Es una de las historias más trágicas de 'Star Wars', tanto delante como detrás de las cámaras. Un alivio cómico creado para hacer reír que no solo terminó causando el ascenso del Imperio Galáctico: también creó la ira de los fans, el desprecio del propio creador y quedó desterrado al olvido, hasta que algunos han intentado ponerlo en perspectiva de manera post-irónica. Esta es la historia del fracaso de Jar Jar Binks.
La amenaza gungan
En 1993, diez años después de 'El retorno del jedi', George Lucas anunció que habría más 'Star wars' fuera de los cómics, las novelas, las series de dibujos infantiles y los videojuegos: oficialmente habría una trilogía de precuelas en las que se contaría cómo Anakin Skywalker pasó al lado oscuro de la Fuerza.
Los fans, en un Internet que empezaba a dar sus primeros pasos hacia el mainstream, no podían esperar. Poco sabían que habría una nueva raza, los gungan, que tendrían entre sus filas a un personaje patoso que hablaba raro y que causaría su rabia un lustro después.
George Lucas había tenido una experiencia positiva con el público infantil gracias a los ewoks en 'El retorno del jedi': esta adorable raza, que originalmente iban a ser wookies, vendió toneladas de merchandising y protagonizó dos películas y una serie de 26 episodios. ¿Cómo no intentar repetir la jugada con un nuevo personaje? Lucas se inspiró en Goofy ("Sé que muchos le veréis diferente ahora. Es bastante obvio, de hecho, pero amo a Goofy y amo a Jar Jar", declaró en 2015) y decidió que este sería un personaje creado íntegramente en CGI. Bueno, más o menos.
Aunque Michael Jackson quiso interpretarlo (pensad que hay una realidad alternativa en la que esto ha ocurrido, ¡pensadlo por un momento!), al final un actor de Broadway sin experiencia en el cine se llevó el gato al agua: Ahmed Best.
Best, que vio aquí su gran oportunidad de entrar de golpe en la industria, tuvo que ponerse un traje de Jar Jar que costó la friolera de 100.000 dólares, con la idea de animar solo la cabeza digitalmente. Finalmente, el personaje se animó completamente por CGI, lo que daba mayor libertad de movimiento: claramente, Best no podía tener la complexión que Jar Jar tuvo en la película final.
El momento del estreno
Ahora ya se ha convertido casi en una costumbre, con cinco películas de 'Star Wars' estrenadas en los últimos seis años pero, en 1999, la sala a oscuras con el logotipo y las letras deslizantes era casi una experiencia religiosa. Poco imaginaban los primeros espectadores que saldrían del cine preguntándose qué acababa de pasar. Y, desde luego, poco imaginaba Ahmed Best que acabaría considerando quitarse la vida.
A finales de los años 90, Internet ya se había vuelto una herramienta del día a día, y los foros, tablones y blogs empezaban a crecer: el fan sentía que tenía voz, que no necesitaba montar un fanzine para expresar sus sentimientos y discutir con otros aficionados. Bastaba con tener un teclado, un ratón y un módem de 56k a mano. El odio había dejado de ser una sensación mala o perniciosa: odiar era divertido, era comentable, se podía hacer viral.
Así, los fans de medio mundo cargaron con todo lo que tenían contra Jar Jar Binks. Hubo canciones en su contra, juegos flash donde se le mataba... Y eso que aún no había llegado lo peor. Muchos creyeron que, después de la reacción furibunda tras 'La amenaza fantasma', George Lucas decidiría matar al personaje.
Pero ocurrían dos cosas: por un lado, Jar Jar sí gustaba a su público potencial, los niños entre 7 y 12 años. ¡Al fin y al cabo, Lucas creó al personaje bajo la supervisión de sus propios hijos! Por otro, al final del Episodio I, los gungan terminaban aceptándole de nuevo e incluso ascendía a general. ¿No era lógico que tuviera algo de peso en el futuro?
Oops, misa did it again
Para 'El ataque de los clones', el papel de Jar Jar sería muchísimo menor: George Lucas no quería enfrentarse a las reacciones furibundas de nuevo. En la película habían pasado diez años, Anakin era ya un jedi adulto y Jar Jar había crecido hasta convertirse en un delegado del Senado Galáctico al lado de la Princesa Amidala. Hasta que, en su ausencia, tiene que tomar la palabra y, claro, la lía. Pero no de una manera divertida, tropezándose en las escaleras, no. Haciendo caer a la República.
"Y en respuesta a la amenaza directa a la República, misa propongo que el Senado ya mediatamente den poderes de emergencia alo Supremo Canciller". Exacto: puede que algunos lo hayáis olvidado, pero Palpatine subió al poder por el consejo de Jar Jar Binks. En los bocetos originales, como broma, George Lucas llamó a la película 'La gran aventura de Jar Jar'. Y vaya si lo fue. Si en la primera parte fue odiado por su actitud, en la segunda parte lo fue por sus actos. No mejoraba la cosa.
Cierto es que la serie 'Clone Wars' devolvió dignidad a Jar Jar convirtiéndole en un héroe de guerra a favor de la República, pero esto pasó mucho después, cuando el fuego de las precuelas se hubo calmado. ¿Queréis saber cómo se veía a Jar Jar desde los propios medios oficiales de 'Star Wars'? Dejad que os hable brevemente de 'Star Wars Tales'.
La trágica historia de George R. Binks
'Star Wars Tales' fue una colección de cómics de 24 números en los que diferentes artistas daban su visión sobre el universo. Por ejemplo, el mismísimo Peter Bagge ('Odio') dibujó seis páginas sobre Jar Jar Binks, y artistas indies como Jason o James Kochalka pusieron su granito de arena.
En general, una serie de lo más recomendable. Pero a lo que íbamos: en su número 20, de 2004, en el periodo de espera entre el Episodio II y el Episodio III, Tony Millionaire dibujó una historia titulada 'George R. Binks', sobre el padre de Jar Jar.
En esta historia (no canon, por supuesto) se nos presentaba al padre, George (ejem), como un valeroso marinero que se estrellaba en una isla con su mujer y su hijo por culpa de este. En un momento dado, al ver a su hijo jugando con una caracola, decide suicidarse. Pocas cosas nos dirán más sobre la visión que se tenía de Jar Jar en ese momento que el ridículo al que le sometían en los propios cómics oficiales. Odiarle era oficialmente divertido.
De hecho, en el número 24 de la misma colección, Jango Fett monta una especie de club de la lucha y mata a tiros a Jar Jar Binks (aunque dice llamarse "Yir Yir"). Tal cual. Por no hablar de las parodias que destruyeron para siempre al personaje: 'South park', 'Los padrinos mágicos', 'Los Simpson' y 'Robot chicken' (donde Best volvió a doblar al personaje para reírse de él abiertamente) son solo algunas de las cientos que hubo en televisión e Internet.
Gungan style
En el 'La venganza de los Sith', Jar Jar tenía una escena eliminada en la que Palpatine, antes de ser proclamado emperador, le agradece que le pusiera en esa situación, pero decidieron cortarla para no avivar, aún más, la rabia durmiente. En la película apenas sale, tan solo en el funeral de Amidala y unas pocas escenas más, sin diálogo. Suficiente para calmar los ánimos.
Las precuelas pasaron, poco a poco, al repositorio de la cultura popular, y Jar Jar al olvido... Hasta que, en 2008, una serie le devolvió parte de la dignidad perdida: 'Clone Wars', donde lucha por la República y se convierte en un héroe de guerra. George Lucas quería rehabilitar a Jar Jar Binks y la serie le dio escenas de acción, una personalidad más atrayente e incluso un interés amoroso. Y los fans cada vez se quejaron menos por sus apariciones.
No es que el odio a Jar Jar formara parte del pasado: de forma no oficial, apareció atrapado en carbonita en el juego 'El poder de la fuerza', bailó el "Gangnam style" en 'Clone Wars Adventures' bajo el nombre "Gungan style", explotó en 'LEGO Star Wars: La amenaza padawan', fue un pájaro llamar Jar Jar Wings en 'Angry Birds Star Wars II' y hasta tuvo un hijo, Abso Bar Binks, en el manga 'Star Wars manga: Black'.
Además, una teoría fan (que Ahmed Best parecía defender) decía que realmente era un lord sith todo este tiempo, algo que Lucasfilm negó. ¿Y no es exactamente eso lo que querrían que pensáramos...?
El final
Ahmed Best pudo recuperarse del batacazo e incluso tuvo una segunda oportunidad dentro del universo 'Star Wars' el año pasado como el Maestro Jedi Kelleran Beq en un concurso infantil que se puede ver en YouTube, 'Jedi Temple Challenge'. Ha hecho las paces con el personaje que iba a suponer su salto a la fama y casi supone el final de su carrera.
'Star Wars' siguió adelante y, aunque J.J. Abrams insinuó que Jar Jar aparecería en la nueva trilogía (para más datos, como un esqueleto en el desierto), al final decidió dejar atrás el pasado, probablemente para mejor.
Y es que la saga tenía destinado un final para él. Un final digno y al mismo tiempo indigno, como se merecía tras tantas idas y venidas. Chuck Wendig fue el encargado de poner punto y final (por ahora) a la historia de Jar Jar Binks, en la novela 'Star Wars: Consecuencias. El fin del imperio'.
La novela, que sí forma parte del canon actual, no trata de Jar Jar, sino de dos pilotos en busca de venganza en Jakku después de lo ocurrido en 'El retorno del jedi'. Y es que, entre los niños aterrados por la guerra en Naboo, hay un payaso que hace malabares para sacarles una sonrisa. Un gungan odiado por los adultos, que le reprochan haber causado el auge del imperio, y al mismo tiempo adorado por los niños.
Nadie reconoce su existencia y fue expulsado una segunda vez de su planeta natal. Así es como conoce a un niño huérfano con la cara desfigurada del que se hace amigo... Y que le pregunta si puede aprender también a ser payaso.
¿Y sabéis qué? Es bonito que Jar Jar haya encontrado, al final, paz tanto entre los fans como en el propio universo Star Wars. ¿Merecía el odio a inicios del siglo XXI, o fue exagerado por Internet? ¿Podemos verle ahora, con distancia, como un personaje infantil inofensivo que cometió el mayor error en la historia de la saga? En todo caso, en el 4 de mayo, el día de Star Wars, ahí va este homenaje a un héroe de guerra, un payaso y un inútil bonachón. Va por ti, Jar Jar Binks.
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