A Yo estuve allí le falta chispa

A Yo estuve allí le falta chispa
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Yo estuve allí, la apuesta de La 1 para la noche de los sábados, es un programa demasiado largo y al que le falta energía. La idea no es mala y la combinación entre personajes conocidos, anónimos, actuaciones musicales y recuperación de hitos sociales de la historia de España no es del todo descabellada pero el conjunto resulta algo soso y cargante después de una hora. Y todavía hay que aguantar una hora y media más para verlo entero.

El programa del sábado empezó con un espacio de lo más truculento dedicado a la muerte de Paquirri. Hasta Bertín Osborne reconoció que se iba acongojado, el hombre. La elección de este tema me pareció que era una forma algo deprimente y sórdida de encarar un espacio de sábado por la noche, venga la muerte de Paquirri una y otra vez, con los lamentos de todos y la descripción al detalle de la desgracia, desde cómo era la enfermería hasta el trayecto en ambulancia.

Después de esto el tono general del espacio mejoró un poco. Los medallistas españoles de Barcelona 92, la apertura de la valla de Gibraltar o la caravana de mujeres de Plan consiguieron hacer olvidar el comienzo tan deprimente del espacio pero esa mezcla de talk-show con gala no acabó de cuajar. Desde mi punto de vista, faltó chispa y sentido del humor. En general, diría que al programa le falta energía y parte de culpa la tiene Carolina Ferre.

Carolina Ferre no termina de encajarme en los programas que le dan a presentar. En Canal 9 lo hacía muy bien en Tela marinera, el programa de cotilleos de las tardes de la autonómica valenciana, pero en el prime time no acaba de transmitir la fuerza necesaria, es demasiado blanda y amable. Javier Cansado está totalmente desaprovechado y su colaboración es demasiado anécdotica. Como curiosidad, los vídeos que introducen los temas están locutados por Luis Porcar, un excelente actor de doblaje que le pone la voz, entre otros, al doctor House.

Por último, quiero destacar que las actuaciones musicales son en play back, cosa que me parece un error considerable. Un programa de sábado por la noche con actuaciones que no son en directo transmite una imagen algo cutre y trasnochada. En conjunto, Yo estuve allí me resultó un poco pobre e insustancial.

Quizá sea cosa de la edad, de la mía quiero decir, porque lo único que me tocó un poco la lágrima fue el recuerdo de las Olimpiadas de Barcelona. En contenidos me sentía más próxima a Peta Zetas pero ninguna de las dos opciones ha satisfecho para nada mis delirios nostálgicos, que los tengo. Si hago un repaso, los que más han alimentado mi vena nostálgica han sido los testimonios de La hora chanante y las celebrities de Muchachada Nui.

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