Ellos dicen: “¡Prevenidos, que vamos! Diez, cinco, tres, dos… Y suenan un montón de aplausos. Y todo es espectáculo.” Nosotros decimos: “Ey, que acaba de empezar el programa.” Dos visiones diferentes a dos lados distintos de la pantalla: en el que está el Regidor y en el que está el Espectador. Probablemente te suene la palabra regidor del mundo del teatro, aunque no sólo trabajan ahí. La televisión tiene sus propios regidores y son uno de los puestos clave para que un programa pueda llevarse a cabo.
Al igual que ocurre con los Directores de Programa cuando hablamos de ellos, para ser Regidor de televisión no existe una formación específica. Muchos de ellos llevan décadas trabajando en televisión o bien suelen formarse con otros compañeros de profesión, aunque también suelen acceder a este puesto a través del grado en Comunicación Audiovisual. Además de vocación, hay que tener dos requisitos casi imprescindibles: saber caer bien a todo el mundo y tener un buen vozarrón.
El señor que aplaude por todo
A nivel técnico un Regidor es la personificación del Realizador en el plató de televisión. Se encarga de “echarle una mano” más allá de las cámaras, aunque esa es sólo una de sus funciones. Los Regidores deben ser personas muy activas y dinámicas en su día a día. Son capaces de tener un ojo puesto en todo.
¿Alguna vez te has preguntado por qué se aplaude espontáneamente en los programas de televisión? Cada vez que van y vienen de publi, se arranca un aplauso. El encargado de romper el hielo entre el público es el regidor, dando ese primer aplauso él y pidiendo que todos los demás le sigan. A veces también le sale una voz que dice “guapa” o cosas parecidas en mitad de un directo… ese grito suele ser del regidor.
En las pausas publicitarias suelen animar al público para que no se aburra, ya que pueden ser muy largas. Siempre controlan el público que necesita ir al servicio (y que vuelva), que no se levante alguien en mitad del directo…
El mejor amigo del presentador
Aunque los presentadores están conectados con el control de realización a través del famoso pinganillo, invisible para el espectador y colocado en la oreja, los regidores necesitan tener un código de comunicación, un lenguaje propio con los presentadores: en el caso de que el pinga falle, se quede sin pila, se olviden de comunicar algo o sencillamente para recordar. Este código es no verbal y se pacta con el presentador, es parecido a un lenguaje de signos. Tocarse la cabeza podría significar “vamos a la sección del tiempo” o levantar la mano izquierda podría significar “estás pinchado en directo en una ventana”.
Además, también se ayudan de una pizarra para comunicar y de un reloj constante para controlar el tiempo del programa, de cada sección en la que se encuentran y de la emisión en general. Le ayudan al presentador a recordar la noticia que tienen que dar, los vídeos que van a entrar y el tiempo que queda para que terminen esos vídeos y vuelvan a prevenir a todo el mundo de que se retoma la conexión con el plató.
Los regidores están comunicados con el control de realización a través de la intercom, un canal de comunicación interno entre realización, cámaras, sonido, dirección y todos aquellos implicados en la producción de un programa. Al igual que en el control de realización, el Regidor debe prevenir y preparar con antelación las secciones que predecerán en el programa. Además de todas estas funciones, un regidor se encarga de monitorizar los ensayos previos que pueda haber en un prgorama: actuaciones musicales, escenas especiales. Controla la duración de los mismos y cuadra que entre en los tiempos previstos en su escaleta (estructura esquemática de un programa, del que hablaremos más adelante).
Como ves es un trabajo muy completo y dinámico, por eso muchas veces se considera que el Regidor es un Ayudante de Realización en el plató. En EE UU el Regidor se conoce como el Floor Manager.
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En ¡Vaya Tele! | Quién es quién en televisión: El Realizador