Podía mascarse la tensión entre los miembros de la Academia norteamericana, el canal ABC y los anunciantes que apostaron por comprar un espacio publicitario para bombardearnos durante la emisión de los Óscar 2019. La gala prometía ser un auténtico desastre tras confirmarse que no tendría presentador, que no se repartirían estatuillas durante las pausas —adiós a limitar la duración a las tres horas estrictas— y que la categoría de película popular fue sólo un delirante espejismo.
Pero como si de una película de M. Night Shyamalan se tratase, la 91º ceremonia de entrega de los galardones más importantes del año ha traído un giro bajo el brazo. Porque por primera vez en en cinco años, los Óscar han experimentado un aumento de audiencia. ¿Habrá sido este el reboot que estábamos esperando?
Según las primeras estimaciones, la retransmisión, de unos 200 minutos de duración, alcanzó un rating de 21.6; un 14% más que el logrado el año pasado, en el que un triste 18.9 marcó el mínimo histórico del evento con una audiencia de 26 millones y medio de espectadores.
Puede que el reparto de premios haya sido un tanto disparatado y controvertido, pero el ritmo de la gala, sin interrupciones para los números de rigor de los presentadores y con una firmeza inesperada con los tiempos dedicados a los discursos, ha servido para darnos unos Óscar digeribles sin necesidad de tirar de antiácidos y una litronas de café concentrado. ¿Repetirán fórmula el año que viene?
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 11 Comentarios