Esta noche se celebra la edición número 34 de Wrestlemania, una especie de equivalente a la Superbowl para los amantes de lo que en España conocimos durante muchos años por el nombre de Pressing Catch. Es la gran cita del año para los amantes del wrestling y este año hay varios combates que pintan muy bien, pero uno de ellos sobresale por encima del resto, incluso del debut en la compañía de Ronda Rousey, por la participación en el mismo de Daniel Bryan.
Bryan era el luchador más querido por el público con gran diferencia sobre el resto cuando en febrero de 2016 se vio obligado a retirarse por motivos médicos. Lo cierto es que varios doctores tardaron bien poco en aprobar su regreso al ring, pero el que trabajaba para WWE, la compañía líder del mundo del wrestling, no dio su aprobación hasta hace apenas unas semanas. Su primer combate desde su abrupta retirada tendrá lugar esta noche y va a ser algo histórico.
Un héroe improbable
Midiendo apenas 1 metro con 73 centímetros y no luciendo un físico especialmente musculoso, nadie diría a simple vista que Bryan Lloyd Danielson, su nombre real, iba a acabar convirtiéndose en uno de los miembros del mundo de la lucha libre más reputados a lo largo de todo el planeta. Él no dudó en abrazar ese sueño poco después de acabar el instituto y tras varios meses de entrenamientos, debutó de forma profesional en el año 2000.
Para conseguir su sueño no dudó en participar en multitud de compañías independientes en la que fue cimentando su prestigio a base de grandes combates. A él nunca le han importado tanto los títulos y la gloria como la posibilidad de entrar en el ring y darlo todo. Apodado como The American Dragon, Bryan brilló tanto como heel (villano) como face (héroe), pero su primera etapa en WWE no fue muy memorable.
Además, Bryan colaboró activamente con WWE (WWF por aquel entones) durante los primeros pasos de su carrera, pero su contrato expiró en 2001. No obstante, volvieron a contar con él durante un puñado de meses entre 2002 y 2003 a modo de comparsa de otros luchadores a los que permitir lucirse en sus actuaciones contra él. En una de ellas llegó a pelear con John Cena en la liga de desarrollo de la compañía.
Obviamente perdió el combate contra Cena, llamado a ser el gran rostro visible de WWE durante más de una década, y no mucho después abandonó de forma definitiva la compañía hasta que su enorme popularidad en el panorama independiente llevó a WWE a volver a hacerse con sus servicios en 2009. Una práctica habitual de la compañía que le ha dado muchas alegrías durante los últimos años.
Los altibajos en WWE
Inicialmente, WWE le asignó a la liga de desarrollo, pero la empresa introdujo un nuevo concepto de programa televisivo centrado en varios luchadores prometedores y uno de los elegidos para su primera temporada fue Bryan. Pese a sus buenas actuaciones, Bryan perdió sus diez primeros combates y eso fue decisivo para acabar siendo eliminado de NXT, aunque durante su paso por el mismo ya se sembraron las semillas para un futuro feudo con The Miz, su mentor en el programa.
Tras una aparición puntual en Raw, el programa estrella de WWE que lleva emitiéndose todos los lunes desde hace más de 25 años, el esperado regreso de Bryan en junio de 2010 se vio truncado. Apareció junto al resto de integrantes de la primera edición de NXT para formar Nexus, un grupo heel que entró destrozando todo a su paso. Bryan se mostró especialmente violento, algo que no gustó a los patrocinadores, por lo que fue despedido.
Poco tardaría en volver para un combate por equipos en los que se enfrentaría a Nexus. Bryan ya se quedó definitivamente en WWE y apenas unas semanas después se hizo con el título de los Estados Unidos al derrotar a The Miz, su antiguo mentor. Mantendría el título hasta marzo de 2011 y durante un tiempo deambuló sin pena ni gloria por la plantilla de WWE.
Esa situación cambió en julio de ese mismo año cuando ganó un combate que le permitía retar al campeón de los pesos pesados en cualquier momento que deseara durante un año. Tras un primer intento de hacerlo que fue finalmente cancelado, Bryan se convirtió en campeón mundial en diciembre de ese mismo año, dando inicio a su rápida transformación en un heel especializado en irritar tanto al público como a sus rivales.
La creación de una leyenda del ring
Lo curioso es que fue entonces cuando empezó a utilizar uno de los elementos que le han hecho destacar: entrar al ring y celebrar sus victorias de forma muy efusiva y añadir a la misma mover sus brazos hacia arriba gritando Yes (sí en inglés). No lo inventó él, ya que reconoce haberse inspirado en el luchador de UFC Diego Sánchez, pero fue él quien lo convertiría en un fenómeno nacional, pero será mejor que no adelantamos acontecimientos.
Bryan logró mantener el titulo hasta Wrestlemania XXVIII, perdiéndolo en un combate que duró apenas unos segundos. Lo que estaba pensado como la humillación definitiva tras su actitud durante los meses previos para catapultar al estrellato a Sheamus, su rival, se saldó con un resultado inesperado: el público se puso del lado de Bryan, disparando así su popularidad. No obstante, perdería la revancha contra Sheamus apenas semanas después, pero en un combate mucho más disputado.
Tras diversos feudos, Bryan inició una rivalidad meses después con Kane, el hermano en la ficción del mítico Enterrador y cuyo personaje se basaba en la idea de ser un demonio. Logró derrotarle en la pelea más importante, pero lo realmente esencial de ahí es que pasaron a formar un improbable equipo que dio infinidad de inolvidables momentos cómicos. Ganaron el campeonato por parejas y la popularidad de Bryan entre el público creció aún más.
Poco después de perder el título, prácticamente ocho meses después de haberlo ganado, Bryan volvió a combatir de forma individual y lo querido que era entre el público fue el factor clave para que tuviera la mayor oportunidad de su vida hasta entonces: un combate contra John Cena por el título máximo de WWE en Summerslam, el segundo evento de pago por visión más importante de la compañía.
Tocando el cielo
El combate fue muy disputado y alabado por los amantes de la lucha libre y lo mejor de todo para Bryan es que logró ganarlo. El problema es que otro luchador (Randy Orton) se lo arrebató apenas minutos después canjeando la misma posibilidad de la que él había dispuesto un par de años atrás.
Fue el inicio definitivo de una rivalidad en la que los propios mandamases de la compañía jugaron un rol importante al hacer de menos a Bryan, una decisión que solamente avivó aún más el amor que el público tenía hacia él. La situación llegó hasta tal punto que forzó a la compañía a cambiar sus planes para Wrestlemania XXX, añadiéndolo a última hora para el combate principal por el título de WWE.
Fue la noche soñada, la culminación de una larga aventura que dejó con el mejor sabor de boca a todos los asistentes. No solamente ganó dos disputados combates en la misma noche, sino que además demostró que podía ser la gran estrella de WWE pese a no contar con el look adecuado para ello. Al respecto conviene destacar que su larga y muy característica barba fue muy comentada por el mandamás de la empresa como algo que había que arreglar.
La caída a los infiernos y una retirada prematura
El problema es que todo lo que sube tiene que bajar y Bryan se lesionó apenas unas semanas después, en mayo de 2014. Tuvo que someterse a una operación en el cuello que le tuvo varios meses alejados del ring, por lo que tuvo que dejar vacante el título de WWE. En noviembre regresó al ring e inició su camino para volver a conquistar el título, incluyendo su participación en Royal Rumble, el combate en el que 30 luchadores van entrando sucesivamente al ring hasta que solamente queda uno dentro del mismo.
Lamentablemente, Bryan fue eliminado, pero eso provocó tal disgusto entre el público que unas semanas después se enfrentó al ganador del mismo para conseguir una opción por el título de WWE en Wrestlemania XXI. Perdió el combate y acabó participando en una pelea de escaleras en la que se hizo con el campeonato intercontinental, pero los problemas no tardarían en volver a llegar.
Poco después de su victoria, Bryan volvió a sufrir problemas médicos, por lo que tuvo que dejar vacante el título en mayo de 2015, apuntando que era probable que tuviera que retirarse como luchador. Durante meses intentó volver al ring e incluso pidió a WWE que le liberase de su contrato para poder luchar en otras empresas donde sí estaban dispuestas a permitírselo. El jefe de la compañía denegó la petición y poco después se descubrió una lesión en su cerebro.
Bryan no tuvo otro remedio que anunciar su retirada el 8 de febrero de 2016 en un emotivo discurso en el que volvía hacer gala de su sorprendente capacidad para conectar con el público por el simple hecho de que realmente trasmitía una pasión genuina por su trabajo. Era una gran pérdida pero poco tardó en empezar a hablarse de que podría no ser el punto y final para su carrera como luchador.
El difícil regreso al ring
Tras someterse a infinidad de pruebas médicas, llegó un punto en el que el único médico que se negaba a dar luz verde a su regreso a la compañía era el que trabajaba para WWE. Algunos lo achacaron a diversos problemas legales a los que tenía que hacer frente la compañía por un trato algo inadecuado de los luchadores tiempo atrás e incluso algunos querían ver en ello una conspiración para que nadie pudiera hacer sombra a Roman Reigns, el luchador que la empresa lleva años intentando convertir en el sucesor de John Cena con resultados mejorables.
Llegó un punto en el que todo hacía pensar que al finalizar su contrato con WWE, que llegaba a su fin en septiembre de 2018, Bryan iba a marcharse a otra empresa para poder seguir cumpliendo su sueño de darlo todo en el ring. Mientras tanto, WWE había decidido mantenerlo dentro de la programación televisiva pero como general manager de Smackdown, el segundo espacio más importante de la compañía, dado que su inmensa popularidad seguía intacta.
Bryan quería luchar y multitud de médicos avalaban su decisión, pero no fue hasta este pasado 20 de marzo cuando no se confirmó su regreso al ring de WWE. Será en un combate por parejas que tendrá lugar esta noche y sobre el que hay puesta tanta atención que a nadie le extrañaría que acabase siendo la pelea más aplaudida de la noche. Será la primera de muchas y probablemente no la mejor, pero la gente vuelve a tener a su héroe y Bryan sigue cumpliendo su sueño. El mejor final posible.
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