"No hay lugar en la Academia para gente que abusa de su estatus, poder o influencia de un modo que viole los estándares de decencia. Si la junta de directores descubre que algún miembro ha violado estos estándares o ha comprometido la integridad de la Academia con sus acciones, la junta de directores podría tomar medidas disciplinares, incluyendo la suspensión o la expulsión".
Con estas palabras, la Academia de Cine norteamericana anunció el pasado mes de diciembre la aprobación de un código de conducta al que se verían sujetos todos sus miembros. Hoy, apenas cinco meses después y tras haberse encargado de Harvey Weinstein la organización ha aplicado su férrea nueva normativa, lo cual se ha traducido en la expulsión de Bill Cosby y de Roman Polanski, reafirmada en un escrito en el que la junta afirma "continuar incentivando los estándares éticos que deben tener los miembros para defender los valores de respeto por la dignidad humana de la Academia".
El cineasta franco-polaco Roman Polanski, cinco veces nominado al Oscar y ganador de la estatuilla en 2003 por su dirección en 'El pianista', mantendrá su condecoración que, recordemos, no pudo recoger en persona al estar exiliado fuera de territorio estadounidense desde 1978, tras haberse declarado culpable de mantener relaciones sexuales con una menor de 13 años de edad.
Por su parte, Bill Cosby, que el pasado 26 de abril fue declarado culpable de tres cargos de asalto sexual con agravantes, no sólo ha sido castigado con la expulsión de la Academia. El cómico, cuyas primeras acusaciones de diferentes delitos de índole sexual datan de los años sesenta, ha visto su nombre retirado del Hall of Fame de la Academia Televisiva, al igual que su estatua instalada en el vestíbulo del Fame Plaza.
Además, instituciones como la universidad de Yale han retirado sus condecoraciones y títulos honorarios al artista.
Las primeras reacciones a la expulsión
Tan solo han pasado unas pocas horas desde que se ha hecho efectiva la expulsión de ambos artistas, pero las primeras reacciones a la misma ya han tenido lugar, estando todas, por el momento, relacionadas con el entorno de Roman Polanski.
Harland Braun, abogado de Roman Polanski, se ha manifestado en una entrevista para Vanity Fair en la que ha pedido un "juicio justo" para su cliente —lo cual considera que "no es demasiado pedir" y ha puntualizado que la intención del cineasta es recurrir la decisión tomada por la Academia.
"El señor Polanski debería haber sido avisado y contar con 10 días para presentar su versión. Ha sido una completa debacle en el sentido de que no siguen sus propias reglas... lo han cortocircuitado todo. Es chocante que sean tan injustos. Vamos a intentar sentarnos con la Academia y decir: 'Hey, mirad, chicos, seguid las normas'".
El la presentación que está preparando Braun para demandar la readmisión de Roman Polanski incluye varias declaraciones de Samantha Geimer, la ahora mujer de 55 años que sufrió los abusos del director en 1997 que, además de catalogar a los miembros de la Academia como "una banda de gilipollas", se ha referido de este modo a la expulsión también en Vanity Fair:
"Es una acción fea y cruel tomada únicamente para aparentar. No hace nada por cambiar la cultura sexista que hay en Hollywood y tan sólo demuestra que se comerían unos a otros para sobrevivir. Sólo le digo a Roman que está bien deshacerse de la basura, la Academia no tiene honor."
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