Mientras en Hollywood no hay tregua que valga en la guerra por la franquicia del año, la década, o a poder ser, del siglo, parece que en la industria nadie quiere darse cuenta de que sin esfuerzo aparente han creado un universo propio tan personal que parece mentira que aún nadie haya bautizado. Bueno, para esto estamos nosotros: bienvenidos al fascinante universo cinematográfico de los pueblos de Norteamérica.
Pongamos que todo comenzó con 'Fargo', aunque puestos a pensar en pueblos con historia quizás 'Sangre Fácil' (Blood Simple) o 'Terciopelo Azul' (Blue Velvet) ya contaron a nuestra generación que los pequeños núcleos urbanos suburbiales podían albergar mil y un secretos oscuros. Aunque a veces dieran risa, como en 'No matarás al vecino' (The Burbs), el fondo era mucho más negro. No olvidemos que en pueblos de ese tipo se estrenaron en lo suyo personas como Ed Gein, Jeffrey Dahmer o nuestro “Mataviejas”.
Indios y Vaqueros
En algún momento alguien en este país de estrenos de tapadillo y jugosos inéditos que repescar en la compra de importación (en el mejor y más honrado de los casos) se pronunciará sobre la distribución de la primera película de Taylor Sheridan como director, 'Wind River', estrenada en medio mundo, en varios festivales de cine (estuvo en Sitges hace unos días) y a estas alturas también en ese contenedor de delitos que es la red de descargas ilegales, más conocida como “internet”.
En su tercer libreto, el guionista de 'Sicario' y 'Comanchería' (Hell or High Water) se ha reservado la silla de director para ofrecer una cruda historia basada en hechos reales (atención: casi siempre lo son) sobre el desprecio hacia la comunidad india de América del Norte, reducida a pequeñas comunidades y reservas que a duras penas se diferencian de los parques de tráilers de un sector de la población blanca mucho más tumultuoso. ¿Y qué hay peor que unos “indios resentidos”? Pues la basura blanca que se crece y se viene arriba en el nombre de un pueblo que, en realidad, pertenece justo al otro bando. A la minoría. Algo así pasaba en la divertidísima 'Operación Reno' (Reindeer Games) de John Frankenheimer, donde un puñado de blancos asaltaba uno de esos casinos indios que tanto ayudan a un thriller.
Ojo por ojo
Pero no siempre estamos ante choques raciales, no te creas tú que el ciudadano medio de un pueblo de los que tienen problemas más grandes que su densidad de población necesita una cultura diferente para subir al ático a por la escopeta del abuelo. Una mujer fatal, un hartazgo marital, un problema de infidelidades o una herencia pueden hacer saltar por los aires los cimientos de cualquier pueblo, sea Fargo, un pueblo de Texas o uno de Alaska.
En los últimos años la historia de “problema grande, pueblo pequeño”, se ha puesto de moda y siempre con el disfraz de cowboy moderno para intentar encontrar su sitio en el género.
Así, de 'No es país para viejos' (No Country for Old Men) a 'Comanchería' (Hell or High Water), Hollywood ha planteado docenas de misterios por resolver en ciudades invisibles. En 'Blue Ruin', Jeremy Saulnier, pronto en True Detective 3, plantaba una venganza a fuego lento que iría cobrando sentido para el espectador a medida que la olla a presión iba alcanzando la máxima temperatura. Pero no fue el único.
Jim Mickle, director más habituado a la serie b de tintes fantásticos, dotaba de esa atmósfera a su estupenda 'Frío en Julio' (Cold in July), uno de las últimos trabajos de Sam Shepard donde, según el propio director, el propio actor (y escritor) ayudó a mejorar su personaje con una serie de líneas creadas por él mismo durante el rodaje de la película. La tercera en discordia sería la entrañable 'Ya no me siento a gusto en este mundo' (I Don't Feel at Home in This World Anymore) , dirigida precisamente por el protagonista de la primera, Macon Blair.
La reciente 'Sweet Virginia', segunda película de Jamie M. Dagg y con guión de The China Brothers, es la última en jugar en esta liga regional protagonizada por perdedores honrados y gente con tendencia a la violencia. Programa ideal con 'Wind River' cuando la de Sherydan encuentre distribución: 'Sweet Virginia' ya la ha encontrado.
El Supersheriff
¿Qué más elementos comunes pueden tener estos pueblos conectados por la magia del cine? Sí, un hombre de ley honrado dispuesto a poner en juego su vida con tal de restaurar el orden. O no.
En 'El último desafío' (The Last Stand), Kim Jee-woon coloca al grandioso Arnold Schwarzenegger al frente de la ley de un pequeño pueblo que se pondrá patas arriba con la llegada de un delincuente (Eduardo Noriega) y su ejército de hombres del mal. Porque ese es su trabajo. Pero como no todos los sheriff son iguales, no está de más recordar que el tipo de la placa (y posiblemente del bigote) puede ser un mal tío.
En 'Cop Car' dos chavales se meterán en un lío por culpa de un sheriff chungo (con bigote) encarnado por un Kevin Bacon en su patio de recreo particular. John Watts, su director, saltó de aquí a Spider-Man en un visto y no visto.
Otro sheriff en una situación complicada es el de la excelsa 'Red Hill', el prometedor primer trabajo de Patrick Hughes, donde coge una idea sencilla y la retuerce un buen rato, la baña en el aroma a polvo del Walter Hill de oro y le otorga un incomprensible acento australiano. Con esos ingredientes logra crear una nueva cara para el terror y la venganza mientras sacude los prejuicios. Ademas de eso, la película está rodada con el cuidado de un 'Acorralado' (First Blood) y es la primera película “paranormal” de la selección. Siete años lleva inédita.
El hartazgo hipster
Vamos a ver, que en estos sitios, como en el pueblo de 'Footloose', también hay gente joven. Y también está quemada.
Lo que diferencia a 'Joe' de 'Prince Avalanche', ambas ideas ajenas (una es un remake, la otra una adaptación), y ambas películas de David Gordon Green, es que en la primera la miseria traspasa la pantalla, consigue crear un suspense aterrador (teniendo en cuenta que estamos ante un drama rural protagonizado por basura blanca miserable) y recupera al mejor Nicolas Cage visto en años.
Otros pueblos con gente (más o menos) joven harta de su vida también se han visto en dos películas recientes de género que encajan perfectamente en nuestro especial sobre problemón en el pueblo: 'The Guest', uno de los mayores hits de Adam Wingard y la joya de Nacho Vigalondo, 'Colossal'.
Ambas películas pertenecen al género fantástico sin ningún género de dudas, aunque una prefiera jugar a volar en explosivo Cannon la elegancia del 'Drive' de Nicolas Winding Refn y la película de Vigalondo disfrute nadando entre mensaje para terminar casi en una Guerra de los Mundos.
¿Demasiados asuntos pendientes con los títulos? ¿Eres Millennial y no te suena nada anterior a la película de Wingard? Bueno, vamos a ponerte deberes cronológicos en forma de TOP 5 con las citas indispensables de este artículo que debes tener con el género para empezar a disfrutar del turismo rural americano. El resto caerán solas. Apunta:
- ‘No matarás al vecino’ (The Burbs)
- ‘Fargo’
- ‘Operación Reno' (Reindeer Games)
- ‘El último desafío’ (The Last Stand)
- ‘Wind River’
Una vez acabes con estas cinco te apuesto lo que quieras a que tendrás un puñado de títulos nuevos escalando posiciones de tu watchlist, bastante ansiedad por verlas y, tal vez, nuevos destinos vacacionales.
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