En el lugar puedes comprar souvenirs, ver fan-arts y disfrutar de un jugo de mora, el favorito de Betica
Pensar en telenovelas que fueron todo un éxito a nivel mundial es referirse específicamente a la historia de una mujer a la que "la fealdad que Dios le dio, mucha mujer se la envidió": y es que, en Colombia, la casa que sirvió como locación para el hogar de Beatriz Pinzón Solano, la querida protagonista de 'Yo soy Betty, la fea" es ahora un museo y una cafetería que se puede visitar totalmente gratis.
La telenovela emitida entre 1999 y 2001 y escrita por Fernando Gaitán fue todo un suceso que se replicó en más de veinte países, sin embargo, en su versión original una de las locaciones que más llamó la atención fue la casa de Betty y sus padres, Hermés y Julia, en donde vivieron los momentos más tiernos como familia... y también los más cómicos por parte de Nicolás.
En la vida real, la casa está ubicada en la calle 18-a del barrio La Soledad en la localidad de Teusaquillo en Colombia, a sólo unos pasos de la Iglesia de Santa Ana, lugar donde también se filmó parte de la novela, específicamente la boda de Armando y Betty.
Desde hace varios años se convirtió en un punto turístico para todas las personas y fanáticos de la novela que visitan Bogotá, sin embargo, hace poco tiempo se convirtió en un espacio en donde se puede vivir la experiencia de visitar la casa donde habitó el entrañable personaje.
En este lugar, se pueden apreciar los espacios que aparecen en la novela, como el recibidor, donde Armando y Hermés tuvieron su primer encuentro cuando Betty presentó a su jefe con sus padres; el comedor, en el que siempre Nicolás tenía hambre (y algo fuera de lugar para decir), y el dormitorio de Betty, donde se puede ver parte de la decoración que replica la escenografía de la novela.
Pero este lugar no es sólo para visitar, sino que, en el comedor de la familia, podrás degustar de una fresca bebida o un postre, como el juego de mora que siempre pedía Betty al salir a comer, infusiones de manzanilla, yerbabuena o limón, botellas de agua, y hasta galletas, bizcochos o paletas frías.
Si quieres llevarte a casa un recuerdo de tu visita, puedes apostar por una camiseta con una frase mítica de la telenovela, una libreta con la máxima de don Hermés que siempre repetía a Betty, o hasta una agenda de la San Marino, donde la peliteñida cursó seis semestres de finanzas.
Con el boom de la noticia del regreso de Betty a las pantallas veinte años después del fin de la telenovela, sin duda alguna los amantes de la nostalgia y seguidores de la historia tendrán en éste su nuevo lugar favorito.
Fotos cortesía de Google Maps
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