La semana pasada, Antena 3 emitió (yo sabía que era la enésima vez, parece que n=10) la película Pretty Woman. Cuando a Julia Roberts y a Richard Gere les han pasado ya unos cuantos años por encima (¡16, nada menos! ¿Dónde estábamos hace 16 años?), volvemos a verles en la pantalla como si no hubiera pasado el tiempo. Lo peor no es que Antena 3 tire de catálogo para rellenar huecos de su programación, sino que programe esta peli en prime time y que la anuncie a bombo y platillo. Bueno, a decir verdad, lo peor es que esta emisión obtuviese más de un 26% de share.
¿No da que pensar? A mí sí, y el panorama no se dibuja muy esperanzador. La misma Antena 3 (ya que he empezado con ella, aunque esto es extensible a cualquier otra cadena generalista) obtiene excelentes resultados de audiencia en las mediodías, desde hace años, exprimiendo hasta la saciedad Los Simpson, igual que antes lo hizo con El Príncipe de Bel Air o Cosas de casa. Lo mismo podríamos decir de Telecinco, que rellena sus noches a base de reposiciones deslabazadas de El Comisario u Hospital Central. Y lo más grave, con gran éxito de audiencia. ¿Conclusión? Resulta mucho más productivo emitir por enésima vez una película o un capítulo de una serie, antes que emitir una novedad. Y, lógicamente, resulta infinitamente más barato. Ante esto, ¿qué podemos esperar? ¿Por qué va ninguna cadena a gastarse ni un euro de más en innovar, si tirando de lo cien veces visto logra iguales o mejores resultados?
Nos quejamos mucho de la televisión, pero las audiencias se encargan de demostrarnos (una y otra vez) que tenemos lo que nos merecemos.