A partir del 2009 y con el desarrollo de la tan traída y llevada Ley del Cine se va a poner en marcha por primera vez un fondo específico para la financiación de las TV Movie. Con esta medida es de esperar que termine la polémica que enfrentaba a las cadenas con el Ministerio de Cultura, reticentes a invertir parte de sus ingresos en la pantalla grande y a perder por esa vía una gran parte del ingreso de beneficios.
Si hasta ahora el sector había tachado la Ley del Cine como intervencionista, es de suponer que hora cambiarán el discurso porque si bien siguen obligándoles a producir cine, con este nuevo fomento de los telefilmes las cadenas consiguen producir y quedarse con todos los beneficios que genere la producción por vía de la publicidad.
Parece que hay un compromiso por parte de las cadenas, es más que probable que a partir del año que viene este fomento del formato se materialice en las parrillas y puede que empecemos a ver que se programan más telefilmes. De hecho, a lo largo del último año ya han empezado a notarse en las cadenas ciertos test que indican que se está probando la historia y los resultados han sido más que positivos.
Las miniseries que tanto Antena 3 como TVE han producido (Fago, Yo soy El Solitario o 48 horas, sobre el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, aún sin estrenar), han demostrado que la actualidad ficcionada interesa y que si la producción mantiene unos estándares de calidad mínimos los espectadores responden positivamente al formato.
Otra opción son los pilotos de series que se están generalizando y que nos llegan en formato película como el remake de El coche fantástico, por ejemplo, y que podrían generar un modelo válido de producción de ficción española. Además, la mayoría de las series ya tienen un metraje desproporcionado. Alargándolo un poco más podrían hacer pasar el desarrollo de tramas específicas por películas. Hecha la ley, hecha la trampa.
En cualquier caso, la noticia ahonda en una de las reclamaciones típicas de la televisión y que convierte el fomento de la industria en una clave para su supervivencia. En contra de esta perspectiva victimista está el ejemplo de las cadenas autonómicas que en su modelo de negocio hace mucho que incluyeron la producción de TV Movie. En este sentido, TV3 y Canal 9 se llevan la palma así que el discurso de queja constante viene, paradojicamente, de las cadenas grandes, cuya capacidad de presión les ha llevado a conseguir fondos públicos para una rama de la televisión que hace mucho que funciona a nivel autonómico, aunque también con fondos públicos como una vía de financiación indirecta al formato.
Vía | El Mundo Más información | Conclusiones del debate en el festival TV Málaga En ¡Vaya Tele! | Las televisiones no quieren la Ley del Cine