Antes de que se estrenara, estaba convencida de que unos cuantos capítulos serían todo lo que veríamos de Dutifri, todo lo que Telecinco le permitiría a Javier Sardá. Todo apuntaba a que se trataba únicamente de un capricho de Sardá y una concesión de la cadena a uno de los profesionales que más alegrías le ha dado. Pero el hecho es que, a punto de acabar la primera temporada, el programa no sólo ha conseguido unos datos bastante decentes de audiencia (17.4% de share medio), sino que además, si consigues pasar por alto algunos momentos excesivamente dedicados a sí mismo y te acostumbras a ese tono extrañamente coloquial que utiliza en la locución, Dutifri puede resultar incluso entretenido.
Lo mínimo que se puede decir de Dutifri es que resulta muy diferente al tipo de programas que estamos acostumbrados a ver a esas horas. A eso hay que añadirle el mérito de conseguir que un programa de viajes funcione en prime time, mucho más difícil que hacer que un programa como Crónicas Marcianas funcione en el late night. Estos méritos, por cierto, los comparte con Planeta Finito de La Sexta, que a mí personalmente me sigue gustando bastante más.
El caso es que parece que Sardá va a seguir recorriendo el mundo a costa de Telecinco durante unos meses más, ya que la cadena le ha encargado la grabación unos cuantos programas más, que no se emitirían hasta 2008. Por último, Sardá parece decidido a rentabilizar al máximo sus experiencias y va a publicar un libro sobre los viajes realizados para el programa.
En ¡Vaya Tele! | Dutifri, o Sardá haciendo el indio