Retomo de nuevo la polémica con las versiones dobladas frente a versión original, de la que ya hablé a propósito del doblaje de los robots de Wall-E, con respecto a la versión decapitada que de ‘Vicky Cristina Barcelona’ hemos podido ver en nuestras salas y unas soberbias palabras que sobre los subtítulos ha pronunciado esa señora actriz que es Kristin Scott Thomas. Vayamos por parte.
No voy a defender la última película de Woody Allen, simplemente porque es no da lo que se espera de una obra suya, sobretodo en la versión doblada, y más cuando lo única parte divertida de la misma, es imposible verla en España sino es porque a uno le da por buscar un cine donde esté en V.O. (con subtítulos claro), o bien tira de las fuentes alternativas. Lo que quiero decir es que la única virtud que tiene esta película, junto a alguna parte en la que sale Rebecca Hall, reside en las escenas en las que salen juntos Javier Bardem y Penélope Cruz discutiendo indistintamente en inglés y en español, cambiando tonos e improvisando, haciendo que los saltos entre un idioma y otro dotaran de comicidad a esas escenas.
Dado que esas partes, en español, que no necesitaban de ningún tipo de doblaje, fueron dobladas para darle una unidad vocal a los personajes, la química que se puede ver en pantalla entre ambos actores españoles se va al limbo, capando la única parte de verdad interesante de ‘Vicky Cristina Barcelona’. Y aquí viene mi pregunta: ¿por qué cuando los actores en alguna película hablan en japonés, y se realiza su versión doblada, se respeta la parte rodada en V.O., poniendo subtítulos?
Claro, que es en español, y eso no se respeta. ¿Por qué los espectadores que se quejan de los subtítulos no lo hacen cuando ven versiones dobladas que incluyen partes en la que los diálogos son subtítulados, como sucede en ‘El señor de los anillos’?
Es aquí donde cojo la reflexión de Kristin Scott Thomas, actriz inglesa, excepto en Francia, como bien recuerda el artículo del New York Times (la verdad es que vive en Francia).
“La gente va ahora a ver películas con subtítulos, sabes. Ya no lo ven como una cosa que deban temer. Es una de las razones del ascenso de los mensajes de texto y de los email (en este punto la actriz se rió). Quizá la única cosa buena que se puede sacar de su uso.”
Resulta que la gente se está empezando a acostumbrar a leer más los subtítulos, no sólo por las descargas de series de televisión, como alguno pueda llegar a pensar, sino que se debe a que la tarea en si misma se ha vuelto menos ardua, debido a un fenómeno social motivado por las nuevas tecnologías que a otra cosa. De ahí que la gente se vaya acostumbrando a ver más películas extranjeras, y entiendan que existen miles de filmografías que el doblaje no permite su estreno. Me explico.
Ahora es de lo más normal ver en nuestros televisores a pie de pantalla textos que recorren la imagen de cadenas como la CNN o la propia CNN+, dando información adicional a lo que se está viendo. Y ahí no escucho ningún tipo de queja. Si como algunos dicen no pueden leer y ver lo que sale en pantalla, porque nadie se queja de esto. ¿No será que la gente se está acostumbrando a ello, de tal forma que el tema de los subtítulos deje de ser el tabú recordado siempre para no ver ciertas películas?
También está la opción de entender esas palabras de Kristin Scott Thomas con ironía. Un comentario malicioso al poder de Hollywood que entiende que no puede existir otro cine. Vale que predisposición ahí, pero ciertas películas seguirá la gente sin poder disfrutarlas, tal y como fueron creadas, porque el doblaje siempre terminará mutilándolas.
Vía | Ben and Alice