Entre otras muchas cosas, el horrible mandato de los talibanes entre 1996 y 2001 prohibió todo tipo de entretenimiento popular en Afganistán, incluyendo música y cine. Destrozaron todas las películas que pudieron, pero hubo un hombre que salvó hasta 7000 carretes que contenían todo tipo de historias de ficción y documentales rodadas entre los años 20 y 70.
Ese hombre se llama Habibullah Ali y consiguió, con ayuda de amigos, guardar todas esos carretes en latas marcadas como películas indias o europeas y esconderlas tras paredes de ladrillos o techos falsos y ahora, veinte años después, han podido recuperarlas y están en proceso de digitalizarlas. Ali dice que si se hubiesen enterado en su momento de que guardaban todos esos carretes, les hubiesen matado en ese mismo momento.
Pero tuvo suerte, y por extensión la tienen todos los afganos, que podrán disfrutar de películas que reflejan la historia de su país, de relaciones de amor y amistad, de documentales que cuentan lo que Afganistán vivía. A día de hoy, hay chicos y chicas jóvenes que no han conocido su país en paz, y ver estas películas es una estupenda manera de hacerlo, de aprender y de ver que hubo un Afganistán sin guerras.
Aún queda para que se puedan ver esas películas, porque han calculado que todo ese proceso de digitalización durará unos dos años, ya que primero hay que revisar cada película, comprobar que no está dañada, clasificarla, y posteriormente transformarla a formato digital. Ali dice que tienen 32.000 horas grabadas en 16 mm y 8.000 en 35 mm, así que tienen demasiado trabajo aún por delante, pero Afganistán se lo agradecerá.
Vía: Images
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