Ni "oscura" ni "borrosa": por qué 'The Batman' tiene una de las direcciones de fotografía más extraordinarias de los últimos años

Desde que se estrenó en cines a principios del pasado mes de marzo y puso patas arriba el panorama del blockbuster franquiciado y el cine de superhéroes —en el que podría encorsetarse de forma no demasiado precisa—, 'The Batman' ha generado toneladas de conversación, lo cual incluye esta santa casa. Pero entre toda la maraña de temas que se trataron, hubo uno que no llegamos a tocar y que, si me conocéis mínimamente, podréis intuir que tengo bastantes ganas de explorar: su dirección de fotografía.

Aunque no sea el modo idóneo para verla —ya profundizaremos en ello más adelante—, el desembarco en HBO Max de la película de Matt Reeves y su nuevo pico de popularidad por obra y gracia del streaming me brindan una oportunidad inmejorable para hablar del último trabajo de Greig Fraser, flamante ganador del Óscar por su descomunal labor en 'Dune', y de los motivos que lo hacen elevar el filme a un nuevo nivel.

Durante las próximas líneas, os invito a acompañarme en un recorrido a través de la imagen de 'The Batman'; desde sus peculiares planos que presumen de aberraciones hasta un tratamiento de la oscuridad que ya puso a prueba a los proyectores de las salas comerciales y que, seguro, llevará al límite a algunos monitores y televisores de nuestros hogares.

Anamorfosis vintage

Aunque, a mi juicio, 'The Batman' sea una película visualmente maravillosa, su gran virtud se encuentra en las muchas imperfecciones que inundan un buen número de sus planos. Fueron muchas las voces que se alzaron criticando lo excesivamente "borroso" de algunos pasajes —especialmente los de menor profundidad de campo—, tildándolo de "error" cuando, en realidad, es —obviamente— una decisión estética plenamente consciente y premeditada.

Una de las premisas que Matt Reeves y Greig Fraser pusieron sobre la mesa a la hora de concebir el look de 'The Batman' pasó por evocar el neo-noir rodado en los años 70; especialmente el capturado a través de lentes anamórficas. Por aquél entonces, ese tipo de ópticas estaban muy alejadas de la nitidez y perfección actuales, y dotaban a la imagen de un carácter único que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.

Para comprender mejor cómo afecta el anamórfico un plano, cabe destacar que este tipo de objetivos están compuestas por una serie de lentes que comprimen las imágenes horizontalmente para, después, descomprimirlas en postproducción obteniendo como resultado relaciones de aspecto panorámicas mientras se aprovecha todo el sensor de la cámara. Pero esto incluye una serie de características únicas que van más allá de los típicos flares lineales a lo J.J. Abrams.

Por norma general, estas lentes suelen dar una sensación de menor profundidad de campo que las esféricas —ergo, los fondos están más rotos o "desenfocados"— y lo que se podría denominar "distorsión en barril", que acentúa este efecto en los laterales de la imagen al usar focales cortas y distorsiona la imagen en esas zonas generando una percepción de "curvatura desenfocada" y cierto viñeteo.

Para rodar 'The Batman', Reeves y Frasier apostaron por llevar esto al extremo, utilizando lentes Arri Alfa modificadas para acentuarlo y con focales poco habituales —por ejemplo, en lugar de un 80mm o un 85mm, crearon un 88mm para hacer todo un tanto más extraño—. Estas, combinadas con el gran sensor de la Alexa LF —con la que también se rodó 'Dune'—, dieron lugar a las hermosas distorsiones que llegaron a nuestras pantallas que, además, condicionaron que buena parte de los planos estén compuestos con el peso visual en el centro, donde todo es más limpio y claro.

Además, casi como una declaración de intenciones, en algunas escenas llegaron a utilizarse lentes Helios 44, creadas en la Unión Soviética durante los años 50 imitando a las Biotar de Carl Zeiss, y conocidas por su peculiar bokeh en espiral y sus muchas imperfecciones —tengo un par por casa y he de reconocer que me tienen enamorado—.

Y, como la guinda en el pastel y último recurso para llevar al público en una suerte de viaje al pasado, director y DOP repitieron la técnica utilizada por Fraser en 'Dune' de imprimir el material rodado en digital sobre película en 35mm para obtener su textura, pero llevándolo un paso más allá. En este caso, al proceso se añadió un interpositivado —que añade un extra a la representación del color— y se sometió al material a un bleach bypass, famoso por su uso en largometrajes como 'Salvar al soldado Ryan' y que dota a la imagen de un aspecto muy contrastado que potencia los negtros, pero con menor nivel de saturación general.

El caballero (muy) oscuro

Y ahora, ha llegado el momento de dejar de ignorar al elefante en la habitación y hablar sobre la gran seña de identidad de 'The Batman': su oscuridad. Un elemento estrechamente relacionado con la naturaleza del personaje y de vital importancia tanto para su mitología, como para un largometraje que abraza sin disimulo los cánones visuales y narrativos del cine negro.

Durante el proceso de documentación y búsqueda de referentes, Greig Fraser creó un documento titulado 'Dark but Light' en el que presentó a Matt Reeves las bases sobre las que se asentaría la dirección de fotografía del filme; estando entre estas un predominio absoluto de la oscuridad salpicado por pequeños destellos de luz periféricos —charcos con reflejos, bombillas o diferentes fuentes de luz prácticas en plano—. No obstante, estos puntos luminosos no eximen a 'The Batman' de ser una película tremendamente oscura; y no tenemos más que mirar la forma de onda de alguno de sus planos para corroborarlo.

Una forma de onda nos permite leer los valores de iluminación de un plano. Su información en el eje horizontal coincide con con la imagen de la instantánea, mientras que el eje vertical mide la exposición, siendo el valor 0 el negro puro y el 100 el blanco puro. Pues bien gracias a esta herramienta podemos comprobar que en no pocos planos de 'The Batman', los valores para los tonos de piel rondan cifras entre 25 y 40; tremendamente bajas si tenemos en cuenta que en televisión, documental o ficción con iluminación tirando a plana, estos oscilan entre el 50 y el 70.

Teniendo en cuenta estos números, es comprensible que desde Warner se enviase una nota a los cines para asegurarse de que los proyectores de las salas en las que se fuese a proyectar 'The Batman' estuviesen calibrados para alcanzar un mínimo de 14fL —pies lambert— de brillo en pantalla y que no volviese a ocurrir lo que ya pasó con títulos como 'Han Solo', en el que los pasajes más oscuros no mostraban la suficiente información en los cines peor calibrados.

La venganza en casa

Esto nos lleva directos a nuestros hogares y al visionado en streaming de la película. En mi caso, he encontrado una gran diferencia al ver algunas escenas de la película en mi televisor del salón —sin ningún tipo de configuración específica y con luz ambiente— y en mi monitor de trabajo calibrado para, entre otras cosas, editar vídeo y hacer corrección de color. En el primero, algunos pasajes se veían demasiado oscuros y "embarrados" por culpa del bitrate y la compresión de la plataforma —que ha mejorado considerablemente—, mientras que en el segundo no he experimentado prácticamente ningún tipo de problema.

La diferencia entre ambas pantallas hace evidente lo complicado de dar forma a un largometraje destinado a la gran pantalla y adaptar sus necesidades de proyección —y composición y montaje, pero ya hablaremos sobre esto en otro momento— a la infinidad de dispositivos en los que se disfrutará una vez llegue a plataformas de streaming. Pero que esto no nos distraiga de lo verdaderamente importante, y es el hecho de que Greig Fraser, en cuestión de un par de años, ha enlazado dos virguerías a la vanguardia de la dirección de fotografía contemporánea.

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