Seminci 08: 'Metrópolis'

Seminci 08: 'Metrópolis'
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A las 21.30 horas del pasado miércoles, en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, tuvo lugar una proyección de la mítica película 'Metrópolis', del director Fritz Lang con guión de su esposa Thea Von Harbou. El film es de 1927 y es el único declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco.

La banda sonora para la película, de Gottfried Huppertz, fue convenientemente reinterpretada para la proyección, que corrió a cargo de la Orquesta de Castilla y León, dirigida por Winfried Mitterer. Aplausos enormes para la orquesta, sorprendentes (al menos para mí) abucheos cuando el presentador pidió aplausos para el Ayuntamiento de Valladolid y para la Junta de Castilla y León, y sin más preámbulo, los componentes de la orquesta se sentaron, y tras unos rótulos previos indicando el contexto de la historia, comenzaron con la música.

No voy a explicar aquí 'Metrópolis', porque es una obra tan trascendental que se han escrito miles de páginas sobre ella. Sólo me quedo con momentos. La expresividad angustiada de Gustav Fröhlich, dando vida al héroe de turno, Freder. La solemnidad de su padre, Joh Fredersen, interpretado por Alfred Abel. La mirada de Brigitte Helm, y su histrionismo malévolo cuando da vida a su sosías robótico. La procesión cansada de los obreros en el cambio de turno. La amistad de Freder con Josafat. Los rascacielos en blanco y negro. El ritmo endiablado que jamás se estanca. Los tres o cuatro temas musicales centrales, que varían sus movimientos con una soltura extraordinaria.

Dividida en dos partes, la proyección de 'Metrópolis' supo arrancar sonrisas, tarareos de algunos de los temas, y hasta escalofríos de implicación en la historia. 'Metrópolis' es la distopía perfecta, una maravilla que sabe combinar la ambientación futurista más influyente de la historia del cine con temas que rebasan la política y la religión. Aborda, sin profundizar mucho (ni falta que hace) la inteligencia artificial, la conciencia de clase, el crecimiento de la población, la identidad y el libre pensamiento. Todo ello acompañado por una orquesta especialmente brillante, que en ningún momento decae y que aparece más inspirada cuando la película más lo requiere.

Quizás suene doloroso decirlo (por lo que conlleva), pero probablemente esta proyección de 'Metrópolis', con la Orquesta de Castilla y León, ha sido de largo la mejor experiencia que un servidor ha tenido en la Seminci, teniendo en cuenta que ya había visto la película cuatro o cinco veces. Ha tenido que llegar Fritz Lang para volver a enseñarnos el cine más puro, más sólido, más disfrutable. Inconmensurable.

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