No sé si os acordáis, pero en 2020 Dan Levy se debió dar cuenta de una cosa en lo que volvían a conectar, por enésima vez, con él (fue gala "virtual") para recibir un Emmy por 'Schitt's Creek'. Casi pidió perdón porque, como se suele decir, lo poco agrada y lo mucho cansa... y ellos ya notaban que el hacer pleno en esa edición era algo aburrido de ver.
Y no era la primera vez, ni sería la última, en que tendríamos situaciones de este estilo: con claros triunviratos formados por la mejor comedia, drama y serie limitada cada año. Habría siempre una que arrasaba y se llevaría o bien todo o bien la gran mayoría... con el agravado de que, al ser series de varias temporadas, se convertirían en perennes durante su curso de vida.
Ciclos de ganadores
Al igual que las series que no iban a ganar nunca, estaban las series que iban a hacerlo siempre: 'Succession' (tres temporadas), antes de ella 'Juego de tronos' (cuatro temporadas), etc. Sin embargo, sí que es verdad que la tendencia ha cambiado en la última década (larga) en cuanto a la homogeneización (y hegemonía) de los ganadores.
Por poner un ejemplo, que de hecho comentó Jon Hamm presentando este año, 'Mad Men' ganó mejor serie de drama durante cuatro años seguidos pero se iba de vacío en el resto de categorías principales —el único año que ganó Jon Hamm mejor actor principal fue, de hecho, en pleno ciclo de 'Juego de tronos' como mejor drama—.
De hecho, esto es algo más de los últimos años. En 2020, a pesar del pleno de 'Schitt's Creek' todavía había algo de variedad a pesar de la dominación de 'Watchmen' y 'Succession'; en 2021, fue el año de 'The Crown', con un pequeño mano a mano entre 'Ted Lasso' y 'Hacks' (y 'Gambito de dama' contra 'Mare of Easttown'); en 2022 fue el turno, sobre todo, de 'The White Lotus'.
Repiten más que el ajo
Claro, esos años sí que estaban algo más repartidos los premios, pero en esta edición ha ocurrido que el dominio absoluto se ha dado en los tres grandes géneros/formatos. Os pongo un ejemplo, de un total de catorce comedias nominadas en distintas categorías de la gala principal, solo dos fueron reconocidas, con Quinta Brunson ('Colegio Abbott') llevándose un Emmy que parecía de consolación porque Ayo Edebiri competía en la categoría de actriz de reparto.
Ojo, que no estoy diciendo que no se lo merezcan... es más cuestión de que la poca variedad termina yendo en contra y haciendo que uno pierda el interés según va avanzando la noche. Esto quitaba energía a la que probablemente sea una de las galas más entretenidas de los últimos años. Una sensación que se agravaba por culpa de los Globos de oro, que parecían haber marcado el guion de anoche.
De hecho, en lo personal, cada vez rogaba más por la sorpresa. Aunque sea un par, en las categorías principales: que 'Barry' rascase un premio aunque sea en dirección; que 'Better Call Saul' tuviese una estatuilla de consolación o que de repente 'Dahmer' adelantase por la derecha a 'Bronca'.
En definitiva, si bien se han currado la producción de la gala, los académicos han sido demasiado acomodaticios incluso para sus estándares habituales. Ahora que se retira 'Succession' puede ser una gran oportunidad de encontrar nuevos rumbos para los premios de este próximo septiembre, sobre todo tras la confirmación de su crisis de audiencia. Esperemos que así sea.
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