La primera vez que vi a Andreu Buenafuente en pantalla, poco podía sospechar yo que aquel tipo tocado con una peluca que aparecía como figurante en un sketch junto a Alfonso Arús y Sergi Mas se convertiría en uno de los líderes del late night en España, más que nada porque por aquellos años el late show más rompedor de nuestro país se llamaba ‘Entre hoy y mañana’, el primer informativo de Telecinco. Sí, así de desmelenadas eran las noches televisivas de los primeros años noventa.
A lo largo de sus casi dos décadas de trayectoria televisiva, este hombre ha ido trabajando como una hormiga, atesorando todos aquellos recursos que le funcionaban y desechando el resto sin dudarlo. Además, Andreu Buenafuente ha sabido adaptarse al medio y hacerlo suyo como pocos comunicadores. En eso es todo un camaleón, y es que en el terreno de los animales televisivos, Andreu Buenafuente es un experimento biogenético: el hormimaleón.
Tele, radio, internet, cine, teatro, fotografía, dibujo. Andreu Buenafuente toca tantas teclas como puede y siempre ha evitado quedarse desfasado. Diría yo que eso que evita es una de sus fobias y, de hecho, uno de los sketches que recuerdo de su larga estancia en TV3 hablaba de eso mismo, de cómo un humorista como él podía caer fácilmente en la parodia de sí mismo si se estancaba en un mismo registro y de cómo se encontraría al final de su carrera en un mugriento teatro contando patéticamente su único chiste. Quizá por eso desde sus inicios lo suyo ha sido un ejercicio de depuración continuada, con mayor o menor acierto en cada momento, claro.
¿Y cómo empezó Buenafuente? Pues en la radio, como casi todos. Concretamente, en la COPE (mira tú por dónde), y es que como él mismo dice, “todos tenemos un pasado”, y el suyo contiene las retransmisiones deportivas de Radio Popular de Reus cuando él era un renacuajo y su compañero, amigo y confesor Carles Francino tenía el pelo largo, como en esta foto retrospectiva. Luego vendrían los tiempos de ‘El Terrat’ en la SER para Cataluña, que más tarde se convertiría en una sección de ‘La Ventana’ de Javier Sardà para toda España, y de ahí a la tele.
La verdad es que no recuerdo si su primera aparición fue en ‘Al ataque’ de Alfonso Arús en Antena 3, como se dice en internet, o bien ya se le vio aparecer de forma fugaz en el germen de ‘Al ataque’ que fue ‘Força Barça’, el espacio que Arús realizó para TVE en Cataluña; en el fondo tanto me da pero es pura curiosidad, así que si alguien lo sabe le agradeceré que me lo confirme. De momento, ahí dejo un vídeo en el que interpretaba al desagradable Cejis:
Su siguiente aportación al mundo televisivo vendría con Miquel Calçada, por entonces Mikimoto, en TV3 y representando el papel del (entonces no tan) clásico colaborador que busca curiosidades en la prensa para el show ‘Persones Humanes’. Corría el año 1993 y el programa duró hasta 1996. Paralelalmente, en 1994 se estrenaba en TV3 una sátira sobre la telebasura llamada ‘Tot per l’audiència’, en la que Buenafuente compartía cartel con sus compañeros de El Terrat y con el mismo Javier Sardà.
Paradojas de la vida, ‘Tot per l’audiència’ se recochineaba de los ardides de las teles privadas para elevar el share... y al cabo de un tiempo serían Buenafuente y Sardà quienes se sacarían los ojos por superarse mutuamente en audiencia cuando cada uno liderara las noches de Antena 3 y Telecinco respectivamente. En este vídeo vemos a un Buenafuente con cara de tonto, como siempre se ha autodefinido él mismo cuando se ve de joven, en una escena de lo más ‘El Diario’ que podamos ver. El vídeo está en catalán, pero vamos, que el diálogo no es más que una entrevista de testimonio pura y dura para conseguir que vuelva la novia del personaje de Buenafuente, que lo ha abandonado por dormir con los calcetines puestos (un motivo como otro cualquiera):
No es casual que el locutor de este vídeo establezca un paralelismo entre cómo Sardà le levanta la novia a Buenafuente y cómo Buenafuente acabó venciendo a Sardà en las noches de la tele. Y es que Andreu Buenafuente ha dado para al menos dos de estas situaciones chocantes en las que el alumno aventajado pasa la mano por la cara al que fue su mentor. Ya en los tiempos de ‘Persones humanes’ se rumoreó sobre un posible pique entre Mikimoto y él porque TV3 retiró el programa de Mikimoto y le dio a Buenafuente su primer programa propio, ‘Sense Títol’, una evolución televisiva de los tiempos de ‘El Terrat’ radiofónico que con los años y tras varios cambios de nombre y ajustes de horario se fue transformando en el personal show que regenta ahora en laSexta. De hecho, el ‘Buenafuente’ que vemos ahora no es mucho más que una evolución de todos los ‘Sense títol’, ‘La cosa nostra’ y ‘Una altra cosa’ que año tras año se fueron puliendo en TV3.
A pesar de estos posibles rifirrafes del pasado, que uno nunca sabe si son ciertos o si no, no parece que Buenafuente haya recibido jamás diente por diente. Aunque lo ha rodeado siempre una cierta fama de director duro con sus colaboradores, lo cierto es que uno no aprecia esto cuando ve sus programas, que por otra parte siempre han servido como plataforma de lanzamiento para actores casi desconocidos que Buenafuente va fichando allá donde los encuentra, ya sea tras escucharlos en la radio y verlos interpretar un monólogo, como le sucedió con Berto Romero, como en los castings de su productora, que fue el caso de Edu Soto. Tampoco tuvo reparos en tomar prestados a Santi Millán y a Jose Corbacho del legendario grupo de teatro La Cubana y darles a ambos una nueva dimensión audiovisual que luego acabó en una emancipación de muy buen rollo.
Y este es Buenafuente, un tipo que sabe dónde está su lugar como artista de la comunicación y del entretenimiento, pero que está un poco cansado ya de que todo el mundo lo pare por la calle para: a) hacerse una foto con él, y b) decirle que su programa va muy tarde. Buenafuente es un animal televisivo, sí, pero quiere tener una vida privada cuando no está metido en su jaula catódica. ¿Gajes del oficio, derecho del trabajador… o todo es una pantomima más?
Ficha en Imdb | Andreu Buenafuente
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