Cinco comedias divertidas con protagonistas insustanciales

Que una serie sea divertida no significa precisamente que su protagonista tenga que serlo; de hecho, es bastante común que se creen este tipo de figuras centrales que sólo sirven para crear una trama a su alrededor, sin que él sea el verdadero protagonista. Nunca se le recordará como tal, y al hablar de la serie su nombre será, posiblemente, el último que salga a la luz. Nunca será nominado al Emmy y no recibirá ningún tipo de reconocimiento por su papel, pero aun así su serie será una de las más recordadas y divertidas de la historia.

¿Dónde se localiza entonces la capacidad de la serie para hacer reír? Pues en los secundarios, esos personajes excéntricos y desequilibrados que no podrían protagonizar una serie por sí mismos, pero que dan el alma verdadera a un espectáculo que, de otra forma, sería todo un aburrimiento. De esta lista se salen clásicos como ‘Friends‘, ‘Will & Grace‘, ‘The Office‘, ‘30 Rock‘ y un larguísimo etcétera, pero a continuación tenéis cinco claros ejemplos de series divertidísimas cuyos protagonistas son de lo más soso que ha parido la televisión.

Entourage

Siete temporadas en pantalla sin que Vince haya hecho un solo chiste digno de merecer una sonrisa. ‘Entourage‘ es la historia de un grupo de cuatro amigos dedicados a vivir la vida y, en sus ratos libres, acompañar al líder mientras graba películas. Y aunque Vince es la figura central, el más importante en torno al cual gira todo, es también el más sosito. Muchos excesos, muchas mujeres y tal, pero a la hora de hacer gracietas frente a la cámara, es más bien flojito.

¿De dónde viene entonces la gracia de la serie? Pues de su séquito (unos más que otros), su equipo asesor y, sobre todo, su mánager, un Ari Gold capaz de dejarte a la altura del betún sólo con la palabra. Jeremy Piven es probablemente el mejor secundario en comedia de los últimos años, con tres premios Emmy que le avalan, y de no ser por él la serie estaría varios escalones por debajo en cuanto a calidad se refiere.

Cómo conocí a vuestra madre

Algunos la llamaron la sucesora de ‘Friends’, aunque desde luego no por lo divertido que resulta su personaje principal. Ted Mosby es aburrido hasta estando soltero, y muchas veces me pregunto hasta qué punto esa insustancialidad corresponde al personaje, y cuánto hay que achacarle al actor, Josh Radnor. Sea como sea, es evidente que la historia de Ted con la madre, sus novias y demás hace mucho que dejó de interesar (salvo a algunos talibanes que ven la serie como si de ‘Perdidos’ se tratara), y la verdadera chicha de ‘Cómo conocí a vuestra madre‘ está en sus secundarios.

En Lily y Marshall, que llevan esa doble moral inocente y salvaje; en Robin, guapa, tonta y canadiense; y sobre todo en Barney Stinson, un personaje que es, desde hace años, una leyenda en la historia de los secundarios. Tiene salidas para todo, con libros, teorías y manías que, sorprendentemente, le funcionan aun a pesar de no tener ningún tipo de lógica. ¿Logrará sentar la cabeza más pronto que tarde como apuntan los rumores?

Raising Hope

Los estrenos de este año tampoco se salvan de esta situación, y tanto éste como el siguiente son ejemplos clarísimos de protagonistas insustanciales rodeados de secundarios desternillantes. Jimmy Chance, padre adolescente soltero, llama más la atención por su ingenuidad que por su capacidad para hacer reír; es casi siempre el encargado de recitar ese monólogo final del capítulo en el que amamos sin contemplaciones a todos los miembros de la familia, pero de cómico tiene más bien poquito.

Suerte que está rodeado de unos secundarios que son unos monstruos en esto de la comedia. Martha Plimpton, como joven madre harta de la vida y de limpiar baños ajenos, lo borda en su papel de histérica/pasota y su cara de cotilleo es ya un clásico de la televisión. Tres cuartos de lo mismo con Garret Dillahunt (Burt Chance), que como patriarca de la familia es más un niño grande que otra cosa. Y, por encima de todos, Maw Maw, esa anciana con Alzheimer que en su mundo de fantasía es capaz de maquinar cualquier cosa.

Outsourced

La que probablemente sea la comedia más infravalorada de este año también sufre de este síndrome. Ben Rappaport interpreta al jefe en la India de una empresa de venta de productos de broma por teléfono, y como tal tendrá que acostumbrarse a las costumbres del país. Su personaje interesa más bien poco, y como ocurre en papeles similares, se centra en que las cosas en la oficina no se salgan demasiado de quicio; en la parte de la comedia, es absolutamente prescindible.

Pero ahí están una vez más los secundarios para salvar la papeleta; los trabajadores de la oficina, con Madhuri y Gupta a la cabeza (sin olvidar tampoco a Rajiv e incluso a Manmeet) son los que le dan vidilla al tema, con una personalidad que va más allá de las diferencias culturales; la cara de sufrimiento constante de Madhuri, el número a lo Bollywood de Gupta y el carácter avinagrado de Rajiv son pequeños ejemplos de la grandeza de estos olvidados por la audiencia.

Arrested Development

Y para olvidados por la audiencia, los de ‘Arrested Development‘. Aunque a mí la serie nunca me pareció nada del otro mundo, entiendo que sus personajes puedan hacer gracia por lo extremo de sus personalidades, pero no precisamente de su protagonista. Jason Bateman, en su papel de Michael Bluth, cumplía en la serie el mismo papel que Ben Rappaport en ‘Outsourced’: controlar el ingenio de los que le rodean para que las cosas no se vayan de madre, pero por lo demás… cero gracia.

Ahora bien, el mayor atractivo de la serie está en que tiene los mejores secundarios que se han visto en mucho tiempo, cada uno de su padre y de su madre. Todo un conjunto de personalidades diferentes que son expertos en coger una situación absurda, ponerla en práctica y luego llevarla al extremo hasta que todo les explote en la cara. Una borracha, un mago, un actor venido a menos, un empresario corrupto… ¡y ninguno de ellos era bueno en lo que hacía! Grandes carcajadas han salido, y seguirán saliendo, de esta familia tan disfuncional.

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