Si, será un subproducto con un obvio aroma a la serie B más rancia, con unas interpretaciones poco inspiradas y una falta de autoconsciencia algo irritante; pero esto no exime a 'A 47 metros' —'47 Meters Down'— y sus tiburones hambrientos de turistas idiotas de ser un más que digno entretenimiento veraniego, tan sádico y divertido como descerebrado.
Las cifras hablan por si solas, evidenciando que el público ha ido algo contracorriente a las críticas vertidas sobre la cinta de Johannes Roberts, que ha recaudado la friolera de 53 millones de dólares a nivel mundial después de una mísera inversión de 5.5 millones en su presupuesto. Vistos los excepcionales resultados, era de esperar que la gente de Fizz Facility pensara en una secuela que, en efecto, ya está en marcha. Y sí, se llamará '48 Meters Down' —toma ya—.
Los primeros comentarios al respecto de la secuela del filme de los escualos cabreados han llegado desde el Festival de Toronto, donde James Harris, productor de la original en The Fyzz Facility y Mike Runagall, de Altitude Film Sales, están intentando dar salida al proyecto en el mercado de ventas del certamen. Como podéis ver, sus comentarios parecen haber salido de la misma fábrica, tanto el de Harris:
"Estamos encantados con el enorme éxito de 'A 47 metros'; superó totalmente todas las expectativas. '48 Meters Down' cogerá la claustrofobia del buceo en cuevas y lo estremecedor de los encuentros con tiburones y llevará todo al próximo nivel."
Como el de Runagall:
'A 47 metros' ha cautivado al público de todo el mundo, y estamos entusiasmados por reunirnos con nuestros amigos y cineastas de The Fizz para la secuela, que aumentará la emoción a un nuevo nivel.'*
'48 Meters Down' traerá de nuevo a Johannes Roberts como director, quien también escribirá el guión junto a Ernest Riera, co-autor del libreto de la primera parte. En esta ocasión la acción se trasladará de México a Brasil, donde un grupo de chicas de vacaciones en Recife; allí, intentando escapar del turismo descubrirán la existencia de unas ruinas submarinas que, por desgracia para ellas —y por suerte para nosotros— no están del todo deshabitadas. Por el momento no han trascendido más detalles del proyecto, pero las ganas de que salga adelante son considerables.
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