Una de las mejores actuaciones de Julia Roberts de los años noventa tropezó por un error de continuidad que puedes ver en los primeros 30 minutos

La cinta en la que actuó al lado de Richard Gere marcó un antes y después en las comedias románticas de la década

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El cine de los años noventa puede presumir de haber sido parte de una década en la que las películas que vimos en el cine eran por demás variopintas: desde icónicas cintas de acción en el espacio, hasta comedias románticas que nos hicieron pasar un rato agradable gracias a sus protagonistas, como lo hicieron Julia Roberts y Richard Gere en 'Mujer bonita' ('Pretty woman' en inglés), una entrañable historia que los convirtió en una pareja legendaria dentro de este género.

La película nos cuenta la historia de un encuentro casual entre un poderoso hombre de negocios y una prostituta: Edward Lewis, un abogado corporativo despiadado, contrata a Vivian Ward, una sexoservidora que se encuentra en Hollywood Boulevard, para que sea su acompañante durante una semana en Los Ángeles, lo que deriva en una relación que se transforma de lo transaccional a algo más profundo.

Aunque Julia Roberts comentó en su momento que la película tocaba el tema de la prostitución de forma 'banal', lo cierto es que no podemos negar el hecho de que esta cinta se haya convertido en una de las favoritas de los años noventa, aunque claro, como la perfección no existe, esta cinta tiene un trágico tropiezo que los fans no han perdonado cada vez que ven la película.

Porque no está exenta de los errores que pueden surgir en la interminable labor de la post-producción de un filme, 'Mujer bonita' también tiene su cola que le pisen dentro de los filmes que han metido la pata en los errores de continuidad, justamente en el minuto 32, donde somos testigos de la escena del desayuno entre Edward y Vivian.

Resulta que Roberts comienza comiendo un croissant en el desayuno, sin embargo, cuando la cámara cambia para enfocar a Richard y regresa de nuevo con Julia en el foco, el croissant se convierte en una tortita o en un hot-cake, un error de continuidad y de edición que se reitera en el hecho de que, en el cambio de cámara, el hot-cake es de diferente tamaño y con una mordida diferente, un detalle para prestar atención la próxima vez que queremos revivir este clásico del cine.

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