'Roma' es, sin lugar a dudas, uno de los eventos del audiovisual reciente. Por su condición industrial, es uno de los revulsivos más importantes del cine tal y como lo conocemos. Que sea producción de Netflix, por preparada que esté para reproducción en salas de cine, rompe por completo con los estándares de lo cinematográfico, del visionado en grandes soportes.
La mítica gran pantalla se resquebraja hacia nuevos dispositivos de reproducción que pueden democratizar el acceso a los productos audiovisuales, pero también despersonalizar una experiencia ritual de comunión. Cabe reflexionar hasta qué punto una película lo es por ser proyectada para el público, al igual que una obra pictórica es arte por estar enmarcada en un cuadro y colgada en un museo.
La firma de Cuarón
Hay en 'Roma' otra clave, plenamente cinematográfica, en torno a su concepción técnica y estética. Las decisiones creativas de Alfonso Cuarón amplifican una experiencia que nace íntima y se expresa desde la grandilocuencia formal que le ha valido, entre otros, al Óscar a la mejor dirección, fotografía y película de habla no inglesa. El director de 'Hijos de los hombres' y 'Gravity' aplica toda la fuerza expresiva de su puesta en escena a una historia de lo cotidiano, a una mirada pretendidamente naturalista.

Y aunque haya reminiscencias neorrealistas, cumplida con la contratación de actores no profesionales liderados por la estelar Yalitza Aparicio, el manierismo de la cámara en completas panorámicas, así como la extensión de un formato como el 65mm digital y el uso de Dolby Atmos para la planificación sonora dotan a 'Roma' de un narrador-creador presente en cada momento de la cinta.
Queda la huella de un Cuarón obseso con firmar cada plano, demostrando también su disposición y manejo de medios. A pesar de esta expresión visual y sonora, vigorosa, como una exhalación de poder, la historia de 'Roma' es capaz de funcionar por sí misma como fábula amorosa, como canto a la sencillez, encumbrando a Cleo casi como ángel, un ser divino capaz de tragar con todas sus desgracias y seguir adelante.
Y, a diferencia de lo que podríamos esperar, la cinta funciona. Las piezas, aunque contrarias, terminan encajando: el contenido sencillo e íntimo se opone a un forma calculada hasta el milímetro para sublimar una experiencia bella y apabullante de una cálida lejanía.

Este tratamiento, esta inmersión magnificada en la vida de Cleo, busca una dignificación de la que fuera una de las mujeres de la vida de Cuarón. Sin embargo, los continuos grises que nacen de los conflictos a los que la protagonista debe enfrentarse (amor, revolución violenta) no parecen ir más allá.
'Roma' es todo un homenaje con trasfondo concreto, de indudable belleza fotográfica y de cariño innegable, pero los aires de reivindicación que podrían ser pertinentes en una película como ésta se escapan por los costados de su gigantesco formato.
"Solo el patrón puede contar con celuloide la vida de otros"
En la línea del análisis que planteaba Jorge Loser (autor de la frase de este bloque), 'Roma' se delata por la mirada de Cuarón, un creador que no recupera la vida de Cleo sino que hace una oda a su recuerdo, recreando una mirada que no es la suya. Esta epopeya cotidiana de la intimidad sitúa el punto del debate más allá de lo cinematográfico, que también puede ser problemático pero está sujeto a discusión.

¿Puede hablar Cuarón por una mujer cuyos ejes de opresión no comprende? La inclusión del mixteco en el metraje, así como de intérpretes indígenas, señalan un interés verdadero en 'Roma' por la denuncia de un clasismo que existió, existe y existirá, así como por mostrar una sociedad machista y xenófoba.
Pero esas imágenes sostienen a medias los cimientos de una cinta que pretende construirse sobre reflexiones en torno a la raza, la clase o el género, y que se dinamitan por la decisión formal fundamental de la película: su distancia.
La lejanía que Cuarón muestra en su magnum opus, que sí permite evitar una sensiblería en la que sería fácil caer, condiciona con fuerza su posible acercamiento a lecturas que van más allá y que cuestionan verdaderamente diversidad, clase o machismo.

La impostura formal que 'Roma' respira, haciendo patente a un narrador que quiere sublimar sus imágenes para distanciarnos de su historia y permitirnos mirar y acercarnos por nuestra cuenta, se lleva a un empeño naturalista que se siente, a veces, vacío de reivindicación. Y no hay duda de que el director tiene un claro empeño de denuncia, reiterada por activa y por pasiva en la campaña de la película. Pero no son las palabras de Cuarón las que deben definir su obra, sino sus imágenes.
Como dice David Lynch: "Lo tienes todo en la película, no importa lo que yo diga". Y 'Roma' habla por sí misma desde una distancia tan fría que ausenta la denuncia. Nunca por falta de intención sino por una decisión de puesta en escena.
'Roma', olas y ganchitos
Cleo es un personaje totalmente magnificado, casi mesiánico. Su camino está en paralelo hacia una suerte de profeta: ante la constante adversidad, agacha la cabeza y continúa demostrando la única capacidad que parece tener, su amor por una familia que ni siquiera es la suya.

Momentos tan significativos con el del clímax emocional de la película, en la playa, quedan descompensados por los niños pidiendo ganchitos después de que su cuidadora haya salvado la vida de uno de ellos. Hay una representación muy clara de las estructuras patriarcales y machistas a través de los personajes masculinos, duramente criticados por Cuarón de forma muy explícita durante todo el metraje.
Aunque existe también un contexto de clase y de raza, no se profundiza en él más allá de pinceladas que muestran un lienzo de claras desigualdades, sin entrar nunca en ellas. Sofía afirmando que siempre están solas mientras sostiene las mejillas de Cleo es otra demostración de poder a la que la segunda asiste como observadora silente y desarraigada, a medio camino entre mundos que apenas puede considerar propios.
Esta extraña declaración de sororidad entre una criolla y una indígena es otro de los momentos claves en la muestra de jerarquía y relación vertical. Pero existe solo eso, reflejos que pretenden mostrar la desigualdad, no denuncia.
Las imágenes apenas nos indican hechos que muestren una toma de conciencia en Cleo, sino que pretenden convertirse en reflejo de una realidad a la que ésta se enfrenta desde el silencio y casi la sumisión. Tampoco ayuda el empeño de Cuarón en no mostrar de forma más fehaciente cómo las relaciones de poder entre la familia y su cuidadora afectan a la protagonista.
La panorámica vertical final, con Cleo ascendiendo las escaleras mientras la cámara mira al cielo, confirma nuestras sospechas. Hay honestidad en la mirada de Cuarón, llena de nostalgia en su amantísimo recuerdo, pero su naturalismo artificioso impide que la reflexión llegue a la denuncia.
La imagen, jueza última de 'Roma', propone ideas que debemos recomponer pero sólo como elementos contextuales que podemos poner en cuestión. Alfonso Cuarón no puede evitar alejarse de la reflexión: no filma como un adulto que clama contra las injusticias, sino como el niño que fue y mira con nostalgia sus recuerdos.

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22 comentarios
Bob
Es una maravilla. Me recordó al cine humanista de Akira Kurosawa (Vivir, Barbarroja): esa belleza plástica, esa emoción contenida que explota al final...
octavio1981gam
¿Por que no disfrutar ROMA por lo que muestra y por lo que logra transmitir? Cada uno de las personas que la hemos visto podríamos señalar y enumerar muchos aspectos que a nuestro parecer hacen falta en la película, o que no profundiza en tal o cual tema, y ¿ que película no es susceptible al mismo tratamiento? Insisto, disfrutemos de la película tal cual, y si hay a quienes nada les haya despertado, es completamente comprensible, de eso va el cine.
V4RVENDETTA
Ya hice mi comentario en otro artículo semanas atrás en esta página sobre esta película que si bien es buena, está siendo sobredimensionada.
Dos detalles: La inversión en publicidad a Netflix le costó casi el doble que la producción de la película. Eso da una idea de como funciona la publicidad, haciéndole repetir a todos que es supuestamente una obra maestra y condicionando el gusto, ese efecto ola hace que muchos no se atrevan a cuestionarla por lo que ya dicen de ella.
El otro detalle es que hoy me enteré de que medios especializados en México han publicado que Galo Olivares co-fotografió la película y la prueba es que han expuesto hojas de call o llamado de las que se realizan cada día de rodaje donde aparecen los horarios de entrada a filmación, personal y ocupación y en las mismas Olivares está como director de fotografía al igual que Cuarón y hay videos donde Cuarón decía que este iba a ser su fotógrafo, sin embargo en los créditos solo aparece como operador de cámara. Sería demasiado que haya visibilizado a su nada e invisibilizado a un fotógrafo, puesto que si es así Galo también tiene un Óscar como director de fotografía este año.
ignesio
Madre mía qué petardazo me pareció esta peli. La historia del novio karateka y del entrenamiento de este, es absurda a más no poder. Además, en la película, Cuarón parece que se autoflagela alargando las escenas, como para decir: "Mirad que increíble que soy". Yo las escenas de los coches aparcando repetidas veces, y las del perro, las de la fiesta, y otras más, como las de Cleo limpiando la casa, pues me parecen super pedantes.
kabe
hesta pelinicula es marabiyosa me trasmite muxo y memociona muxo tanvien gaicas muy agreadecido
searcher
Yo empecé a verla y a los 25 - 30 minutos tuve que quitarla... No aguantaba mas... Se me hacia DEMASIADO lenta.... La quite en la escena donde estaba el tío desnudo practicando golpes de karate y ella en la cama... La película no me había transmitido nada o muy poco hasta ese momento en el que ya no pude mas y la quite...
No se si fue porque me pillo en una noche un poco agotado que la verdad me apetecía mas ver un cine palomitero de mas acción y movimiento desde el principio que esto. No se si le daré una oportunidad próximamente...
V4RVENDETTA
Muchas interrogantes y contradicciones de Alfonso.
https://www.youtube.com/watch?v=ShlTS0EMOPU
Chicaro
Curioso que el editor comenté la escena del Gansito después de regresar de la playa, cómo pensando que le encontró el hilo negro a algo. Cuarón ya ha hablado al respecto y esa parte la ideó tal cual, con la intención de contrastar el clasismo que se vivía (vive).
La película nunca busca ser una denuncia ni dar lecciones de moral, y ahí reside uno de sus grandes valores. Es un retrato de una realidad, y los discursos morales y éticos los deja al espectador, que haga trabajar el coco y él se de cuenta de esos problemas de discriminación. Y eso queda demostrado en la polarización que armó la película, sobre todo acá en México. Al final en la película cada quien ve lo que quiere de ella.
jaimejames
"La mítica gran pantalla se resquebraja hacia nuevos dispositivos de reproducción que pueden democratizar el acceso a los productos audiovisuales"
¿democratizar?
A ver, pagar una entrada al cine se me hace más barato que comprar telefono, tablet, computadora, laptop, tv inteligente o tv y un Chromecast, contratar y pagar internet o usar los datos del telefono y por ultimo pagar la suscripción a netflix.