No importa que sea vistiendo una túnica brillante, tan hortera como la barba y la melena impolutas que definen a su Zeus en la terrible 'Furia de titanes' (2010), o luciendo percha ataviado con un elegante traje en la extraordinaria 'La lista de Schindler'; independientemente de la calidad y características del proyecto en el que esté involucrado, Liam Neeson siempre da la talla.
Este hecho ha quedado ampliamente demostrado a lo largo de sus cuatro décadas frente a las cámaras. Cuarenta años en los que ha cumplido con creces las exigencias de prácticamente todos y cada uno de los papeles que ha interpretado, llegando a recibir una nominación al Oscar por su rol como Oskar Schindler que terminó arrebatándole Tom Hanks en reconocimiento a su labor en 'Philadelphia'.
No obstante, el actor irlandés ha terminado trascendiendo a sus obvias cualidades interpretativas y a sus papeles más complejos y memorables, alcanzando el éxito bien avanzada su carrera gracias a su reinvención como héroe de acción tardío. Una suerte de —salvando las distancias— Charles Bronson contemporáneo al que se le da especialmente bien eso de repartir somantas de palos, y cuyo 65 cumpleaños queremos celebrar recordando 15 escenas en las que Liam Neeson ha demostrado ser una auténtica máquina de matar.
'Batman Begins'
Neeson inauguró la aproximación de Christopher Nolan al imaginario del Caballero Oscuro dando vida a Ducard, una suerte de mentor para Bruce Wayne que terminaría revelándose como el villano Ra's Al Ghul. En esta secuencia de entrenamiento de 'Batman Begins', Neeson y su perilla se miden con Christian Bale sobre una capa de hielo, demostrándole que no todo es cuestión de fuerza. Sobre cómo dirige Nolan las secuencias de acción ya hablaremos en otro momento...
'Gangs of New York'
Nunca he comprendido muy bien la apuesta formal de Martin Scorsese a la hora de tratar la batalla de 'Gangs of New York'. Independientemente de ello, cabe remarcar la breve pero intensa presencia de Liam Neeson en el largometraje como el padre Vallon, líder de la banda de inmigrantes irlandeses "Dead Rabbits". Su participación en el combate inicial del filme acaba como el rosario de la Aurora, sucumbiendo a manos de su enemigo William Cutting, pero al menos consiguió dejar una bonita ristra de cadáveres antes de morir.
'Rob Roy (La pasión de un rebelde)'
En 'Rob Roy', Liam Neeson nos regala una de esas muertes tan satisfactorias que nos hacen aplaudir y sonreír ante un derramamiento de sangre cinematográfico. En ella, el escocés Rob Roy MacGregor culmina su venganza contra el infame aristócrata Cunningham después de que este violase a su mujer, entre otras lindezas; todo ello en un duelo de espadas con un final épico, y con Neeson llevando un kilt como muy pocos saben.
'Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma' (I)
Uno de los roles más celebrados de la prolífica carrera de Liam Neeson es el del maestro Jedi Qui-Gon Jinn, en el no tan celebrado 'Episodio I' de 'Star Wars'. Junto a Jinn, y a una fantástica carrera de vainas, destaca el villano Darth Maul: un Lord Sith con un aspecto sobrecogedor y un sable laser doble, cuyo primer enfrentamiento con el personaje de Neeson deja claro que va a ser un hueso muy duro de roer.
'Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma' (II)
Probablemente nos encontramos ante el mejor fragmento de toda 'La amenaza fantasma'; una pelea a seis manos en la que maestro y aprendiz unen fuerzas para intentar derrotar a Darth Maul. Para el recuerdo quedan el grito de Obi Wan Kenobi al ver perecer a su mentor, y el arte de Liam Neeson para manejar el sable laser al ritmo de la genial composición de John Williams "Duel of the Fates".
'Darkman'
Junto a la trilogía original de 'Posesión Infernal' y la infravalorada 'Rápida y mortal', 'Darkman' me parece una de las obras magnas de Sam Raimi. Parte de culpa, además del tono del filme, y la peculiaridad de su director a la hora de impregnar de sello de autor a sus obras, la tiene un Liam Neeson —o su doble, probablemente— que no sólo dobla dedos a feriantes poco honrados, sino que es capaz de pasarse la recta final de la película colgado de un helicóptero mientras suelta exabruptos en una set-piece espectacular.
'El equipo A'
De un helicóptero pasamos a otro, esta vez de la mano de un Joe Carnahan menos inspirado de lo habitual en su entretenida, aunque insulsa, adaptación a la gran pantalla de las aventuras de 'El equipo A'. De entre todo el amasijo de acción, disparos y testosterona que atesora el filme, hay que destacar su reparto, encabezado por un Liam Neeson canoso que borda su papel de Hannibal Smith entonando la mítica frase "me encanta que los planes salgan bien" tras hacer que sus enemigos vuelen en mil pedazos.
'Infierno Blanco'
En esta ocasión, si que podemos encontrar una versión mucho más efectiva y centrada de Joe Carnahan, cuya 'Infierno blanco', de la cual no esperaba demasiado, fue una sorpresa mayúscula. Además de ser un buen ejercicio de suspense, la cinta nos permite ver que a Neeson se le da tan bien deshacerse de seres humanos, como de animales con sed de sangre en las condiciones climatológicas más adversas.
'Venganza' (I)
Está bien, esta no es una escena de acción propiamente dicha, pero la mítica frase del ex-agente de la CIA Bryan Mills en 'Venganza' deja claro que Liam Neeson no necesita sus puños, ni un arma de fuego, para dejarnos KO. Su voz, y las palabras "le buscaré, le encontraré y le mataré" son excusa más que suficiente para que queramos salir corriendo sin mirar atrás bajo ningún concepto.
'Venganza' (II)
Liam les avisó de que les buscaría, les encontraría y les mataría, e hicieron caso omiso. La amenaza de Bryan Mills se materializa en esta secuencia de acción en la que Neeson deja una buena pila de muertos a sus espaldas empleando la "serie de habilidades concretas" que dijo poseer en su famosa llamada telefónica. Un fragmento embotellado en un par de habitaciones muy dignamente ejecutado, que nos hace lamentar que Pierre Morel no se encargase de la dirección de las secuelas de la franquicia.
'Venganza' (III)
Cerremos el repaso por la primera 'Venganza' recordando su climax, de nuevo condensado en un set interior bastante angosto, y que termina de transmitir toda la furia que puede atesorar un padre cabreado. El repertorio de Liam Neeson en el arte de matar no deja de sorprender, utilizando en este caso una botella rota para finalizar una pelea uno contra uno de una forma tan contundente como dolorosa.
'Venganza 2: Conexión Estambul'
El cambio de director no le sentó nada bien a las secuencias de acción de 'Venganza'. El modo en que Olivier Megaton las sobreplanifica, una vez pasado por el filtro del montaje más desquiciado, convierte los combates y tiroteos de 'Conexión Estambul' en un espectáculo ilegible, pero salvable gracias al porte del señor Neeson. La forma en la que concluye la segunda aventura de Bryan Mills, partiendo un cuello contra un bordillo, es digna de aplauso por muy mal ejecutada que esté.
'V3nganza'
De nuevo, la torpeza de Olivier Megaton es la culpable de ensombrecer la labor de Neeson en el estimable clímax de 'V3nganza', en el que Liam Neeson, como si fuese un toro de lidia, irrumpe a tiro limpio en el piso de su enemigo Oleg Malankov. El criminal, como si de un Tony Montana de Europa del Este se tratase, le pone las cosas bastante difíciles a un Brian Mills que sabe muy bien cómo recomponerse en los momentos más complicados.
'Sin identidad'
He de confesar que soy un gran defensor de todas y cada una de las colaboraciones entre el realizador Jaume Collet-Serra y Liam Neeson. La primera de ellas, 'Sin identidad', nos dejó un ejercicio de suspense de lo más sólido edificado sobre un guión con más de un giro disparatado, y con un enfrentamiento final en el que nuestro actor irlandés hizo gala de su creatividad asesina, acabando con su oponente utilizando un irónico trozo de espejo.
'Non-Stop (Sin escalas)'
'Non-Stop' es, sin duda, mi largometraje predilecto rubricado por la dupla Serra-Neeson. Su propuesta puramente clasicista se integra a la perfección con su realización contemporánea en un juego de falsos culpables e intriga de lo más efectivo. La tensión acumulada a lo largo de su metraje explota en una set-piece con accidente aéreo incluido, en la que el villano de turno termina mordiendo el polvo tras recibir un tiro entre ceja y ceja a 10.000 pies de altura mientras Liam y el resto del pasaje caen en picado. Ahí es nada.
Bonus: It's Neeson Season!
Ser Liam Neeson es algo muy duro. Si aún lo dudáis tras el repertorio de muerte y destrucción que hemos presenciado a lo largo de esta lista, os invito a que descubráis "Liam Neeson: El musical". Todo atisbo de incertidumbre quedará borrado de un plumazo.
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