Fotosaurios, exposición de fotos pintadas por el director de cine Carlos Saura

La galería Carmen Tatché inaugura el día 18 de octubre una exposición titulada ‘Fotosaurios’, que consiste en fotografías pintadas por el insigne director de cine Carlos Saura. La misma galería también expuso a Eulalia Ramón, actriz y esposa de Saura.

Es curioso que llegue esta noticia poco después de que en Blogdecine os hablásemos de ‘CarloSaurio’, esa especie de trailers falsos en los que las películas de Saura tienen dinosaurios que amenazaban a la población mientras ésta intentaba acabar con ellos con sus fusiles en ‘La Caza’ o pelear contra ellos como si del ejército nacional se tratara en ‘Ay, Carmela’.

“En los años 90 —declara Carlos Saura— empecé a dibujar sobre fotografías con más asiduidad, para entretenerme, como un juego, y ahora ese juego se ha convertido en un mundo nuevo y apasionante. Mi amigo Hans Meinke, que tanto ha hecho para animarme a continuar, llamó a eso «fotografías sobrepintadas». No me gustaba el nombre, y ahora se llaman Fotosaurios, es decir fotos que yo pinto”.

“En cuanto se reflexiona sobre uno mismo —continúa el director— se encuentra con la paradoja de que lo que está haciendo ya lo hizo antes, o por lo menos el proyecto novedoso de hoy es el reencuentro con cosas olvidadas que, sin saber porqué y sin venir a cuento, surgen diáfanas un día. Los Fotosaurios no son una novedad, porque hace muchos años, ¿tal vez cincuenta? ya trataba de destrozar las diapositivas de color que no me gustaban utilizando agudas agujas y pintando aquí y allá sobre ellas, diapositivas que luego proyectaba”.

“Yo he tenido suerte en la vida al poder hacer casi cuarenta largometrajes –unos mejor y otros peor, que eso no viene al caso ahora —, pero esas peliculas conforman mi paso por aquí y quzás podrían explicar lo que yo soy, lo que pienso, mis dudas y también mis preferencia estéticas y vitales. Y ahora, en tono menor, mis Fotosaurios me representan, y si tienen algún valor es estar hechas sin pensarlo demasiado, dando libre paso al gesto, gesto que aprendí de mi hermano Antonio, aunque él en eso era extraordinario y andaba por otros caminos. Gesto e improvisación con los que descargo mi energía cotidiana cuando no tengo otra cosa que hacer”.

“El caso es que ahora tengo cientos de esas pinturas que tienen una base fotográfica, base que está presente, más o menos enmascarada, aunque a veces desaparece por completo. Son en su mayoría retratos, autorretratos, paisajes... En ningún caso se trata de «iluminar» con colorines una fotografía, no, de lo que se trata es de hacer algo nuevo y diferente, una obra distinta y personal”.

“La fotografía entró en nuestras vidas subrepticiamente y ahora, […] estamos sumidos, mejor diría inundados, de imágenes que ocupan cientos de revistas ilustradas, exposiciones y, sobre todo, de fotos-recuerdo[…]. En ese cúmulo de imágenes hay de todo: fotografías desenfocadas, movidas, deslumbradas, oscurecidas... pero entre esa abundancia hay algunas inolvidables por su sencillez y significado”, declara el artista y cineasta sobre la exposición.

“La mayor parte de los atrevimientos fotográficos actuales estaban ya en el siglo XIX, un siglo deslumbrante en donde aparece la luz eléctrica, se desarrolla la fotografía y nace el cine, anunciando el salto gigantesco del vuelo tripulado, de los vehículos de tracción mecánica, del telégrafo y de la radio... Y también el inicio de las brutales guerras del siglo XX...”, continúa.

“Hay dos campos, quizás demasiado explorados, en donde el valor de los fotógrafos se pone a prueba: el reportaje de guerra y las catástrofes. ¿Cuántas veces hemos sido golpeados por las fotografías que expresan el dolor por la perdida de un ser querido? Nos preguntamos si no hay en esas fotografías una falta de pudor, como una insensibilidad manifiesta del fotógrafo, ante hechos tan dolorosos y terribles. ¿Es quizás necesaria esa brutalidad que se justifica con la pretensión de que todo el mundo debe conocer los desastres de la guerra, la hambruna, la enfermedad y la muerte? El problema de la acumulación de imágenes semejantes es el desgaste de la mirada: empezamos a ser insensibles a las atrocidades que cada día se nos muestran […]”.

Aquí se pueden continuar leyendo las declaraciones de Saura sobre los Fotosaurios.

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