están las cosas en parte del actual panorama norteamericano; salvo excepciones, ya no hay ideas originales para un buen guión, ni siquiera buenos guiones para adaptar un libro, se les ha secado la fuente de la inspiración. Ahora, y cada vez con más frecuencia, se dedican a inventarse posibles argumentos para peliculitas, tomando como base un videojuego, a ser posible exitoso y enormemente violento.

'Alone in the Dark' aún no se ha estrenado en nuestro país, ni siquiera en dvd, pero está disponible en zona 1. Dirigida por Uwe Boll, considerado unanimemente uno de los peores directores de la Historia, y desde luego el tío lo demuestra con creces, narra cómo un detective de lo paranormal se ve envuelto en acontecimientos extraños (lógico) que tienen que ver con la resurrección de una antigua civilización llena de poderes.

La película es un completo despropósito de principio a fin, llegando por momentos, a tener la sensación de incredulidad total ante lo que se está viendo, pero no porque sea increíble, sino porque es patéticamente mala, llegando a provocar vergüenza ajena.

Para empezar, los personajes no existen, y se supone que están interpretados por Christian Slater, cuya carrera está muy, pero que muy hundida; Stephen Dorff, al que alguien debería decirle que se retire; y Tara Reid, un amago de actriz que se pasea por la película con cara de circunstancias, perdida y no sabiendo donde ponerse ante la cámara. Alucinante, pero cierto.

El director se limita a filmar secuencias ridículas, que se suponen son de acción, una tras otra, y pretende crear un clima de suspense o terrorífico y lo único que provoca es risa; eso al principio, porque cuando uno termina de ver la película coge un cabreo enorme. Está claro que no se puede ser exigente con este tipo de películas, pero sí puede esperarse un mínimo de decencia a la hora de hacer las cosas,y no te encuentras ni con eso. Vale, los efectos especiales son dignos, pero recuerda todo el rato a otra película que tampoco es gran cosa, pero al lado de ésta es una obra maestra; hablo de 'The Relic', de Peter Hyams.

Un auténtico bodrio con el que he perdido el tiempo visionándolo, y no sé por qué narices lo he perdido escribiendo esta crítica.

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