“Pues no es tan vieja en persona. Está mucho más guapa que en la película: díselo en la rueda de prensa” fueron algunos de los comentarios que se oyeron entre los críticos cuando Julie Delpy apareció en los cines Golem Alphaville de Madrid para presentar su película ‘Dos días en París’. Una prueba irrefutable de que los críticos también son seres humanos y tan – si no más – marujos como el resto.
Este primer largometraje de Julie Delpy – el experimento casero en tiempo real que fue ‘Looking for Jimmy’ ni lo cuento – fue, para mí, una agradable sorpresa. Pero ya hablaré más en profundidad de él cuando sea la fecha de su estreno, que será en julio en Francia y en agosto en nuestro país. Por ahora, prefiero quedarme con otra agradable sorpresa: la más que interesante actitud y aptitud de Julie Delpy para hacer cine. Y la convicción de que es posible que sea uno de los nombres dignos de seguimiento en un futuro próximo. De hecho, en las fechas que corren, el mejor cine francés está siendo realizado por una actriz-guionista reconvertida a directora: Agnès Jaoui. No es un mal modelo.
En el caso de Julie Delpy, habiendo empezado como una cara bonita y un cuerpo al que muchos “auteurs” se lanzaron a desnudar, tal vez tenga más prejuicios que superar. Pero en la rueda de prensa demostró que se tomaba las cosas con calma: a la que le preguntaron por su participación en ‘La noche oscura’ de Carlos Saura, su primera reacción fue preguntar jovialmente “¿Salía desnuda?”. Luego, se rió mientras comentaba que lo poco que recordaba de ese rodaje fueron las innúmeras visitas al Museo del Prado para ver qué trajes debía llevar puestos a lo largo de la película.
Otro prejuicio que vencer, más importante, se planteaba en el momento en el que ella debía buscar financiación para su primer largo. “Siendo mujer, sólo aceptan financiarte si haces algo ligero. Preferentemente comedia romántica”. Si, además, el producto ofrecido, ambientado en París, tiene similitudes con ‘Antes del atardecer’, mejor que mejor. A este respecto, debo decir que ‘Antes del atardecer’ me parece una película muy lograda y que el hecho de que la principal contribución al guión de esa película provenga de Julie Delpy ya debería ser motivo más que suficiente para que muchos la tomen en serio.
Personalmente, me sorprendió lo claros que Julie Delpy tenía muchos conceptos narrativos. Como cuando dijo “En comedia, el ritmo es esencial: todo tiene que estar escrito como mínimo a un 99%. Sé que muchos directores modernos creen en la improvisación, pero eso no funciona en comedia. En mi película, hasta las escenas que resultan más caóticas están férreamente escritas”. Lo cual dice mucho, también, se su capacidad como directora de actores, pues la frescura y la espontaneidad es una de las señas de identidad de su película.
Para terminar de redondear su dedicación y compromiso, Julie Delpy no sólo ha puesto música al filme (escribe y canta), sino que también lo ha montado. Y esto es lo más sorprendente: lo ha hecho notoriamente bien. Comentaba que, dado lo limitado del presupuesto — que le llevó a hacer actuar a su familia y hasta a su gato — los pocos días de rodaje suponían el contar con muy poco material y, en la mayoría de los casos, carecer de contraplanos. Pues el montaje suple esas carencias de modo ejemplar. “A mí siempre me ha gustado el montaje. Cuando estudiaba cine, todos mis compañeros me entregaban sus cortos para que los montase”. Un oficio en apariencia tedioso y con poco glamour donde Julie Delpy se ha desenvuelto de maravilla.
Comentó que, tras el rodaje de ‘Tres colores: Blanco’ pasó días con Kieslowski aprendiendo todo lo que podía sobre el oficio del guión. También con Richard Linklater aprovechó para desarrollarse como escritora. Visto el resultado en ‘Dos días en París’ está claro que su apuesta va en serio. El resultado final de ese “yo me lo guiso y yo me lo como” es superior al de muchísimas películas que se estrenan en nuestro país por parte de gente que se cree “consagrada”, y debería dar que pensar a más de uno.
Había curiosidad por saber si interpretaría otra película junto con Ethan Hawke y bajo las órdenes de Linklater. Su respuesta también fue muy encomiable. Dijo que no la podía hacer por hacerla. Que primero deberían encontrar un argumento.
Por lo demás, la conferencia de prensa resultó muy divertida: la intérprete no dudaba en añadir chistes de su propia cosecha a las respuestas de Julie Delpy mientras ésta decidía aprender español tomando la palabra “mamada” como punto de partida. “¿Se dice así en español? ¡Qué mono!”. Entre bromas sobe Sarkozy, la sorpresa de la crítica ante la excesiva personalidad del padre de la actriz, chistes sobre ‘El código Da Vinci’ y la convicción de que su próximo proyecto como directora, ‘La condesa’, será una realidad concluyó una rueda de prensa que nos ofreció a una directora a la que seguir la pista.