El 6 de junio de 1982, Israel invadió Líbano utilizando como excusa la tentativa de asesinato de su embajador en Londres dos días antes. Inicialmente tenían previsto ocupar una franja de 40 kilómetros, a fin de desalojar a la resistencia libanesa y palestina de la frontera norte de Israel. Pero Ariel Sharon, por entonces ministro de Defensa, decidió proseguir su avance hasta la capital, Beirut. Israel apoyó la elección de Bachir Gemayel, dirigente del Partido Kataeb o Falange, formación de la extrema derecha maronita, quien fue asesinado en septiembre.
El director, Ari Folman, trata de recordar qué ocurrió durante su época de soldado, cuando participó en esta guerra a las órdenes de Sharon. Folman utiliza el cine como terapia y, a base de diferentes secuencias bélicas, recreadas en animación flash o 2-D, va reconstruyendo lo que su memoria le está ocultando. ‘Vals con Bashir’ (‘Vals Im Bashir’) se estrenará el 20 de febrero.
No será novedad revelar que un documental no supone necesariamente una menor intervención que una película de ficción. Pero los grados de manipulación pueden ser mayores o menores. En el caso que nos ocupa, el autor ha echado mano de todos los instrumentos posibles para encauzar su mensaje de forma inamovible. Si se trata de un defecto de ‘Vals con Bashir’ o de una habilidad de Folman, que habla aún más sobre su admirable labor de director, lo dejo a elección del consumidor.
Con la excusa de la amnesia –no sé si real o inventada como recurso narrativo— el director se va reservando hasta el final del film la información más impactante sobre la ocupación de Beirut. Algunas de las batallas relatadas podrían ir apuntando el camino hacia ese recuerdo, aunque en realidad se me antoja gratuita esta forma de refrescar la memoria y me parece más que nada una manera de justificar el orden que se le da a lo que se va mostrando, para que el desenlace produzca toda la emoción que se busca. De este modo, efectivamente, Folman consigue un cierre duro durante el que, añadiendo otro recurso visual (que no desvelaré), se provoca en el espectador un erizamiento del vello corporal.
El film no tiene un tono documental constante, pues en un principio su enfoque está personalizado. El director, el amigo que le cuenta su sueño en el inicio –del que se desencadena la necesidad de recordar— y todos los demás amigos entrevistados, a pesar de ser seres reales, están planteados como personajes. Esto se hace patente en el retrato que se hace de ellos con sus pequeños detalles o manías –el pachuli sería el más notorio—. Los flashbacks, sin embargo, entran con voz en off y un tratamiento más puro de documental. De los dos estilos, el del documental consigue sus propósitos, ya que los hechos desvelados tienen una gran fuerza. Pero el personal no nos llega con la misma intensidad, pues los personajes nos resultan indiferentes y únicamente nos aportan algo con sus recuerdos. Por este motivo, aunque Folman ha tratado de que las batallas tengan un hilo conductor, la película parece una acumulación de momentos históricos aislados y no una narración lineal.
‘Vals con Bashir’ es una película animada, que tiene un estilo de ilustración elegante, de trazo grueso, de sobrio coloreado y que no se aleja excesivamente de la realidad. No nos encontramos ante un caso similar al de ‘Persépolis’, donde el mensaje protesta estaba tan bien transmitido que atravesaba el dibujo naif y monocromático de Marjane Satrapi. Aquí no hay distanciamiento en la elección del estilo de ilustración y el hecho de que se trate de un film animado no resta nada de la dureza de las historias. El estatismo del flash produce unos momentos de incomodidad al inicio de la cinta y las voces originales, al pertenecer a personas reales y no a actores, suenan monocordes y rotas. Pero es fácil acostumbrarse todo ello y, en seguida, los hechos se perciben como algo natural. El trabajo de sonido es probablemente lo más notorio del documental pues, al tratarse del único elemento de total realismo, es lo que nos introduce de lleno en las batallas. El único alivio que emplea Folman son algunas de las canciones elegidas para la banda sonora.
SPOILER Probablemente se hablará de si la película es una excusa de los israelíes tras su participación en la masacre. Aunque pueda ser en cierto modo así, opino que no se trata de un film maniqueo en absoluto, pues en ningún momento se da la imagen de Israel como un país ecuánime o pacífico, así como tampoco se justifican las decisiones de Ariel Sharon. Sea o no verdad el olvido, la terapia sí se produce, pues no sólo sale a la luz lo que ocurrió, sino también una especie de clavo ardiendo al que el director puede aferrarse para mitigar su sentimiento de culpa. FIN DEL SPOILER.
Comentábamos hace poco que los actores suelen recibir Oscars cuando no se lo merecen, porque la Academia se los debía de otra ocasión. De esa manera, queda otra deuda pendiente cada año. Se podría decir que este año, al preseleccionar un film de animación para la mejor película de habla no inglesa, se está tratando de enmendar una falta del anterior: no haber siquiera nominado a ‘Persépolis’, que era muy superior a ‘Los falsificadores’, la que se llevó la estatuilla. ‘Vals con Bashir’ es más original que la alemana y aporta mayores novedades en cuanto a sus recursos y estilo, pero no creo que supere a la de Marjane Satrapi. Pero esto son sólo tonterías especulativas, puestos a enunciar teorías de la conspiración, la del lobby judío de Hollywood en defensa de este film israelí también me vale.
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Más información en Blogdecine sobre ‘Vals con Bashir’, incluyendo tráiler y póster.
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11 comentarios
Jesús León
Siento disentir, pero me parece casi una obra maestra. Pronto mi crítica ;)
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Mejor, así los lectores dispondrán de diferentes puntos de vista sobre ella. En realidad, tu opinión es la más extendida, según otras críticas que he leído por otros medios.
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Muchas gracias, Odisea.
La verdad es que a mí la película me pareció buena. Pero quizá no tan perfecta como se ha dicho en otros lugares. Muchas veces señalo los defectos en las críticas y, como eso lleva tiempo para explicarse bien, parece que la esté poniendo mal. Pero no necesariamente es así. Creo que es un buen film.
Y el último párrafo, más que nada, es de coña. Aunque sí que creo que 'Persépolis' era mucho mejor y que se merecía el Oscar del año pasado a la película de habla extranjera.
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Eso no es no querer esperar, jeje. Lo que no queréis es otra cosa ;-)
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Otra teoría de la conspiración que me invento yo es que los norteamericanos dan premios a películas de habla extranjera no demasiado buenas a propósito. Si demostrasen que fuera de sus fronteras se hacen obras maestras, se estarían echando encima competencia. Pero, ya sabéis, es sólo una teoría de la conspiración, no algo en lo que crea a pies juntillas. ;)
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Ayer dije que había leído un montón de críticas sobre esta peli y que la ponían unánimemente bien, como dice Jesús que él hará. No había encontrado ni una sola que dijese algo en contra, como sí digo yo en mi reseña. Sin embargo, acabo de leer la de Sergi Sánchez en Fotogramas y él tampoco la pone como una obra maestra. Le da 3 estrellas.
truffi
Acabo de terminar de verla, y concuerdo con Beatriz en que es una buena película pero no una obra maestra. Tiene varias virtudes, aunque puede que su principal valor sea el testimonial, poder contar con un punto de vista alejado de la caricatura del israelí o el medio-oriental (como acá en Chile estamos muy lejos, poco sabemos de ellos).
Es cierto que puede ser sospechoso que una peli judía postule a los Oscar. Huele a pantalla política. Sin embargo está lejos de de ser una justificación de tal o cual guerra. El recurso narrativo de la pérdida de memoria (que puede ser auténtico; un amigo mío borró voluntariamente algunos recuerdos de la dictadura en Chile) tiene que ver con la necesidad de, precisamente, volver a recordar, de no olvidar y con la superación del trauma.
Viéndolo así, "Waltz with Bashir" tiene un sentido similar al de "Persépolis", a pesar de que no son mucho más comparables. Ambas intentan comprender las interminables guerras de sus países, el recordar por qué pelean, el encontrarle un sentido, llegando ambas a una misma conclusión: NO HAY sentido en esas guerras, que solo han terminado destruyendo civilizaciones (en el caso de Persepolis) e individuos (en Waltz with Bashir).
Nótese también que "Persepolis" viene de un país musulmán y "WWB" de uno judío, enemigos acerrimos pero que, sin embargo, encuentran un punto comun a través de películas desesperadas y aburridas de hostilidades.
Vaya, me entusiasmé escribiendo. En fin, así tienen otro punto de vista.
Saludos!!
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Interesante opinión y muy bien expresada, Truffaut, muchas gracias.
Iván Patiño
Todavía no he podido ver esta película pero si genera tanta controversia en dos, a mi juicio, muy entendidos del cine como sois vosotros, no tardaré mucho en ir a verla.
Saludos
Hotel Marconi
A mí me parece que está bastante bien. Por cierto, para los que no quieran esperar, ya está disponible en la red en calidad dvdrip