A estas alturas, tienes que ser Tom Hanks en 'Náufrago' o Daniel Day-Lewis (a secas) para no saber que los Oscar 2008 se celebraron y que los triunfadores de la noche fueron los Coen con su 'No Country for Old Men' ('No es País para Viejos'). Ah, sí, también creo que un español ganó un premio... pero no me hagan mucho caso, bebí mucho kas de naranja y aún tengo un poco de resaca. Pero vayamos al titular.
La promesa. Nunca más seguiré la ceremonia de los Oscar por la radio. Lo juro aquí y ahora. Es que es increíble lo que hacen. ¿Alguno de vosotros también tuvo la genial idea que tuve yo y se puso a escuchar la radio para pretender enterarse de lo que pasaba en el Kodak Theater? Veo alguna manos levantadas. Y bien, ¿qué opináis sobre la cobertura? A mí me parece, ya que me lo preguntáis, sencillamente, una total falta de respeto al oyente apasionado del séptimo arte. Pero esto es España, aquí se da por hecho que nadie entiende el inglés y que todos adoramos el cine doblado, por lo que, por supuesto, no me sorprendió en absoluto lo que me encontré.
A eso de las cuatro de la madrugada, tras soportar durante una hora, más o menos, a un señor de Onda Cero muy preocupado en que se notara que era andaluz (y, por tanto, cómo no, supergracioso), y el hecho de que los locutores no pararan de hablar entre sí, más de cachondeo que otra cosa (recordad, ¡bajo mi punto de vista!), en lugar de dejar que los oyentes escucharan algo de la ceremonia, tocó hacer zapping radiofónico. La Ser se presentaba como la única alternativa seria. Así que ahí se escuchó el resto de la velada. Mi acompañante, harta de pizza y de tarta de chocolate, me decía que la despertara cuando se dieran los premios importantes.
¿De qué me quejo? En resumen, hablan todo el tiempo. No paran. Sólo unos segundos, cuando el público aplaude a los nominados o premiados. ¿Y ahí para qué? Eso SÍ que es importante, claro. Escuchar los vídeos donde se nos presentan a los nominados, extractos de las películas en versión original para que veamos lo buenos que son y lo emocionante de ver quién será el ganador, eso no lo es. No, no. Qué va. Mejor oír a varios tipos recordando el nombre del actor, el título de la película y de lo que va la cosa. Otra vez, que no nos hemos enterado en las tropecientas millones de veces que nos lo han recordado anteriormente.
La cosa no acaba ahí. Resulta increíble (a mí, al menos) que del grupo que comenta la ceremonia sólo hay una mujer que se dedica a... ¿lo acertáis? Efectivamente, hablar de cómo van vestidos y peinados los asistentes a la gala. ¿¿Eso a qué persona, que está escuchando los Oscar a las tantas de la madrugada, le puede interesar?? ¡Si le interesa, ya verá las fotos al día siguiente! Pues no. Hay que aguantar frases como "Penélope Cruz está muy guapa con ese vestido", "qué elegante está Nicole Kidman (¡vaya sorpresón, por la madre de Kubrick!)" o "Colin Farrell parece que no se ha duchado en días". Observaciones que todo aficionado al cine arde en deseos de escuchar, como podéis comprender.
No sé cómo lo entendéis vosotros, pero si en la ceremonia están interpretando una canción que compite a un Oscar, ¿por qué los locutores tienen que estar hablando en lugar de dejar al oyente que la escuche? Lo mismo con los vídeos. Como quizá sabréis, durante la ceremonia se vieron piezas en las que se recordaba a los ganadores de los Oscar en ediciones anteriores. En esos vídeos, se oye perfectamente a los ganadores, se dice claramente sus nombres. ¿Y qué hacen en la radio? "Pisar" la pieza, repitiendo, tarde, los nombres de los que aparecen en la imagen. Total, un destrozo.
En cuanto a los agradecimientos, entiendo que los traduzcan al momento, me parece totalmente razonable. Pero no que lo hagan tan mal. ¿No pueden permitirse pagar a alguien que traduzca el inglés con mayor fluidez? ¿NO? Ok, pues entonces, ¡no intenten traducir atropelladamente! El tipo tartamudeando la traducción de la primera frase mientras el premiado ya se despedía y al final no se entera uno de nada. Que es que pasa lo de antes, se "pisa" al original y tampoco se está aportando nada con lo que se dice. Lo mejor, en mi opinión, sería dejar que el oyente se apañara con el inglés, con lo que está ocurriendo REALMENTE, y luego, en una pausa o mientras aplauden, ofrecerle una traducción al español. No me parece tan complicado esto, quizá pido demasiado.
Y es que en las pausas de la gala hacen algo curioso en este programa de La Ser. Se ponen a repasar a los nominados. De nuevo, lo que dije antes, ¿no creen que ya sabemos quiénes están nominados? Y, aún así, ¿de verdad es tan necesario repasar la trayectoria de Daniel Day-Lewis justo en ese momento? Evidentemente, a mí me resultaría mucho más interesante si en ese tiempo hiciesen eso que dije, traducir lo que han dicho los ganadores o comentar los discursos o hacer apuestas, en lugar de hacer esto cuando en el Kodak están asistiendo a extractos de películas o a vídeos recordatorios de los mejores momentos de la gala en años anteriores.
Lo peor de esas piezas de audio del programa, de todas formas, es que supuestamente se está recordando a un determinando artista y a su obra, su trabajo. Pero, recáspita, se oye en español. Es decir, se nos dice que Daniel Day-Lewis es cojonudo, pero luego se nos presentan trozos de otra persona hablando, del actor de doblaje que "lee" sus frases en 'Pozos de Ambición'. ¿Dónde está, entonces, ese gran trabajo del actor que se nos está recordando? Ése no es Day-Lewis. Y por eso no ha sido premiado. ¿Qué les pasa?
De hecho, en el programa se tomaron la molestia de recordar que el actor se había preocupado, especialmente, durante la preparación del papel, en la voz de ese Daniel Plainview. Si oyes la voz del actor de doblaje, si oyes las frases en español, ¿cómo narices puedes valorar el trabajo del actor premiado con el Oscar? ¡No estás oyendo al actor! Pues nada, por ahí tenéis a un puñado de loros patrios gritando rabiosamente que Day-Lewis realiza la interpretación de la década (del siglo, les falta ya decir); si lo hubieran escuchado en inglés, supongo que habrían fallecido del orgasmo. En fin, lo de siempre. Aquí tenemos a los mejores dobladores del planeta porque lo dice mi primo, aunque nunca hemos visto una película doblada al mandarín, y no veo cine subtitulado porque no puedes prestar atención a las expresiones del actor, pero sobre todo porque cuando estoy mojando el pan en la salsa no puedo leer pero quiero seguir escuchando la película.
Dicho todo esto, y para ser justo, debo decir que parte de lo que buscaba al encender la radio se cumplió. Es decir, el programa de La Ser cumplió con el objetivo de cubrir la información, de dar al oyente, al instante, la posibilidad de conocer a los ganadores del Oscar. En este sentido, agradecer a los responsables el servicio prestado; la posibilidad de que alguien que no puede o no quiere ver la televisión, pueda seguir la ceremonia.
Y no sólo eso. También debo decir que durante las horas que duró la gala, los locutores realizaron intervenciones y aportaron datos interesantes, pero muchas veces, y de esto me quejo amargamente, ¡en el momento equivocado! No tiene sentido que no dejen oír (prácticamente) nada de lo que ocurre en el Kodak Theater. Si se están mostrando partes de películas, para ver y oír a los actores nominados, y no podemos ver, ¡al menos dejen oír! No interrumpan con una opinión sobre lo mal que viste Cameron Díaz o preguntándose por enésima vez porqué Javier Bardem no acude a la sala de prensa, ¡¡por favor!!
Para terminar, os cuento una divertida anécdota que comentaron en la radio, por no concluir con sabor agridulce. Resulta que en el programa no soportaban el título español de 'There Will Be Blood', es decir, 'Pozos de Ambición'. Bueno, pues una de esas veces en que se volvía a repetir lo poco que les gustaba el título, uno de ellos se acordó que había escuchado al responsable de haber hecho semejante "traducción". Y que, claro, el tipo la había justificado, con dos "coyones", como dijo Helen Mirren. ¿Cómo lo justificó? Pues es que, según este individuo, si en España se hubiese traducido literalmente el título y se hubiese puesto lo de 'Habrá Sangre', el público español habría pensado que en la película habría sangre. El siguiente comentario que hizo uno de los locutores parecía que había salido de mi cabeza: "¿Y no han despedido a ese tío?".
Posdata: Me alegro por Javier Bardem, no lo dudéis. Tanto como por los Coen o por Marion Cotillard o por Glen Hansard o por Brad Bird. Esto va de cine, de premiar a los que hacen cine, de arte, joder. Los saltos de júbilo porque han agradecido un premio a España me parecen ridículos, de otra época. Y ahí están nuestros políticos, como siempre, dando (un pésimo) ejemplo.
- Las fotos, vía 20Minutos