Ayer se anticipaba el arranque del Sevilla Festival de Cine Europeo 2009 con el pase de 'Triage', el último trabajo de Colin Farrell y Paz Vega con la dirección de Danis Tanovic. Aunque hoy será cuando se despliegue la alfombra roja y sea, precisamente, este título el que tenga el honor de inaugurar el certamen.
Mucho se esperaba de esta película vestida de drama con trauma bélico sin superar, especialmente por el trabajo de los protagonistas, la aparición del veterano Christopher Lee (a quienes veremos esta tarde/noche) y, también, la expectativa que generaba Tanovic, un realizador bosnio que logró el Oscar con la estimable 'En tierra de nadie'. Sin embargo, y para abrir boca en el Festival no ha sido todo lo satisfactoria que se deseaba.
'Triage' es una nueva incursión de Tanovic en un tema que ha vivido tan de cerca como es el horror de la guerra. Y, sobre todo, por sus consecuencias y secuelas en los supervivientes. A los que les toca vivir con imágenes aterradoras en cada pesadillas y una lucha constante para continuar una vida normal tras la complicada digestión de una experiencia semejante.
Tanovic nos retrata la historia de Mark, un fotógrafo de guerra en pleno corazón del Kurdistán, terreno asolado por conflictos bélicos permanentes. Allí, en 1988 (momento en el que se ambienta la cinta), se encuentra junto a su amigo y compañero también fotógrafo David y ambos afrontan, de distintas formas, la crudeza de las heridas de guerra en los combatientes. Uno quiere escapar cuanto antes del horror pues su esposa está a punto de dar a luz. Su temor y sus ganas de salir, le hace comportarse con mayor prudencia. Sin embargo, Mark, prefiere arriesgar, ya que su experiencia le dicta que hay que estar en el ojo del huracán si quieres regresar con las fotos que merezcan la pena.
A partir de ahí, asistimos al personal recorrido por el infierno de Mark, interpretado con empeño por Colin Farrell. Un regreso a su hogar en Dublín, donde intenta superar las heridas que trae (físicas, pero sobre todo psicológicas), junto a su esposa Elena, interpretada por una esforzada Paz Vega.
El relato hace hincapié (y de forma reiterativa) en las duras secuelas que Mark arrastra y que le hacen incapaz de mejorar en su estado físico y en adaptarse a la vida normal. Con un manejo de la narración algo tosco, pero intentando dosificar un cierto suspense a base de flashbacks reveladores, vamos asistiendo al infierno que vive el protagonista.
La historia se estanca en este instante y no parece tener continuidad, sino subrayar una y otra vez su malogrado estado mental y de ánimo. Sin noticias de su amigo del que, al parecer, se separó en plena batalla. La película logra remontar algo en su segunda mitad, especialmente por la participación e intervención de un personaje secundario que sirve de terapeuta para el protagonista. Se trata del abuelo de Elena, un veterano que fue responsable de la purificación (término literal con el que él mismo lo define) de criminales de guerra tras la contienda civil en España. Este purificador de almas (con la majestuosa presencia de Christopher Lee), logra darle más sentido y avance a la historia de Mark. Y parece que va logrando despejar sus pesadillas, a la par que redimir a través de sus conversaciones terapéuticas, su trauma.
La cinta alcanza un final predecible, aunque no por ello se ablanda Tanovic a la hora de resolver la intriga. Hace un profundo retrato del dolor, del sufrimiento que asola a aquellos que sobrevivena a un conflicto bélico, utilizando la mirada analítica, testimonial e imparcial de un fotógrafo. Reveladora es una de las citas del film, que resume su clara intención:
Sólo los muertos ven el fin de la guerra (Platón)
Tanovic usa con empeño algunos recursos narrativos apropiados para su historia, con un montaje basado en el suspense, con imágenes crudas cuando las requiere, pero no deja de resultar un relato poco convincente, y que evidencia (demasiado) una gran pobreza de medios, aunque sobresale una especial carencia de tramas secundarias. Una vez el cabo principal queda descubierto, nada más permanece. Quizás conocer algo más sobre la historia del papel de Christopher Lee le hubiese aportado mayor interés, o bien darle más vida al personaje interpretado de Paz Vega, que queda muy desdibujado y demasiado secundario.