El reciente estreno de la serie de Fox basada en 'El exorcista' ('The Exorcist', 1973) nos lleva a valorar el impacto que la película de William Friedkin sigue teniendo aún cuarenta años después de su estreno. La fiebre por el cine de posesiones de los últimos años continua en la televisión y parece que seguirá utilizando los mismos resortes que hacen reconocible al subgénero.
Es buen momento para echar la vista atrás y repasar algunos de los calcos que se realizaron a toda velocidad en cuanto la historia de Regan McNeil arrasó con las taquillas de todo el mundo.
5- El diablo se lleva a los muertos (Lisa e il diavolo, 1973)
No. No se asusten. La original no es ninguna copia, de hecho es una fascinante odisea onírica de Mario Bava que, al exportarse a Estados Unidos, sufrió un humillante despiece que la dejó en una irreconocible chapuza, masacrada con cortes y escenas filmadas de nuevo, para que los productores pudieran subirse a la ola de posesiones y lanzar la película como ‘The House of Exorcism’.
Compararla resulta una broma de mal gusto, con respecto a la original añade una trama religiosa que justifica las nuevas escenas de posesión, llenas de vómito, desnudos y ranas, que aunque pudieran resultar efectivas en otra película, aquí no pintan nada.
4- Lucifer el ángel maldito (Un Urlo Nelle Tenebre, 1975)
Esta es uno de las pocas copias con un niño poseído, pero aparte de eso, es lo de siempre. El chaval es un estudiante de arqueología que está siendo embrujado gradualmente por una malvada bruja que le lanza un hechizo cuando este coge un talismán sagrado. En poco tiempo le corta la garganta a su novia, tira a su propia madre por las escaleras e insulta y amenaza a su hermana, que es monja.
Richard Conte es el sacerdote enviado para realizar el exorcismo. Los pocos detalles que cambian son las cama que gira en vez de flotar y las copiosas escenas de desnudos, esenciales para el desarrollo de la trama, que justifican el título americano, ‘Naked Exorcism’.
3- La obsesa (L'Ossessa, 1974)
Otra que da un poco más de lo mismo. Una joven artista (Stella Carnacita) cae bajo el hechizo de una estatua del demonio/cristo que va a restaurar. La estatua cobra vida con la cara de Ivan Rassimov y la “posee” en más de un sentido. Pronto la restauradora maldice como un lobo de mar, ataca a su madre, trata de seducir a su padre y es exorcizada por Luigi Pistilli (que también fue cura en ‘El bueno, el feo y el malo’).
La banda sonora es agradable y las escenas de terror son tan ridículas que acaban resultando divertidas, aunque algunas de las escenas dentro de la iglesia tienen algo de esa atmósfera del cine de terror religioso de los setenta que siempre resulta único.
2- Poder Maléfico (Chi Sei?,1974)
Juliet Mills, la posesa de esta olvidada copia de la película de Friedkin, sufre la doble desgracia de estar embarazada también con el anticristo. Ovidio Assonitis se permitió sacar partido también de ‘La semilla del diablo’ (Rosemary’s Baby, 1968). Pero menos es más y aquí el terror se acerca al humor involuntario, generado por la mezcla absurda de localizaciones entre Italia y San Francisco y los diálogos atroces que la convierten en una diversión de culto.
Gracias a una campaña publicitaria que prometía más sustos que ‘El Exorcista’, se convirtió en el exploit italiano más popular lanzado en los Estados Unidos, llegándose a confundir con una producción americana. Warner demandó a los productores pero perdieron, básicamente, porque los abogados argumentaron que Assonitis plagió de más de una sola película.
1- El Anticristo (L'anticristo, 1974)
No tiene nada que ver con la película de Lars von Trier del mismo nombre, pero resulta la más interesante de todas las imitaciones que se hicieron de 'El Exorcista'. Carla Gravina interpreta a una joven mujer con parálisis que experimenta regresiones a su vida pasada, en la que era una bruja de la época de la inquisición. Esto hace que sufra posesiones de su yo anterior y empiece a levitar, romper cuellos o vomitar puré verde.
La escena en la que su cuerpo se suspende en el aire es una de las más elaboradas de todo el cine de posesiones. La posesa sale por una ventana y entra por otra haciendo una acrobacia diabólica. Aparecen Alida Valli de ‘Suspiria’ (1977) y George Coulouris de ‘Ciudadano Kane’( Citizen Kane, 1941). Su director Alberto De Martino se especializó en estas explotaciones satánicas de inusual calidad con ‘Holocausto 2000’ (Holocaust 2000, 1977), que hacía el mismo favor a ‘La profecía’ (The Omen, 1976) cambiando a Peck por Kirk Douglas.
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