En el inconsciente colectivo probablemente están más presentes sus spots de compresas que sus largometrajes. Y no lo digo como un menosprecio, pues considero a Isabel Coixet una realizadora de publicidad con mucho gusto y una estética muy particular y bonita, y sin embargo, como cineasta no la aprecio tanto, precisamente debido a eso: a que la estética se queda muy por encima de la historia que cuenta. Pero insisto en que no lo digo como insulto, pues me parece que tanto orgullo puede suponerle una cosa como la otra, no considero que sea un trabajo menor dirigir anuncios.
Como directora de cine, Coixet es muy apreciada por la crítica y el mundillo cinematográfico. No en vano ha obtenido cuatro Goyas en la última edición de estos galardones por 'La vida secreta de las palabras' (2005). Y ha sido precisamente por el importante aporte de su esta película sobre el tema de las violaciones sufridas por mujeres bosnias, por lo que ha recibido, de manos del director del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), Fernando Lara, el Premio Mujer Europea 2006, que concede la Unión de Mujeres, con el patrocinio del Parlamento Europeo y del Instituto de la Mujer.
El jurado, compuesto por personalidades de ámbito europeo, otorgó este premio en reconocimiento "a su brillante trayectoria profesional", valorando especialmente su última película, 'La vida secreta de las palabras', "que aporta algo nuevo y esencial en la construcción de Europa al denunciar las violaciones de mujeres bosnias, por lo que es un ejemplo de solidaridad entre los ciudadanos europeos". El film tuvo como base las investigaciones de la ONG danesa International Rehabilitation Council for Torture Victims.
Tras recibir el premio, la realizadora dijo: "Yo soy sólo un vehículo por donde pasan las historias, es como si el mundo estuviese lleno de medusas que yo tengo que atrapar". Dedicó el Premio a "a todas aquellas mujeres que me prestaron su dolor, su ira y sus lágrimas y que yo luego llevé a la pantalla". "Ser mujer europea hoy", añadió Coixet, "es un gran desafío, porque se trata de cómo ser distinta y única entre iguales. Creo que es necesario respeto y tolerancia para poder cruzar los puentes, para que en vez de separarnos nos unan".
La cineasta recordó el fallecimiento del director Robert Altman y relató su único encuentro con él: "Me dio dos consejos, mirar y escuchar, y eso es lo que hago, miro y escucho, lo que me ha llevado a interesarme por fragmentos de la vida de personas reales o ficticias".
Antes de 'La vida secreta de las palabras', que protagonizaban Sarah Polley y Tim Robbins, la directora catalana llevó a cabo 'Cosas que nunca te dije' (1996), 'A los que aman' (1998), 'Mi vida sin mí' ('My Life Without Me' (2003), cortometrajes y otros espacios.
En 1988 se entregó por primera vez este galardón, por la Asociación del Movimiento Europeo, Unión de Mujeres (Asociación Internacional para la promoción de la mujer europea) con el patrocinio del Parlamento Europeo y en España del Instituto de la Mujer.
Su objetivo es el reconocimiento de una mujer cuya labor represente la excelencia en cualquiera de los ámbitos que configuran nuestra sociedad: económico, político, social, científico o artístico, y que en el desarrollo de esta labor aporte un plus a la búsqueda constante de la mejor Europa posible.
Vía: El País