'La pérdida del diamante lágrima' era, a priori, la apuesta más comercial (con diferencia) de esta Seminci. Dirigida por la estadounidense Jodie Markell a partir de un guión inédito del popular Tennessee Williams (autor de, por ejemplo, 'La gata sobre el tejado de zinc' o 'Un tranvía llamado deseo'), la película cuenta con una propuesta técnica a todas luces atractiva, y un reparto liderado por Bryce Dallas Howard y Chris Evans, dos actores que, a pesar de su juventud, tienen unas facultades actorales por encima de la media.
Este film se ambienta en el sur de Estados Unidos, a principios del siglo XX, con una atmósfera muy condicionante, y que describe la difícil aristocracia norteamericana, cuya fortuna y prestigio se basa en explotar a los demás sin que los demás puedan enterarse. 'La pérdida del diamante lágrima' es otra más de esas historias que ponen en tela de juicio los eventos de sociedad, donde más evidente se hace la hipocresía y el absurdo de una sociedad que rechaza a los más excéntricos y que trata de muy distintas maneras a las personas según su posición y su reputación.
Con una música mejorable pero suficiente de Mark Orton, Jodie Markell insiste en ofrecer escenas puramente paisajísticas que pudieran recalcar la belleza de los momentos que marcan la historia. Pero poco más. 'La pérdida del diamante lágrima' es una película aburrida y sorprendentemente poco accesible, que pone a dos protagonistas contradictorios en extremo, a menudo estúpidos, y con una complejísima relación amorosa que pretende ser el eje temático de la obra, pero sólo consigue ahondar en el despropósito del film.
Las actuaciones de Howard y Evans no son malas, y saben ponerle matices a unos personajes que están condenados al olvido por sus extravagantes comportamientos. El guión de Tennessee Williams no profundiza en realidad social, la sortea de manera torpe, y trata unos tejemanejes que pudimos ver, con mucha más frescura y riqueza de contenidos, en la magnífica 'Expiación', a partir de la imprescindible novela de Ian McEwan.
Las casi dos horas de duración no se justifican en ningún momento, ya que lo que se cuenta es tan vacío e inofensivo que nunca llega un mensaje claro ni conexión por parte del espectador. Para colmo, el gran Will Patton, en un agradable reencuentro, está totalmente desaprovechado. Sí hay que destacar las cortas pero intensas apariciones de la veterana Ellen Burstyn, que desde su papelón en 'Réquiem por un sueño' merece todos los aplausos en su ancianidad.
'La pérdida del diamante lágrima' trata sobre el extravío de un pendiente de la protagonista, un pendiente que está durante casi toda la película tan perdido como el guión, que busca y no encuentra sustento con el que captar la atención. Aburrida, insustancial e inocua. Desaconsejable, y años luz de películas de época "similares" como 'Sentido y Sensibilidad', 'Orgullo y prejuicio', 'Mujercitas' o la mencionada 'Expiación'.
Reacción del público: abucheos e impaciencia por salir de la sala.
En Blogdecine:
- Mi cobertura de la Seminci 08.