El personaje de Rodolfo Chikilicuatre está en vías de extinción y su desaparición es la crónica de una muerte anunciada. Este puesto 16 en Eurovisión es el bálsamo perfecto, un mesurado equilibrio entre los peores augurios de los Eurofans y las optimistas predicciones de El mago Félix (dijo que quedaría entre los cinco primeros), pero es hora de hacer borrón y cuenta nueva.
Yo me reconozco fan total y absoluta de Rodolfo y durante todo este proceso he estado entregada a su maestría y a su sentido del humor pero creo que no podemos seguir prescindiendo del genio de David Fernández, el actor que, como tenga que seguir apechugando con el personaje mucho tiempo más, acabará cogiendo una baja por depresión.
Me pregunto cómo habrán pensado cargarse al personaje una vez que finalice el contrato que le ata a Televisión Española y a Eurovisión, supongo que hasta en esto serán creativos. Prepararle un final a lo Buddy Holly es demasiado trágico pero no sería descabellado que le hiciesen emigrar a Grecia para vivir su amor con Kalomira, la representante griega, tal y como apuntan en la web de El Terrat.
En cualquier caso, yo sólo puedo dar las gracias a El Terrat por habernos hecho vivir tan intensamente este Eurovisión, que estaba putrefacto, por haber demostrado que las reglas están para romperlas y por haber puesto en evidencia a una de las instituciones más tradicionalistas del continente. A partir de ahora creo que tienen que abordar nuevos retos y de todos, el más importante y más difícil es devolvernos a David Fernández tal y como se lo llevaron. ¿Conseguirán que el actor no vuelva a perrear más? Va a ser complicado pero eso ya lo sabrían ellos cuando se metieron en esto.
Más información | El Terrat En ¡Vaya Tele! | Eurovisión a lo suyo: Chikilicuatre decimosexto