A Enrique López Lavigne, el productor de Juan Carlos Fresnadillo, y a este último, el Festival de Cine Español de Málaga les hará entraga a ambos del Premio Eloy de la Iglesia a nuevos valores del cine español, por el éxito de su última película '28 semanas después'.
Siempre es bueno reconocer el talento. Pero mi entrada va más por otro sentido. Por un par de declaraciones del propio Enrique López Lavigne en una entrevista que le realizaron en El País junto a Juan Carlos Fresnadillo. Sobre todo quiero destacar esta reflexión muy interesante suya.
Hay una nueva generación que no sólo domina la imagen sino otros códigos de comunicación que han llegado a través de Internet. Hay un recambio generacional evidente... Dos de las grandes ganadoras de los últimos Goya, 'La soledad' y 'El orfanato', dos películas que nos gustan y que admiramos, se pueden contar desde cualquier lugar del mundo. El cine español estaba demasiado pegado a la realidad española y quizá ahora las nuevas generaciones empiezan a despegarse de esa realidad. En Francia, un periodista le dijo a Bayona que su película tenía que ver con lo que hoy es una obsesión en cualquier parte del mundo: la desaparición de niños.
Y ahí esta el matiz que muchas veces he defendido en este blog. Ya no existe un cine español propio con una etiqueta. Los nuevos directores de esta generación se lanzan a rodar no escenas cotidianas e ideas propias de España, sino que se busca un cine más universal, con problemas acordes a todo el mundo, sea en España, Rusia o la Conchinchina. Temas mundiales, rodados en cualquier idioma. En el fondo no se trata de cine de una nacionalidad determinada, se trata de cine como cultura.
No creo que Amenábar ruede cine español, por poner un ejemplo. Sino que se trata de un director español que tiene historias que interesan a todo el mundo que contar. Y así es como están tratando de abrirse camino los nuevos directores españoles. Internet ha abierto el mundo a nuestros ojos, como así lo hizo la televisión. Que los ministerios de turno sigan defendiendo la etiqueta de cine español es la demostración de que siguen viviendo en la época del inicio de la democracia. Hay que despegarse de esa realidad. Tal etiqueta no existe. El cine español no es un género. Es simplemente cine.
(Foto: Uly Martín)
Vía | El País