‘La teta asustada’, propuesta peruana de Claudia Llosa, está nominada a Mejor Película Extranjera de Habla Hispana para los Goya 2010 y también como Mejor Película de Habla Extranjera para los Oscar 2010. Aquí en España se estrenó hace ya un año, pero el tema de partida me echaba para atrás y en su momento prescindí de ella. Gracias a estas nominaciones y al ciclo que realizó con este motivo la Academia de Cine, me decidí por fin a rescatarla.
“La teta asustada” hace alusión a una supuesta dolencia que se transmite a través de la leche materna: las mujeres que han sufrido violaciones contagian su miedo a sus hijas al amamantarlas. La madre de la protagonista fue violada en los años ’80 durante la época del terrorismo en Perú. Ahora, esta joven vive con tal miedo, que se ha introducido una patata en la vagina para impedir ser penetrada.
Cuando una película trata un problema real o una situación de injusticia social parece que no existe la solidaridad hacia esa cuestión en aquellas personas que deciden no ver el film o que lo ven y no lo aprecian. Por conmovedor o escalofriante que sea un tema y por mucha falta que haga sacarlo a la luz, no significa que el vehículo que lo da a conocer ya posea necesariamente cualidades fílmicas o narrativas. Así, ‘La teta asustada’ te pone los pelos de punta, pero no a causa de lo que significa como película, sino por los hechos en sí, ya estuviesen descritos en un artículo de prensa, mostrados en un documental o contados en una sobremesa por alguien con pocas habilidades oratorias.
La empatía
Dejando a un lado el tema social y hablando sólo de cine, se pueden dirigir a esta película varias críticas. La primera la lanzaría hacia el personaje de la protagonista, encarnado por Magaly Solier. Comprendo que vive en un lugar donde el acceso a la cultura es limitado y donde es comprensible caer en supersticiones. Pero incluso dentro de que se ha dibujado un personaje con estas carencias, me parece que resulta muy difícil empatizar con él. La impericia que tiene esta joven ante todo lo que la rodea no es ya de alguien asustadizo y que no ha madurado, sino de un ser casi animal, menos avezado que una niña de corta edad. Se suma a ello una pasividad tan cargante que resulta imposible ponerse de su lado. Es como si ella no sintiese ni padeciese y se dejase llevar, sin más, por las circunstancias y por lo que otros deciden para ella. La empatía se puede sentir porque, como decía, lo descrito es muy tremendo y es fácil confundir la fuente de esos sentimientos, pero aseguraría que no está ni en la película ni en el personaje.
Dentro de esta pasividad reside el otro gran defecto que le encuentro al guión. El conflicto de la película es ese tubérculo que está creciendo dentro de Fausta, minándole la salud. Ella es quien ha optado por introducírselo y de ella depende dejarlo más tiempo o sacarlo de ahí. SPOILER Como todo depende de que ella lo decida, el momento en el que se resuelve el conflicto podría ser tanto el minuto dos de película, como el noventa —que es donde realmente ocurre—. Los hechos descritos en el film deberían haber sido lo que llevase a la solución del problema. Pero no es así: esta solución surge porque sí, sin nada que la motive y sin nada que impida que surgiese antes.
Puedo suponer que la intención de la autora era hacer ver una evolución en el personaje de Fausta, que en teoría se iría produciendo a medida que avanzase la trama del entierro de la madre. Pero tal evolución no se aprecia en la película, ya que el personaje es el mismo al principio que al final y la única diferencia perceptible es que, en un momento dado, por fin pronuncia las palabras que todos deseaban oír. FIN DEL SPOILER
Cualquier otro personaje de la película tiene más interés que el de la protagonista. La señora que la emplea (en la fotografía anterior), el jardinero que trabaja en la misma casa, su tío, sus amigas… todos estos secundarios sí tienen la fuerza suficiente como para que la película valga la pena verse. Gracias a ello, esta cinta se convierte en un salpicado de momentos acertados y poderosos, a veces de cierta belleza, más que en un conjunto cohesionado. A ello se suma lo siguiente:
El pintoresquismo
Otra de las bazas que creo que le han valido elogios y premios a ‘La teta asustada’ es el retrato que se hace del folklore y de las costumbres peruanas. Se nos describen numerosas ceremonias de bodas y otras celebraciones y comprobamos que son muy pintorescas y casi hasta tristes, a pesar de su intención festiva.
Entiendo que reírse de estos hábitos pueda ser un aliciente para quienes ven la película desde otros países que no sean el de origen y que por ello haya llamado la atención fuera de Perú. No obstante, estos ingredientes están incluidos en la historia con absoluta gratuidad. Están relacionados con la trama principal argumentalmente porque es la familia de Fausta quien organiza estos festejos, sin embargo, no están relacionados con ella conceptualmente. Se podría llegar a pensar, si se intenta hacer un paralelismo profundo, que están ahí para demostrar a lo que está renunciando la protagonista, pero a lo que se arriesga Fausta con su empeño es a algo mucho más grave que la soltería. Por lo tanto, si ésa fuese la intención, me parecería que se queda muy corta, y, de no tener relación en absoluto, lo encuentro como un adorno que no viene al caso.
La música en quechua, que es lo que sirve de asidero a la protagonista y también lo que consigue unirla con otros personajes, como el de la pianista; es otro de estos aspectos folklóricos. Si bien puede ser curioso, se me antoja que está tan explotado que llega a perder efectividad.
En definitiva, me parece que ‘La teta asustada’ cuenta con algunos aspectos muy interesantes y con ciertos instantes bellos y poéticos. También puedo apreciar el tratamiento sutil hacia una situación grotesca y desagradable y la ausencia de un exagerado dramatismo. Sin embargo, encuentro que se podría haber desarrollado más el personaje de la protagonista y la trama surgida de su situación. Como drama no consigue conmoverme y las partes humorísticas no dejan de ser una postal costumbrista demasiado fácil. Más que disfrutarse como cine, se puede ver con un ánimo curioso y con gran buena voluntad, como si nuestro visionado fuese a ayudar a las muchachas que sufren vidas similares a la de Fausta.
Mi puntuación:
Mis críticas sobre otras películas nominadas a los Goya 2010 | ‘Dawson: Isla 10’, ‘Celda 211’, ‘El secreto de sus ojos’, ‘Ágora’, ‘Gordos’, ‘Yo, también’, ‘Los abrazos rotos’, ‘Pagafantas’, ‘Tres días con la familia’, ‘After’, ‘Planet 51’, ‘Slumdog Millionaire’, ‘REC 2’, Cortometrajes de ficción en imagen real, Cortometrajes de animación y Cortometrajes documentales.