Hace poco, uno de nuestros lectores decía una gran verdad: los guionistas merecen de vez en cuando que se hable de ellos, pues su trabajo es esencial y suelen ser el último mono en cuanto a considerar la calidad de una película. También es cierto que quizá se exagere su autoría, pues el director es quien debe establecer el punto de vista y sobre quien recae toda la responsabilidad final, me parece a mí. Por eso sólo he puesto en esta lista a aquellos que, o bien jamás dirigieron una película, o bien desarrollaron una carrera como escritores de cine antes de convertirse en directores, o mientras desarrollaban su carrera como directores escribían para otros. Por supuesto, hay más guionistas geniales que quedarán sin nombrar. He aquí algunos:
Robert Bolt
Este dramaturgo británico ostenta un lugar de honor entre los guionistas cinematográficos por su adaptación de su propia obra de teatro para ‘Un hombre para la eternidad’ (‘A man for all seasons’, Fred Zinneman, 1966) y por su colaboración con el gran David Lean, para el que escribió tres películas: ‘Lawrence de Arabia’ (1962), ‘Doctor Zhivago’ (1965) y ‘La hija de Ryan’ (1970). En los ochenta aún tuvo energías para escribir la nueva versión de ‘Motín a bordo’ (‘The Bounty’, Roger Donaldson, 1984) y ‘La misión’ (Roland Joffé, 1986). Todo un mito.
Billy Wilder
Antes de ser director, Wilder trabajó muchos años como guionista. Contó muchas veces que se hizo director para evitar que otros destrozaran su obra. Cierto o no, si nunca se hubiese convertido en director, aún sería considerado hoy día como uno de los más grandes guionistas de los años treinta y cuarenta. Periodista de bastante prestigio en la Alemania de los años veinte, viajó a Estados Unidos una vez Hitler se hizo con el poder. Buscando siempre la oportunidad de convertirse en director, aprendiendo todo lo que podía, pudo escribir guiones de la brillantez y el ingenio de ‘La octava mujer de Barba Azul’ y ‘Ninotchka’, ambas dirigidas por Ernst Lubitsch en 1938 y 1939, de quien era admirador y amigo. Pero también guiones para Raoul Walsh o Mitchell Leisen. Y para otro director a quien tanto admiraba, Howard Hawks, escribió el estupendo libreto de ‘Bola de fuego’ (1941). Casi nada.
I.A.L. Diamond
Si nombramos el trabajo de Wilder, también hay que nombrar el que este hombre (de verdadero nombre Itek Domnici y oriundo de Rumanía) hizo precisamente al lado de Wilder durante tantos años. Desde 1957 escribieron doce guiones juntos, la mayoría impresionantes. Wilder encontró un alma gemela en lo creativo, y con la sola excepción de ‘Testigo de cargo’ (‘Witness for the Prosecution’, 1957), que escribió con Harry Kurnitz, todos los guiones, hasta el final de su carrera, los escribieron juntos, y Wilder depuró muchísimo más sus temas y su estilo. Quizá el mejor guión que escribieron fue el de ‘El apartamento’ (1960), pero todos ellos están llenos de diálogos, personajes y situaciones geniales. Murió muy joven, a los 67 años, de cáncer. Dicen que Wilder nunca se recuperó anímicamente de aquella pérdida.
Ben Hecht
Gustaba de referirse a sí mismo, más que como guionista o escritor, como un cirujano de guiones, y desde luego así le veían los demás. Lo cierto es que fue periodista, y dramaturgo, y novelista. Y participó en muchísimos guiones, acreditado o no, pues muchos sabían de su infalible talento para arreglar un libreto que nadie sabía por qué fallaba, o para buscar soluciones a una trama imposible. No aparece en los créditos de ‘La diligencia’ (John Ford, 1939) ni de ‘Lo que el viento se llevó’ (Victor Fleming, 1939) ni de ‘Gilda’ (Charles Vidor, 1946) ni de ‘Jennie’ (‘Portrait of Jennie’, William Dieterle, 1948), pero contribuyó en sus guiones. Fue el primer guionista en recibir un Oscar al mejor trabajo original, y suyos son los guiones de ‘Luna Nueva’ (‘His Girl Friday’, Howard Hawks, 1940) y ‘Encadenados’ (‘Notorius’, Alfred Hitchcock, 1946), entre otros muchos.
Leigh Brackett
La única mujer de este grupo escribió algunos de los mejores westerns de la historia, concretamente para el gran Howard Hawks. Novelista de éxito en el género de la ciencia ficción, Hawks insistió en que fuera ella quien escribiera ‘El sueño eterno’ (1946) junto nada menos que William Faulkner. Pese a este éxito, se mantuvo alejada del cine muchos años, hasta que volvió con Hawks y le regaló los guiones de ‘Río Bravo’ (1959), ‘El Dorado’ (1966) y ‘Río Lobo’ (1970), además de ‘Hatari!’ (1962). Por si fuera poco, es la responsable de la primera versión del guión de ‘El imperio contraataca’ (Irvin Kershner, 1980), que entregó poco antes de morir.
Paul Schrader
Si sólo fuera por sus colaboraciones con Martin Scorsese, este hombre ya merecería estar aquí, pero además escribió el estupendo guión de ‘Yakuza’ (Sydney Pollack, 1974), y luego ha desarrollado una excelente trayectoria como director. De sus cuatro guiones con Scorsese, probablemente el mejor sea el de ‘Taxi Driver’ (1976), pero los otros no desmerecen. Educado en el calvinismo, le fue prohibido todo acceso al cine hasta los diecisiete años, como muchos lectores ya sabrán. Parece que, a partir de entonces, aprovechó el tiempo.
Charlie Kaufman
Sin lugar a dudas, uno de los guionistas más originales y personales en muchos años de cine. Surgió a finales de los noventa con ‘Cómo ser John Malkovich’ (Spike Jonze, 1999) y conoció varios años en que cada guión suyo era mejor y más sorprendente, hasta el que casi con toda seguridad sea su obra cumbre, ‘Olvídate de mí’ (‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’, Michel Gondry, 2004), que le valió el Oscar. Finalmente se hizo director con ‘Synecdoche, New York’ (2008), aunque no se ha estrenado en nuestro país. En los últimos años parece algo menos activo. Esperemos que no se haya agotado su genio.
Tonino Guerra
Los créditos como guionista de Tonino Guerra son poco menos que impresionante. Mejor dicho, son alucinantes. Ha parido muchos de los guiones de Theo Angelopoulos, ha trabajado en algunas obras maestras de Michelangelo Antonioni, escribió dos guiones para Andrei Tarkovski, entre ellos, el de la sublime ‘Nostalghia’ (1983). Y sigue en activo y en buena forma, con noventa años cumplidos. Todo un fenómeno. Poeta de gran prestigio, y guionista superlativo.
Frank S. Nugent
El guionista por antonomasia de John Ford debía estar en esta lista por méritos distinguidos. Alguien capaz de fabricar una joya del calibre del guión de ‘El hombre tranquilo’ (1952) es un guionista fenomenal, pero además adaptó la novela de Alan Le May para ‘Centauros del desierto’ (‘The Searchers’, 1956) y colaboró en el guión de ‘La legión invencible’ (‘She Wore a Yellow Ribbon’, 1949), y en algunas otras obras maestras de Ford, quien siempre le respetó, aún a su manera, como el gran guionista que era.
Jean-Claude Carrière
Para terminar, uno de los más grandes. No sólo por haber colaborado en algunos importantes trabajos con Luis Buñuel, sino por que además participó en ‘Valmont’ (Milos Forman, 1989) y en ‘Cyrano de Bergerac’ (Jean-Paul Rapppeneau, 1990). Auténtico mito de la escritura cinematográfica, es el guionista perfecto para cerrar esta lista, a la espera de que los lectores también aporten sus nombres.