La tercera parte de la saga iniciada por ‘Expediente Warren’ (2013) puede que no esté al nivel de las de James Wan, pero ha demostrado que el corazón de la franquicia está en sus personajes principales y ‘Obligado por el demonio’ ha acabado siendo un rotundo éxito que marca el mejor fin de semana de estreno en España de 2021. Lo que no sabíamos es que realmente podría considerarse remake, ya que el caso fue adaptado hace casi 40 años.
‘Asesinato diabólico’ (The Demon Murder Case, 1983) es, además la primera aparición oficial de Ed y Lorraine Warren en el cine, 30 años antes de la que dirigió James Wan y convirtió a los personajes reales en héroes de cómic. Esta primera aventura de la pareja es un inquietante film de terror hecho para televisión, todavía en la época en la que esos pequeños proyectos diseñados para la tele podían esconder joyas como ‘La oscura noche del espantapájaros’ (Dark Night of the Scarecrow, 1980) o ‘Frío en la noche’ (Don't Be Afraid of the Dark, 1973).
También eran comunes las adaptaciones catódicas de casos reales de asesinatos y, a menudo, también incluyendo procesos judiciales recientes, con lo que no era extraño que ‘Asesinato diabólico’ se presentara como una de esas mismas recreaciones de un suceso de tan solo dos años antes. Fue emitida el 6 de marzo de 1983 en la cadena NBC, y se basaba en el juicio de Arne Cheyenne Johnson, más conocido como el caso “El demonio me obligó a hacerlo” que sirve como base y título de la nueva entrega de la franquicia de Warner Bros.
El demonio en Connecticut
Como bien cuenta la publicidad del nuevo film, este fue el primer caso judicial en los Estados Unidos en el que la defensa trató de probar la inocencia basándose en la afirmación de posesión demoníaca del acusado, y consiguió que la imagen del ya conocido matrimonio Warren fuera por primera vez dibujada como personajes de carne y hueso. En realidad, parte del relato que hizo famoso ‘Terror en Amityville’ (1979) tenía parte de popularidad deudora de la aparición de la pareja en el caso más famoso de casa encantada.
Ed y Lorraine Warren, autoproclamados investigadores paranormales o demonólogos, eran en realidad más que probables estafadores, que se acercaban a personas desesperadas e ingenuas para inyectar más oscurantismo religioso que hacía que se creyeran más casos de posesión demoníaca, con lo que no es extraño que metieran sus narices en el juicio penal de Johnson, un muchacho de 19 años, acusado del asesinato del jefe de su novia. En la alegación del joven dijo literalmente estar poseído por un demonio que originalmente se había apoderado del hermano adolescente de su prometida.
Los Warren se presentaron como testigos expertos asegurándose, por supuesto, una parte en los posibles futuros libro y película del caso –no hay que olvidar el éxito de Amityville en ambos formatos–, pero el 24 de noviembre de 1981 Johnson fue condenado por homicidio involuntario en primer grado de su arrendador en Brookfield, Connecticut. La familia Glatzel afirmó en el juicio que su hijo David, de 11 años, estaba poseído y, con la ayuda de Ed y Lorraine Warren y algunos sacerdotes católicos, el demonio fue expulsado del cuerpo de su hijo.
Un caso real escalofriante
Pero el inconveniente es que seguro que ninguno habría dejado de ver el final de ‘El exorcista’ (The Exorcist, 1973), en el que el padre Karras era “reposeído” por el ente que ocupaba a Regan, con lo que se insistió en que, sin que ellos lo supieran, el demonio de David entró en el cuerpo del novio de su hija, antes de que este matara al propietario después de una discusión. Lorraine Warren informó a la policía de Brookfield de que Johnson estaba realmente poseído cuando se cometió el crimen y pronto, los medios de comunicación se involucraron, impulsados por los Warren, que ya estaban haciendo circular su maquinaria de conferencias y ofertas de películas.
Si bien no llegó a tomar forma ninguna oferta de gran estudio, Gerald Brittle, con la ayuda de Lorraine Warren, publicó ‘El diablo en Connecticut’, del que la familia afirmó solo recibir 2.000 dólares pese a que la demonóloga declaró que las ganancias se compartieron equitativamente. No obstante, poco después ya estaba lista una película sobre el caso en la que no parece que los miembros originales ni los Warren tuvieran una participación de ningún tipo, de hecho los nombres de los implicados están cambiados y podría pasar por una ficción absoluta.
Nada menos que Kevin Bacon interpreta al personaje basado en Johnson, rebautizado como Kenny Miller. Al igual que el real, Kenny vive con la familia de su prometida, incluido su hermano menor, Brian (Charles Fields), que aparentemente está atormentado por un demonio. Kenny apuñala hasta la muerte al detestable jefe de su novia en medio de un ataque de cólera tras ser poseído, un episodio, por cierto, particularmente bien imaginado en ‘Expediente Warren: obligado por el demonio’.
Los primeros Warren del cine
Como en la vida real, la alegación de la defensa por posesión demoníaca se descarta, pero la película sugiere que la Bestia ha quedado libre para atormentar a más almas. Lo más curioso de todo es que ‘Asesinato diabólico’ tiene la primera encarnación de los Warren en Andy Griffith y Beverlee McKinsey, que son rebautizados aquí como Guy y Charlotte Harris, y se les puede ver en acción, asistiendo el exorcismo de Brian y, ojo, también tienen su casa ya convertida en el peligroso museo esotérico de "trofeos" de sus casos que guardan para proteger al mundo.
Aunque no se utilice su nombre, los actores elegidos se parecen más a los reales, tanto por edad como por aspecto, y aunque su presencia es la de otros participantes más, tienen ya esa imagen de “buenos samaritanos paranormales” que el matrimonio fue construyendo y que se seguirá viendo en películas como ‘Apariciones’ (The Haunted, 1991), hasta llegar a la visión de tebeo de las películas de James Wan. El personaje de Anthony Marino, basado en el letrado en el juicio está interpretado por Richard Masur, el Stanley Uris de la miniserie ‘Stephen King's IT’ (1990) y su personaje tiene más peso que en la nueva película.
La estructura de ‘Asesinato Diabólico’ es bastante diferente a la nueva. Casi tres cuartas partes se dedican a los eventos que llevan al asesinato, que en la película se reducen a la escena inicial y un flashback, y la pieza central es el exorcismo, mucho más contenido y escalofriante que el espectáculo de la nueva, todavía con cierta tracción de exploit de la ‘The Exorcista’ original, pero con un muy buen uso de los primeros planos en gran angular que nos ponen frente a frente con el niño poseído, logrando que ese episodio de terror funcione como el principal aval para creer la versión de la posesión.
Un precedente inesperado
Tanto esas escenas como las de juicios tienen una buena dirección de William Hale, quien estuvo detrás de varios episodios de la excelente serie ‘Galería Nocturna’ (Night Gallery) y dota al film de una cualidad clásica y atemporal de esos terrores televisivos sobrenaturales que hasta Steven Spielberg llegó a tocar en la similar ‘Algo diabólico’ (Something Evil, 1972), que curiosamente tenía un final idéntico al de la primera ‘Expediente Warren’. El conjunto puede parecer descentrado, pero al menos se aleja bastante de otras explotaciones del film de Friedkin.
‘Asesinato diabólico’ puede no ser una de las grandes películas de su género, pero merece cierto crédito, ya no solo por tener la primera aparición de los Warren, sino por ser asimismo un precedente de la película que resucitó el género de posesiones y lo sobrenatural en la década de los 2000, la interesante ‘El exorcismo de Emily Rose’ (The Exorcism of Emily Rose, 2005), que también mezclaba temas judiciales, homicidio y posesión demoníaca y tuvo buena parte del éxito posterior del “estilo Wan” de entidades malignas, sustos, etc…
Como en ‘Obligado por el demonio’, el final revelaba que Arne Cheyenne Johnson cumplió solo cinco años de una sentencia de diez años por homicidio involuntario y se casó con su prometida, lo que no cuenta el film de Warner es que el niño poseído demandó a Ed y Lorraine Warren, alegando que la versión de la posesión demoníaca del caso era un engaño, capitalizando su enfermedad mental para sacar a Johnson de la cárcel y hacer dinero. Sin embargo, la mujer de Arne ha apoyado ampliamente la película y la versión de los hechos que presenta.
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