Aunque algo apuntamos ya tanto mi compañero Juanlu como servidor, el hecho de que a partir de hoy por fin podamos disfrutar de 'La cabaña en el bosque' ('The Cabin in the Woods', Drew Goddard, 2012) como se merece y tengamos la posibilidad de verla en la gran pantalla es justificación más que suficiente para adentrarse en los resquicios y las complejidades de la distribución en este puñetero país nuestro, uno que cada vez pone más trabas a que cierto sesgo de la cultura pueda desarrollarse dentro de un marco legal y que —esperemos que no— parece obstinado a acabar con el negocio del cine.
Vaya por delante que toda la información que vais a leer a continuación ha sido recabada de primera mano de uno de los artífices que ha hecho posible el estreno de esta genial cinta de terror, y que nada de la misma ha sido adulterada para parecer más rocambolesca de lo que ya es de por sí. Ya en su momento se comentó que los derechos de distribución de la cinta habían sido adquiridos por Vértice para su explotación en España. Pero la compañía tenía tantos problemas económicos que primero canceló el estreno en salas por no poder cubrir copias y publicidad, pasando a anunciar la salida directa en formato doméstico.
La situación se terminó agravando poco después hasta el punto de que Vértice ya no era capaz ni siquiera de pagar a los distribuidores internacionales —en el caso que nos ocupa, también productores—, y la cinta terminó en un incómodo limbo cuando la empresa quebró. Durante meses, varias distribuidoras españolas tantearon a los productores para comprarla pero, y aquí viene el quid de la cuestión, la conjunción de tres elementos hizo que dicha adquisición fuera imposible —y me comenta aquí mi fuente...parece que estamos en una novela negra...que veremos si ésto no es lo que termina pasándole a 'Machete Kills' (id, Robert Rodríguez, 2013)—:
Cuanto más tiempo pasaba, más gente se descargaba la cinta de la red, algo que con un título de estas características, esto es, de público objetivo muy metido en los mundillos de internet, es grave.
Los productores seguían pidiendo mucho dinero. Y las cuentas no salen debido a la caída en la asistencia en salas por la subida del IVA y la más que evidente obliteración del mercado doméstico —con alguna major cerrando directamente su división en España—.
Unamos a todo lo anterior que el género de terror es muy difícil de vender a televisión en abierto y ¡bingo!, tenemos la combinación precisa de factores con los que impedir la llegada a España de 'La cabaña en el bosque'.
En este punto cabría reseñar lo equivocado de la percepción general que la gente tiene acerca de la distribución de películas, dado que la idea más extendida es que un distribuidor adquiere los derechos sobre una producción y luego reparte lo ingresado. Pero eso no es así. Al menos en España. El distribuidor español paga un MÍNIMO GARANTIZADO. Esto es: una cantidad que le da a los distribuidores internacionales SÍ o SÍ. Ingrese lo que ingrese. Y a partir de ahí, a repartir —y ni siquiera suele ser 50/50—. Con un mercado como el que tenemos hoy por hoy, con tantísima piratería agravada, qué duda cabe, por la crisis económica, no hay manera de poder asumir los gastos de ciertas películas. Y de ahí que tarden en llegar.
Aclarado este "pequeño" detalle. Continuemos. Pasan un par de meses y aquí es donde entra en liza la fuente de toda esta información. Poniéndose en contacto con La Aventura Audiovisual, una nueva distribuidora que nace del esfuerzo, entre otros, de Ferrán Herranz, antigüo miembro de Vértice —de un momento temporal anterior a los intentos de ésta por distribuir la cinta—, y en una conversación en la que hablan de películas sueltas no estrenadas en España por culpa de la crisis, ambos caen en la cuenta de lo mucho que les gusta 'La cabaña en el bosque' y quedan en que el responsable de la distribuidora pregunte por dónde anda el precio de la cinta. Por diversos motivos que no vienen al caso, Lionsgate no está dispuesto a bajar el mínimo garantizado para España con la cinta de marras. Y aunque se intenta con otras fórmulas de estreno, el precio seguía siendo prohibitivo. Pero, un par de meses después, la cosa cambia.
Entra en juego Canal+, asegurándole a Lionsgate que comprará la película para el canal principal. Y ambas compañías acuerdan un preestreno en Canal+ para darle mayor difusión a la compra de la película aportando promos en antena y promoción en las redes sociales . Con este acuerdo , La Aventura Audiovisual negocia con Lionsgate y habla con Good Films para buscar un tercer socio a la hora de aportar el dinero que cubra los costes de distribución. El acuerdo al que se llega es que Good Films se encargará del estreno en salas y La Aventura Audiovisual de la explotación en DVD/Blu-ray y en VOD o televisiones si alguien tiene los reaños de comprarla para abierto. Con ello, finalmente, se adquiere la película para su explotación por estos lares.
Pero aquí no termina todo, y para que las cuentas salgan, y las dos empresas implicadas no se hayan lanzado a la piscina en vano queda la parte más importante. Y esa no es otra que ir al cine a ver la cinta en pantalla gigante —aquí no valen excusas de "ya la he visto en mi casa"...¡¡¡al cine leñes!!!— y comprar luego el DVD/Blu-Ray en español para apoyar una iniciativa valiente que dice mucho de lo que el cine es capaz de mover cuando hay espíritu de lucha y ganas. Y de eso los responsables de La Aventura Audiovisual y Good Films saben tela.
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