Ayer se emitió en Telecinco el último programa de Salsa Rosa Dolce Vita, ese programa del corazón presentado por Santi Acosta que tanto y tanto ha dado que hablar. El programa de ayer fue algo así como una despedida de la audiencia, mezclando famosillos de tres al cuarto despidiéndose del programa, con los colaboradores del programa intentando soltar alguna lágrima fácil y agradeciendo haber participado en tan ¿importante? programa. Pues yo, que queréis que os diga, no lo voy a echar de menos.
¿Por qué no lo voy a echar de menos? Porque Salsa Rosa Dolce Vita representa lo que debe ser eliminado de la televisión. El programa que utiliza la vida de los demás, el morbo y los problemas ajenos para conseguir audiencia a toda costa. El tipo de programa que realimenta a otros tantos debido a las historias absurdas y sin sentido que aparecen en ellos, muchas de las cuales son mentira. El programa que da de comer a algún que otro personaje que no ha hecho nada más en su vida que acostarse con alguna cantante importante o defraudar a la hacienda pública.
Quizás lo único malo de que Dolce Vita desaparezca es que Ángel Martín y compañía no van a tener de quien reirse en Telecinco, ya que La Noria, el programa que va a sustituir a Dolce Vita, va a ser completamente diferente al desaparecido programa, aunque a priori tampoco tiene demasiada buena pinta. Así que sin más, guardemos 30 segundos de silencio por Dolce Vita, ese programa que no echaremos de menos.
En ¡Vaya Tele! | Dolce Vita llega a su fin