Gary Oldman ha hecho buenos todos los pronósticos y ha conseguido hacerse con el Óscar al mejor actor protagonista por su impresionante transformación en 'El instante más oscuro' ('Darkest Hour'). De esta forma se sigue el guion previsto en las categorías interpretativas tras las victorias de Sam Rockwell por 'Tres anuncios en las afueras' ('Three Billboards Outside Ebbing, Missouri') y y Allison Janney por 'Yo, Tonia' ('I, Tonya').
Cuesta creerlo teniendo en cuenta la trayectoria de Oldman, pero con anterioridad únicamente había sido aspirante al Oscar en otra ocasión. Fue en la gala de 2012 por su estupendo trabajo en 'El topo' ('Tinker Tailor Soldier Spy'), pero el fenómeno 'The Artist' le dejó sin premio en beneficio de Jean Dujardin. Casi daba la sensación de que ya le tocaba y eso probablemente haya ayudado a decantar la balanza a su favor.
Oldman debutó en 1982 con un pequeño papel en 'Remembrance', tardando bien poco en llamar la atención de crítica y público con su inolvidable actuación en 'Sid y Nancy'. 'El clan de los irlandeses'o 'JFK (caso abierto)' fueron algunos de los títulos que precedieron su emblemática participación en 'Drácula de Bram Stoker'. Pronto llegarían otros celebrados villanos en 'El profesional (León)', 'El quinto elemento' o 'Air Force One'.
Desde la llegada del nuevo milenio le hemos podido ver en títulos tan populares como 'Hannibal', varias entregas de la saga Harry Potter, la trilogía de Batman dirigida por Christopher Nolan, 'La guerraEl amanecer del planeta de los simios' o la reciente 'El otro guardaespaldas'. Trabajo nunca le ha faltado, pero seguro que Hollywood le tienta con varios blockbusters en un futuro cercano...
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