En pleno mes de festivales, coincidiendo con la clausura en Venecia y casi apunto de arrancar San Sebastián, en Toronto tiene lugar una nueva edición, la número 35, de su muestra cinematográfica llena de estrellas. Toronto International Film Festival ha crecido mucho, posee nueva y esplendorosa sede y saber atraer a las figuras del cine de Hollywood. Aunque en su esencia intente mantener (y no es fácil) una apuesta fuerte por el cine independiente y de autor. Hay una fuerte presencia del cine español, donde podemos destacar al flamante ganador en Venecia Álex de la Iglesia con su ‘Balada triste de trompeta’ o la multipromocionada ‘Buried’ de Rodrigo Cortés (además de lo nuevo de Icíar Bollaín y José Luis Guerín).
Pero, después de tres jornadas de exhibiciones, parece que el remake americano de ‘Dejame entrar’ (‘Let The Right One In’), titulado en Estados Unidos ‘Let Me In’ ha causado la más grata satisfacción hasta el momento.
Y eso que el largometraje acarrea el lastre, desde el anuncio del proyecto, de intentar siquiera igualar el estupendo resultado del original sueco dirigido por Tomas Alfredson. Sin embargo, parece que el director y guionista Matt Reeves ha conseguido extraer lo mejor y no amoldarlo al esquema hollywoodiense con el que perdería una de sus bazas: el ritmo. Según parece, en ‘Let Me In’, sus dos protagonistas interpretados por Chlöe Moretz y Kodi Smit-McPhee hacen un trabajo soberbio y Matt Reeves concentra en su historia todo el relato, obviando las tramas secundarias. Parece que es muy digna y lo cual es una gran noticia.
Aunque seguro que el TIFF aún nos deparará algunas noticias, no en vano se exhibirán títulos como ‘Black Swan’, ’127 Hours’ (lo nuevo de Danny Boyle), ‘The Conspirator’ de Robert Redford, ‘Biutiful’ de Alejandro González Iñárritu y ‘Hereafter’ de Clint Eastwood (que ya se podido ver y han dejado las primeras críticas no demasiado entusiastas, aunque emocionó a otros).
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