Anoche se entregaban los 31º Premios Goya, donde resultaron como claras triunfadoras 'Tarde para la ira' de Raúl Arévalo y 'Un monstruo viene a verme' de J.A. Bayona, dos películas tan distintas como el día y la noche, pero ambas -a su manera-, un tour de force brutal que convierte a sus responsables en auténticos luchadores.
Y todo esto, lo digo sin ser, ninguna de las dos mis favoritas del cine español del año ni de lejos. Pero prefiero no volver a entrar en el debate de cuál debería ser la labor de los Premios Goya y su falta de diversidad para otro momento y aceptarlos como lo que sé: la celebración del cine español más visible y comercial -aunque no siempre vayan unidos de la mano-.
Así que, a continuación desmenuzo algunos de los puntos destacables de la ceremonia: desde los premios, algunas anécdotas y la gala en sí, que fue, sin duda, una de las más sosas que se recuerde -y ya sé que parece que todos los años digo lo mismo-, pero este año el sentimiento es de total indiferencia, que creo que es algo mejor que el de vergüenza ajena, ¿o no?
La ira de Raúl Arévalo y su productora hipotecada
Las predicciones se cumplieron y 'Tarde para la ira' de Raúl Arévalo se convertía en la cuarta ópera prima en la historia de los Goya en convertirse en la Mejor Película, acompañada, de forma indiscutible de los respectivos galardones a Mejor Dirección Novel y Guión Original. Puede que no sea el thriller más original, ni más transgresor, pero la película destila toda la pasión que Raúl Arévalo y su productora, Beatriz Bodegas, han puesto en ella.
Casi 8 años lleva Raúl Arévalo tratando de sacar el proyecto a delante. Un sueño de convertirse en director que dejó bien claro desde sus inicios como actor y que no ha podido conseguir hasta tener cierta estabilidad profesional como actor. Pero sin duda, el esfuerzo titánico es el realizado por Bodegas, endeudada e hipotecada para poder realizar la película que, a día de hoy todavía no ha visto ni un euro de beneficio.
Ahora, con un poco de suerte, la película se reestrenará en cines a pesar de estar ya en DVD y aumentará un poco el escaso millón de euros recaudado en taquilla. Cuatro Goyas de los gordos -el cuarto fue para Manolo Solo como Mejor Actor de Reparto- y la esperanza de futuro de un nuevo director en la escena cinematográfica española.
El 'Monstro' de Bayona
Aunque si midiéramos el triunfo por cantidad de Goyas ganados, la gran triunfadora de la noche sería, sin duda, 'Un monstruo viene a verme'. O 'monstro', como se empeñaron en pronunciarlo más de una ocasión a lo largo de la ceremonia y lo que causó risas varias en Twitter y hasta se hizo referencia en la misma en el momento en el que Rovira mostró algunos tuits de la noche.
J.A. Bayona, nuestro Spielberg particular, no podía ocultar su emoción, aunque contuvo las lágrimas casi hasta el final. Y no nos extraña, su película, la más ambiciosa hasta la fecha -y me da que diremos eso a cada nueva película de dirija, ya sabéis que la próxima es 'Jurassic World 2', se alzó con, nada más y nada menos, que con 9 Goya, todos de las categorías técnicas a excepción del de Mejor Director, con el que vimos subir al director al escenario.
Así, Jota consigue algo nunca visto: tres Goyas como Mejor Director y ninguno como Mejor Película. El primero, lo ganó a la Mejor Dirección Novel por 'El Orfanato' en 2008 y el segundo, a la Mejor Dirección en 2012 por 'Lo Imposible'. Sí, es un director con fuerza, al estilo de los grandes norteamericanos pero quizás, a sus películas aún les falte algo para conquistar el corazoncito de los académicos españoles. ¿Tendrá ese algo que conquiste Hollywood? El tiempo lo dirá.
Dani Rovira, comedido y formal
No. La labor de Dani Rovira no superó a su primera vez como presentador de los Goya -mejor no recordamos la segunda y la polémica en Twitter que él mismo parodio esta última vez-, pero lo que hizo, lo hizo muy bien. Demasiado comedido y formal, pero lo hizo muy bien y sacó partido de lo que tenía entre manos: se prometió una gala austera y lejos de politizaciones.
Se hubiera agradecido algo más de gamberrismo e incorrección política, pero por lo menos, no hubo momentos de cierta vergüenza ajena, de esos de echarse las manos a la cabeza, e incluso tuvo ciertos momentos formidables: el poderío del monólogo incial defendiendo el cine español, sus juegos de palabras continúos a lo largo de sus intervenciones y su pequeño homenaje a Fernando Trueba y Almodóvar, y a 'La niña de tus ojos', al continuar con la broma de sus intentos de ligar con Penélope Cruz.
Unos intentos que, comenzaron con un "Buenas Noches, Majestad" y dio por finalizados al cantarle 'La bien pagá', uno de los temas que la actriz cantaba frente a Goebbles, con mucho desparpajo, en 'La niña de tus ojos' de Trueba en 1998. Bonito guiño para ésta y su secuela, 'La Reina de España', injustamente boicoteada en su estreno.
Sin embargo, hay algo que me molestó especialmente de las intervenciones de Rovira. Justo antes de despedirse de su romance con Penélope, Dani Rovira se calzaba unos tacones rojos para "ponerse en los zapatos" de las mujeres y tratar de entender lo díficil que es las profesión para las mujeres y para reivindicar la presencia de más mujeres en la industria.
Aplaudo sus intenciones y el mensaje, pero hacerlo con unos tacones rojos contradice la base del mismo y lanza otros equivocados sobre los estereotipos de las mujeres: "que os den mejores papeles femeninos, sí, pero no os olvidéis los tacones". Sé que recibiré críticas por esto, pero no hará más que demostrar que queda mucho que andar: y en unas buenas botas de montaña.
La Film Symphony Orchestra y el (espantoso) número musical
Sin comentar lo extraño de la distribución del escenario, nos centraremos en el acompañamiento musical durante toda la ceremonia llevado a cabo por la Film Symphony Orchestra. Músicos soberbios, ocupando casi todo el escenario. Aunque quedaba muy bien y siempre da gusto escuchar buena música en directo, parece que se quedaron a medio camino de sacarles partido.
Quedó todo muy solemne, quizás demasiado, y faltó más juego entre la orquesta y el maestro de ceremonias como parecía que iba a ocurrir al principio cuando Rovira le dijo al director de orquesta que se parecía a muchas personas. Además, que tocarán el 'tic-tac' del reloj cada vez que alguien se pasaba de tiempo en su discurso era bastante desconcertante y estaba fuera de lugar.
No ayudó mucho, que el otro momento musical de la noche fuera casi catastrófico. Los actores Adrián Lastra y Manuela Vellés, normalmente muy buenos cantantes, salieron a tratar de defender una canción compuesta por Víctor Manuel, con una letra muy bonita, pero que se notaba que no habían terminado de interiorizar. El resultado fue algo disonante, no se entendía muy bien la letra y Lastra y Vellés parecían estar en lados totalmente opuestos a la hora de interpretar la canción. Una pena.
"No hay tanto pan"
Por suerte, la poderosísima Silvia Pérez Cruz antes nos había regalado el mejor y más emocionante momento de la noche. Fue cuando subió a recoger el Goya a la Mejor Canción para 'Ai Ai Ai', la canción que compuso por la tristamente desapercibida 'Cerca de tu casa'. Pérez Cruz recogió el cabezón, emocionada, y con la necesidad de cantar un pedazo de otro de los temas que compuso para la película: 'No hay tanto pan'.
Se hizo un silencio sepulcral en la sala y la maravillosa Silvia Pérez Cruz, además de regalarnos su increíble talento vocal e interpretativo lleno de sensibilidad, que la situán como una de las grandes JOYAS de la música española, fue la que más se mojo a denunciar una situación insostenible en nuestro país y que parece que no se haga nada para evitarlo desde el Gobierno central, el de los desahucios. A sus pies, Silvia Pérez Cruz.
El doblete de Emma
Quien me conozca sabrá que Emma Suárez es parte importante de mi pasión por el cine español, ya que me adentré en él con películas como 'El perro del hortelano' de Pilar Miró o 'Tierra' de Julio Medem, por lo que los dos Goya que ganó anoche, a Mejor Actriz Protagonista y de Reparto, me parecen merecidísimos, justos y de: "ya era hora".
Fue precisamente por la cinta de Miró en 1996, por el que Emma Suárez se alzó con su primer y único Goya hasta anoche. Ahora, tiene tres que recompensan sus idas y venidas en una industria que, a veces la hacía desaparecer -ya sabéis eso que pasa cuando una actriz pasa de los 40-, pero que cuando volvía, lo hacía con fuerza e imparable.
Sus papeles en 'Julieta' de Pedro Almodóvar y en la fantástica e ignorada en los Goya 'La propera pell' de Isaki Lacuesta e Isa Campo. Dos personajes de madres sufridoras y valientes que la han convertido en la auténtica reina de la noche y en la segunda actriz de la historia de los premios en conseguir el doblete: la primera fue Verónica Forqué en 1988.
Emma Suárez es una de las mejores actrices de nuestro país y la que más lejos está de lo que supone ese título: estar contantentemente en los focos y alfombras rojas. Emma Suárez siempre me dio sensación de que iba contra las reglas y que siempre hizo lo que le dio la gana, de forma libre e instintiva. Así que...¡Viva Emma Suárez y sigamos dándole papeles importantes!
Anna Castillo
Si hubo alguna sorpresa en el reparto de premios fue el Goya a Anna Castillo a la Mejor Actriz Revelación por su excelente trabajo en 'El Olivo', de Icíar Bollaín, otra de las películas que hubiera merecido un poco más de atención en los Goya. Y fue sorpresa porque la gran favorita y las predicciones decían que sería Ruth Díaz por 'Tarde para la ira' la ganadora.
Su personaje en 'El Olivo', escrito por Paul Laverty, valiente, luchador y cabezón, es uno de los mejores femeninos del cine español del año, y el ángel y desparpajo de Anna Castillo, lo llevaron a otro nivel. Además, el discuro de Castillo, fue uno de los más simpáticos y entrañables de la noche: no ocultó su arrolladora personalidad descarada y su nerviosismo. No se olviden de su nombre: este año la veremos en dos de las películas más esperadas del año 'Oro' de Agustín Díaz Yanes y 'La Llamada' de Javier Calvo y Javier Ambrossi.
El In Memoriam y la pésima realización
No sé que pasa con la gala de los Goya que siempre tiene una pésima realizción. Entiendo que no debe ser muy fácil realizar un directo de estas características de tres horas de duración y donde hay que actuar rápido para buscar las mejores reacciones del público. Pero ese público está sentado y se sabe de antemano dónde, por lo que sólo hace falta estar atento. Por no hablar de los desfavorecedores planos contrapicados que se vieron en más de una ocasión.
Sin embargo, si hay algo de la realización que ha sido muy críticado fue, sin duda, el momento In Memoriam, que recuerda a los profesionales fallecidos durante el último año. A parte de que la elección de no aplaudir fue acertadísima -siempre queda muy mal el aplausómetro de a ver a quien se aplaude más- el vídeo fue acompañado por la acutaación musical de un violocello. Hasta aquí todo correcto, hasta que al realizador parece interesarle más el músico que los homenajeados, cuando otros años, la pantalla se ocupaba en su totalidad con el vídeo de los compañeros desaparecidos.
Por cierto y cambiando drásticamente de tema, que poco partido se le sacó a la dichosa "cámara glamour" durante la Alfombra Roja, ¿no?
De los trajes de chaqueta de Candela Peña y Bárbara Santa-Cruz a las migas de Pedro Almodóvar
Y para terminar un batiburrillo de cosas que no dan para un apartado propio pero que bien merecen ser destacadas. Empezaremos por nuestras Evan Rachel Wood particulares: Candela Peña, nominada al Goya de Mejor Actriz de Reparto por 'Kiki, el amor se hace' y la también actriz Bárbara Santa-Cruz, se atrevieron ambas a vestir traje de chaqueta y de color blanco. Iban divinas y reivindicaron aquello de que no hace falta lucir un vestidazo en una alfombra roja.
No he encontrado una foto del momento, pero Pedro Almodóvar pasó casi media gala con migas en su camisa y chaqueta negra. No es que me meta con eso, puede pasarle a cualquiera cuando se comen canapés en un cocktail, pero me pasé media noche, cada vez que le enfocaban, diciéndole a la tele: "Pedro, ¡sacúdete las migas!".
Lo más comentado de la Alfombra Roja fue el fantástico chal que lució la actriz Cuca Escribano en el que se leía el siguiente bordado: "Más Personajes Femeninos". A sus 43 años, la actriz lució con orgullo el reivindicativo chal para recordar que la falta de personajes femeninos con importancia en el cine español, aún es demasiado evidente. La actriz, parecía que iba a ser una de las grandes sorpresas a principios del 2000, pero esa energía con la que empezó gracias a 'Poniente' de Chus Gutiérrez, parece que se fue apagando poco a poco.
Y para terminar, no queríamos olvidarnos de Ana Belén, Goya de Honor 2017. La actriz y cantante comenzó con un discurso que parecía iba a hacerse eterno y en el que iba a recordar toda su carrera y agradecer a todo aquél que la ayudó, pero terminó bastante contundente y especial. ¡Que lo disfrutéis!
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