Ivan Reitman tenía 27 años y a sus espaldas ya contaba con un largometraje y un corto cuando dio su siguiente paso antes de convertirse en el cineasta y productor que todos conocemos. Acompañado por sus colegas Robert Sandler y Daniel Goldberg, Reitman dirigió 'Mujeres caníbales' antes de empezar a producir la nueva ola de horror canadiense que descubriría a David Cronenberg. Poca broma.
El Roger Corman del Canadá
En mitad de la ninguna parte m´ás fría del invierno canadiense, una pareja se va de vacaciones. Su coche, cómo no, se estropeará de manera inesperada y los obligará a detenerse en las afueras de Farnhamville, un rincón perdido que tiene un motel donde alojarse.
Como quien no quiere la cosa, serán informados de una jugosa leyenda local: tres chicas caníbales y su líder satanista pululaban alrededor de lo que ahora es un restaurante respetable en el pueblucho. Así empiezan siempre las cosas divertidas y que merecen la pena.
David Cronenberg siempre ha mantenido que 'Vinieron de dentro de...' era la primera película de terror canadiense, pero no hay que pensar mucho para recordar que Bob Clark o el propio Reitman, a la postre productor de las primeras pelis del director de 'La mosca', estaban ahí antes. Bastante antes. Eso sí, en el caso de 'Mujeres caníbales', protagonizada por Eugene Levy, y Andrea Martin, la comedia rápidamente toma ventaja sobre el horror. Por cierto: Martin también está en las 'Navidades negras' de Clark... y en su remake.
Es en esa tendencia natural a la comedia donde se intuye al Reitman más cómodo, aunque aún tendría que pasar un poco de tiempo (y producir títulos como 'Ilsa, la tigresa de Siberia') hasta la llegada de los grandes éxitos produciendo 'Desmadre a la americana' y dirigiendo 'Los incorregibles albóndigas'. Pero centrémonos en esta desfasada y sexy historia de canibalismo hippy.
La figura mansoniana de ese barbudo satanista no impide que la película sea una comedia de explotación, sobre todo comparada con la obra maestra de Tobe Hooper que llegaría un año más tarde. Por tono y por medios, 'Mujeres caníbales' está más cerca de las verbenas de Herschell Gordon Lewis que del cine de género más áspero y menos asequible, como la otra película con ambientes comunes que estrenó Romero un año antes, 'La estación de la bruja'.
Pero si algo tiene en común esta película es con el debut de otro colega de Reitman que resulta indispensable para entender su carrera. Ese mismo año, John Landis estrenará su primer largometraje, el chabacano 'El monstruo de las bananas', otra comedia que usa otro tipo de "terror" para contar una historia de la manera más desmadrada posible.
Con 12.000 dólares de presupuesto y unos diálogos mayormente improvisados, 'Mujeres caníbales' es un pequeño divertimento de terror canadiense por parte de un equipo creativo tan joven como problemático, que ya había afrontado alguna denuncia por obscenidad anteriormente con un trabajo universitario titulado 'The Columbus of Sex'.
'Cannibal Girls' es otra divertida historia sobre cine grindhouse en los 70, medio amateur, salvaje, libre y sin miedo a las consecuencias. A pesar de sus evidentes problemas, la película de Ivan Reitman sigue resultando un efervescente ejercicio de la serie b canadiense más clásica que se mantiene mucho más fresca de lo que puedas imaginar.
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