La actriz británica Vanessa Redgrave, nacida en Londres en 1937, recibió anoche el premio ‘Corral de Comedias’ de Almagro en su sexta edición, como reconocimiento a su trayectoria profesional y a su aportación a las artes escénicas. El premio, dotado con 20.000 euros y una escultura de José Luis Sánchez, le fue entregado por el Director del Festival Emilio Hernández, el Alcalde del Ayuntamiento de Almagro, Manuel Sancho y el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, durante la clausura del XXIX Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
Además de contar con una extensísima trayectoria teatral, la actriz ha protagonizado importantes films, como 'Blowup' (1966), de Antonioni; 'La carga de la brigada ligera' ('The Charge of the Light Brigade', 1968), de Tony Richardson — de quien se acababa de divorciar — ; 'Asesinato en el Orient Express' ('Murder on the Orient Express', 1974), de Sidney Lumet; 'Julia' (1977), Fred Zinnemann; 'Las bostonianas' ('The Bostonians', 1984) y 'Regreso a Howards End' ('Howards End', 1992), ambas de James Ivory; 'Inocencia Interrumpida' ('Girl, Interrupted', 1999), James Mangold, y muchísimos más. Su última película, 'El príncipe de los ladrones' ('The Thief Lord', 2006), adaptación cinematográfica del best seller de Cornelia Funke, se va a estrenar aquí el 6 de octubre.
En televisión, participó en la miniserie ‘Adiós a las armas’ ('A Farewell to Arms', 1966), en 'Wagner' (1983), 'Pedro el grande' ('Peter the Great')... y en donde yo la he visto por última vez: en 'A golpe de bisturí' ('Nip/Tuck'), haciendo de madre precisamente de una mujer llamada Julia, como su personaje en el film de Zinnemann, y que está interpretada por su hija en la vida real Joely Richardson. Redgrave recordó que su primera experiencia con autores españoles fue con Federico García Lorca. “Gracias a un actor americano, hice ‘Bodas de Sangre’ y me pregunto cómo me atreví a hacerlo”. Vanessa Redgrave, que incluso habló en español con los periodistas, argumentó, en alusión a los festivales como el de Almagro — que apoya siempre que puede —, que son como "oasis en los desiertos o páramos en territorios en los que la gente se muere de sed".
No obstante, se mostró muy afortunada de haber conocido y trabajado con directores de muchos países del mundo, “que han sabido encontrar pozos de agua”, así como jóvenes creadores en todas las facetas. Del ‘Corral de comedias’ dijo que es el teatro más bonito del mundo.
La actriz, de 69 años, que recibió una ovación sincera, advirtió de que “El aplauso más entusiasta te puede conducir a error, porque aunque no lo hayas hecho bien siempre aplaudimos”.
En ediciones anteriores han recibido el galardón el Teatre Lliure, Antonio Gades, Josep María Flotats, Miguel Narros, Andrea D´odorico y Michel Piccoli.
Vanessa Redgrave está muy implicada en movimientos políticos, tanto que afirmó que, de no estar en Almagro, estaría en Tel Aviv con unos amigos apoyando la causa de la paz: "necesitamos gente del calibre del director ejecutivo de Unicef", quien en los ochenta logró detener el conflicto poniendo de acuerdo a trece partes y facciones implicadas en Oriente Medio para salvaguardar la vida de los niños. Por ello, donará su premio a la realización de un proyecto en los institutos de Secundaria de Castilla-La Mancha que sirva para formar a los niños en el mundo del teatro.
"Intento hacer con el teatro lo mismo que Daniel Baremboin con la música, que ha unido a jóvenes árabes, israelíes y palestinos", aseguró Redgrave. Añadió que estaba "avergonzada porque mi Gobierno y el de Estados Unidos han sido los únicos que han rechazado la llamada al alto el fuego del secretario general de Naciones Unidas", Kofi Annan. Por este motivo hizo una llamada a la necesidad de un alto el fuego, "absolutamente necesario y posible", que permita que se abran las negociaciones, "porque estas se realizan después de la tregua y no antes", al tiempo que recordó la labor que en los años 80 realizaron los responsables de Unicef en el Líbano, "una labor de la que deberíamos aprender para evitar que los niños, que siempre son los más afectados, sigan sufriendo".
Declaró que sigue en el teatro porque lo considera “vital para la resistencia del hombre, para la supervivencia del espíritu humano”. “La primera vez que presencié el asedio de Sarajevo, durante y después de la guerra, entendí que la vocación del teatro, en todas sus formas, es la supervivencia del hombre”.